Hola:
Yo tengo muchos nombres: dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, gripe, dolor de garganta, insuficiencia renal, diabetes, hemorroides, y la lista sigue y sigue.
Me he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de noticias poco gratas para ti. Tú no me comprendes, nadie me comprende. Tú piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles.
Y no, eso sería un completo disparate. Yo, el síntoma, simplemente intento hablarte en un lenguaje que comprendas. Que entiendas.
A ver, dime algo, ¿tú irías a negociar con terroristas, tocando a su puerta con una flor en la mano y una camiseta con el símbolo de “paz” impreso en la espalda? ¿No verdad?
Entonces, por qué no comprendes que yo, el síntoma, no puedo ser “sutil” y “suavecito” cuando debo darte el mensaje. Me golpeas, me odias, con todo el mundo te quejas de mí, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en razonar y tratar de comprender el motivo de mi presencia en tu cuerpo.
Sólo te escucho decirme: “Cállate”, “vete”, “te odio”, “maldita la hora en que apareciste”, y mil frases que me hacen impotente para hacerte comprender. Pero yo debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte entender el mensaje.
¿Qué haces tú?
Me mandas a dormir con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas día con día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma “mágica” yo me vaya de tu cuerpo.
Y yo, cuando mi única intención es darte un mensaje, soy totalmente ignorado.
Imagínate que soy esa alarma con sirena en el Titanic, esa que intenta de mil formas decirte que de frente hay un Iceberg con el que vas a chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar, pero sigues sin escucharme…
¿Vas comprendiendo?
Para ti, yo el síntoma, soy “La Enfermedad”.
Qué cosa más absurda. No confundas las cosas.
Y vas al médico, y pagas por docenas de consultas médicas.
Gastas dinero que no tienes en medicamento tras medicamento. Y sólo para callarme.
Yo no soy la enfermedad, soy el síntoma. ¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que está intentando salvarte?
La enfermedad, “eres tú”, “es tu estilo de vida”, “son tus emociones contenidas”, eso sí es la enfermedad.
Y ningún médico aquí en el planeta tierra, sabe cómo combatir enfermedades. Lo único que hacen es combatirme, combatir el síntoma. Callarme, silenciarme, desaparecerme. Ponerme un maquillaje invisible para que tú no me veas.
Y sí, está bien si ahora que lees esto, te sientes un poco molesto sí. Esto debe ser algo como un “golpazo a tu inteligencia”. Está bien si por ahora te sientes un poco molesto o frustrado. Pero yo puedo manejar tus procesos bastante bien y los entiendo. De hecho, es parte de mi trabajo, no te preocupes. La buena noticia es que depende de ti no necesitarme más. Depende totalmente de ti, analizar lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir.
Cuando yo, “el síntoma”, aparezco en tu vida, no es para saludarte, no. Es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser analizada y resuelta para no enfermarte.
Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: “¿Por qué apareció este síntoma en mi vida”, “qué querrá decirme?” ¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora? ¿Qué debo cambiar en mí para ya no necesitar de este síntoma?
Si dejas este trabajo de investigación, sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que has hecho años atrás. Debes consultar también con tu inconsciente, con tu corazón, con tus emociones.
Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de correr al doctor para que me duerma, analiza lo qué trato de decirte, de verdad que por una vez en la vida, me gustaría ser reconocido por mi trabajo, por mi excelente trabajo.
Y entre más rápido hagas conciencia del porqué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré. Poco a poco descubrirás, que entre mejor investigador seas, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir.
Al mismo tiempo que logres ese equilibrio y perfección como “analizador” de tu vida, tus emociones, tus reacciones, tu coherencia, te garantizo que jamás volverás a consultar a un médico ni a comprar medicinas.
Por favor, déjame sin trabajo, O ¿Piensas de verdad que yo disfruto lo que hago? Te invito a que reflexiones, cada que me veas aparecer, el motivo de mi visita. Te invito, a que dejes de presumirme con tus amigos y familia como si yo fuera un trofeo.
