Nunca gozas del mundo rectamente hasta que el mismo mar fluye en tus venas, hasta que te visten los cielos y coronan las estrellas, y percibes que eres el único heredero de todo el mundo, pero cada uno es heredero único, así como tú...
Nunca gozas del mundo rectamente hasta que amas tanto la belleza de gozarlo que sientes la codicia y el ahhelo de persuadir a otros a que lo gocen, hasta que amas a los demás de tal modo que deseas su felicidad con avidez...
Nunca gozas del mundo rectamente hasta que cada mañana te despiertas en el cielo; te ves ene le palacio de tu Padre, y consideras el cielo, la tierra y el aire como gozos celestiales, teniendo tal reveranete estimación de todo como si estuvieras entre los ángeles.
Nunca gozas del mundo rectamente hasta que puedes cantar y alegrarte y deleitarte con Dios como lo hacen los avaros con el oro, y los reyes con sus cetros...
Nunca gozas del mundo rectamente hasta que tu espíritu llena el mundo entero, y las estrellas son tus joyas; hasta que te has familiarizado con los modos de Dios en todas las épocas como con tu andar y tu mesa.
El mundo es un espejo de Belleza infinita, pero nadie lo ve. Es un templo de majestad, pero nadie lo mira. Es una región de Luz y Paz, si los hombres no lo inquietaran. Es, el paraíso de Dios.
Thomas Traherne
Sublime Edith gracias por compartirlo.
ResponderBorrarUn abrazo.