Estoy harto de que digas:
“Ay pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético”.
“Ay pues ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar”.
“Siempre yo con mi migrañas”.
Me presumes como si yo fuera un tesoro del cual no piensas desprenderte jamás. Mi trabajo es vergonzoso. Y te debería dar vergüenza presumirme ante los demás. Cada que me presumes, realmente estás diciendo:
“¡Miren que débil soy, no soy capaz de analizar ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia, mírenme, mírenme!”
¡Por favor, toma conciencia, reflexiona y actúa!
¡Cuanto más pronto lo hagas, más rápido me iré de tu vida!
ATTE: EL SÍNTOMA
Edgar Mendizábal
Una serendipia es ...
Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
31 julio 2015
29 julio 2015
Dáte cuenta de tus pensamientos
Cuando un sentimiento o un pensamiento surge, tu intención no debería ser perseguirlo, odiarlo, preocuparte o asustarte. ¿Qué deberías hacer entonces con ellos? Simplemente reconocer su presencia.
Por ejemplo, cuando nace un sentimiento de tristeza, inmediatamente reconócelo: “Un sentimiento de tristeza ha ocurrido en mi”. Si el sentimiento continúa, entonces sigue reconociéndolo: “Un sentimiento de tristeza sigue ocurriendo en mi”. Si te surge un pensamiento como: “Es tarde y los vecinos están haciendo mucho ruido”. Reconoce el pensamiento en cuanto surge. Si el pensamiento continua ahí, sigue reconociéndolo. Si surgen otros pensamientos o sientes otras emociones, actúa de la misma manera.
Lo principal es no dejar que ningún pensamiento o sentimiento ocurra dentro de ti sin que tú te des cuenta. Eres como el guardián del palacio que conoce perfectamente cuáles son los movimientos en el área que vigila. Si no hay pensamientos ni sentimientos presentes, entonces reconócelo así.
El practicar de esta manera te vuelve consciente de tus pensamientos y sentimientos. Si sigues practicando pronto tendrás el control de tu mente.
Thich Nhat Hanh
Por ejemplo, cuando nace un sentimiento de tristeza, inmediatamente reconócelo: “Un sentimiento de tristeza ha ocurrido en mi”. Si el sentimiento continúa, entonces sigue reconociéndolo: “Un sentimiento de tristeza sigue ocurriendo en mi”. Si te surge un pensamiento como: “Es tarde y los vecinos están haciendo mucho ruido”. Reconoce el pensamiento en cuanto surge. Si el pensamiento continua ahí, sigue reconociéndolo. Si surgen otros pensamientos o sientes otras emociones, actúa de la misma manera.
Lo principal es no dejar que ningún pensamiento o sentimiento ocurra dentro de ti sin que tú te des cuenta. Eres como el guardián del palacio que conoce perfectamente cuáles son los movimientos en el área que vigila. Si no hay pensamientos ni sentimientos presentes, entonces reconócelo así.
El practicar de esta manera te vuelve consciente de tus pensamientos y sentimientos. Si sigues practicando pronto tendrás el control de tu mente.
Thich Nhat Hanh
28 julio 2015
Resiliencia
El puente de Brooklyn que atraviesa el río Este uniendo a la Isla de Manhattan con Brooklyn es un puente milagroso. In 1863, un creativo ingeniero llamado John Roebling tuvo la inspiración para este puente espectacular. Roebling había hecho una importante carrera desarrollando "puentes suspendidos". Sin embargo, expertos constructores de puentes que había consultado en sus viajes le habían recomendado que abandonará la idea, que no podía lograrse.
Roebling convenció a su hijo, Washington, quien era un joven estudiante de ingeniería que el puente podría construirse. Juntos desarrollaron los conceptos de como podía lograrse y como superar los obstáculos que traería.
Con gran entusiasmo e inspiración, contrataron un equipo y comenzaron a construir su puente soñado.
El proyecto solo tenían unos meses de construcción cuando un accidente en un en el sitio le costó la vida a John Roebling en 1869 debido a una infección mal atendida.
Su hijo Washington asumió la supervisión de la obra pero, al año siguiente, cuando trataba de extinguir el fuego de un incendio en un pozo de cimentación, el aire comprimido le causó CDS (enfermedad de descompresión) quedando con daño cerebral e incapaz de hablar o caminar. Todos sintieron que el proyecto debía abandonarse dado que los Roeblings eran los únicos que sabían como debía construirse el puente.
Aun cuando Washington no podía moverse o hablar, su mente era tan aguda como siempre, y tenía todavía un ardiente deseo de completar la construcción del puente. Le vino una idea cuando se recuperaba en la cama del hospital, y desarrolló un código de comunicación.
Todo lo que podía mover era un dedo, así que tocó el brazo de su esposa, Emily Warren, con ese dedo, golpeteando un código para comunicarle lo que debía decir a los ingenieros que estaban construyendo el puente.
Por trece años, Washington golpeteó sus instrucciones con su dedo mientras su esposa, que había aprendido a su lado ingeniería de puentes , transmitía instrucciones y supervisaba la obra con su marido ausente como ingeniero en jefe, hasta que el espectacular puente de Brooklyn fue finalmente completado.
La resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. Esto incluye la capacidad para superar traumas psicológicos y físicos. La familia Roening había tenido un pasado difícil. John dejó Prusia con su hermano porque no había futuro para él como ingeniero, sin embargo tuvo que convertirse en granjero para sobrevivir cuando llego a Estados Unidos antes de retomar su llamado. Su hijo Washington luchó en la guerra de secesión norteamericana y sobrevivió numerosas batallas, mientras su esposa Emily debió convertirse en su enfermera y colega para completar su sueño.
Nadie viene a este mundo a vivir en un lecho de rosas. En esta tierra somos formados para dejar un legado que inspire a las siguiente generaciones. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso Dios declaró que tendría que ganarse el pan con el sudor de su frente y Eva pariría sus hijos con dolor. No fue un castigo, sino la consecuencia de su desobediencia. La humanidad nunca aprende en un contexto ideal y libre de problemas. Nadie crece sin desafíos, o madura sin aprender a enfrentar conflictos.
La vida nos ayuda a ser resilientes, a luchar por nuestro sueños, a conectar nuestros deseos con el corazón de Dios.
Se nos ha equipado para el desafío de la vida, Dios nos ha dado dones, talentos, nos ha permitido adquirir habilidades, crear conocimiento. No, nos dijo que este mundo estaría libre de aflicción pero nos mostró a través de Su hijo, Jesucristo, que podíamos vencer las circunstancias adversas, las aflicciones.
Años atrás experimente la resiliencia de forma muy personal. Uno de mis hijos tuvo problemas de adicción y debió permanecer un año en un centro para sanar. Esto causó dolor a todos en la familia, pero me impactó especialmente en mi forma de ver la vida. Mi hijo fue resiliente, se recuperó y pudo desarrollarse como un hombre íntegro y valiente. Ni él ni yo hemos olvidado lo vivido, porque perdonar y perdonarse a uno mismo no implica olvidar. Somos la suma de nuestras experiencias, pero nuestras decisiones intencionales nos mueven del pecado a la gracia, del fracaso a la victoria.
El mundo puede quebrantarnos, pero eso nos hace más fuertes donde somos lastimados.
Nadie que viva en negación puede adquirir resiliencia, puede vencer la aflicción que la vida inevitablemente traerá consigo. Es mejor dar la cara a los problemas que nos desafían, y recordarles que tenemos una misión en este mundo, que Dios esta con nosotros, y que con El de nuestro lado podemos cumplir el propósito de Dios para esta vida temporal.
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27 julio 2015
Gaslighting: Personas que controlan tu vida sembrando dudas
Hay personas que te hacen dudar poniendo en entredicho continuamente tus sentimientos, ideas, creencias y decisiones. Estas personas minan tu seguridad, hasta el punto en que dejas de confiar en tus capacidades. Entonces se “apropian” de tu vida, sin que te des cuenta. Se trata de un fenómeno conocido como gaslighting.
Este término se puso de moda en los años ’60 para indicar la intención de manipular la percepción de la realidad de una persona. Sin embargo, sus raíces son aún más profundas ya que proviene de una obra de teatro titulada “Gas Light”, que también fue llevada al cine. En la versión cinematográfica, Ingrid Bergman sufría el acoso de su esposo, quien intentaba convencerla de que estaba loca. Para lograr su cometido, manipulaba diferentes objetos de su entorno y cuando Ingrid Bergman le hacía notar esas variaciones, afirmaba que estaba equivocada y que estaba perdiendo la cabeza.
En la actualidad este término se sigue usando para indicar una forma de abuso mental que se caracteriza por manejar la información de manera selectiva, para confundir a la víctima, haciendo que dude de su memoria, percepción o incluso de su cordura. Su principal objetivo es desorientar a la persona, haciendo que su sentido de la realidad y autoconfianza se tambaleen, para ponerla a su merced.
De hecho, el gaslighting es una forma de abuso mental mucho más común de lo que podríamos pensar, sobre todo en las relaciones de pareja o entre padres e hijos. Básicamente, ocurre cada vez que alguien nos miente deliberadamente con el objetivo de alterar nuestra percepción de las circunstancias y sacar provecho de ello, aunque saben de sobra que tenemos razón.
Sin embargo, el gaslighting suele ser difícil de detectar porque casi nunca implica el uso de la violencia. De hecho, esa persona suele comportarse de manera muy amable e incluso pone a su víctima en un pedestal, para que no ponga en duda sus intenciones. En muchos casos, el manipulador se autoproclama como defensor de la víctima, cuando en realidad lo que intenta es someterla.
Gaslighting: Un in crescendo de manipulación
Es fácil pensar que nunca caeríamos en una manipulación tan “burda”, pero cuando las emociones entran en juego, lo improbable se vuelve probable. De hecho, el gaslighting es un complejo mecanismo de proyección e introyección de los conflictos psíquicos en el que intervienen dos personas:
-Manipulador: Por una parte, hallamos a la persona manipuladora, que proyecta sus conflictos sobre su víctima, para mantener incólume su propia identidad y sentir que tiene el control.
-Víctima: Por otra parte, hallamos a la víctima, que normalmente es una persona que tiene una relación afectiva con el manipulador y que acepta como propios los conflictos de este.
La víctima no confía en sus propios juicios, idealiza al manipulador y asume su sentido de la realidad. Normalmente se trata de una persona insegura, que necesita la aprobación externa. Aunque en algunos casos, cuando el gaslighting se extiende a lo largo de los años, la seguridad y autoconfianza de una persona pueden comenzar a tambalearse, de forma que esta llega a aceptar la realidad que le impone el otro, sobre todo si confía en esa persona.
Obviamente, una forma tan refinada de manipulación emocional no ocurre de la noche a la mañana.
Fase 1: En la primera etapa, cuando alguien intenta imponerte otra realidad, lo normal es que presentes resistencia y la rebatas. Puedes discutir durante horas sobre el argumento, hasta que llegas a sentirte francamente ridículo, pero no logras llegar a ningún acuerdo porque la otra persona no da su brazo a torcer. De hecho, es probable que discutas sobre cosas que no deberían ser motivo de discusión, como tus sentimientos u opiniones. Sin embargo, discutes porque alguien está intentando decirte cómo debes sentirte o pensar. En esta etapa, todavía crees en ti, pero comienzas a poner en duda tus creencias.
Fase 2: En la segunda etapa comienzas a considerar el punto de vista de la otra persona e incluso lo entiendes, así que te esfuerzas porque comprenda a su vez tu perspectiva. No obstante, te asusta lo que su punto de vista desvela sobre ti, lo que crees que dice sobre tus creencias y valores. En este punto, el objetivo de la discusión ya no es ganar y demostrar que tienes razón, sino tan solo probar que eres una buena persona, que eres valioso. Se trata de un cambio de objetivo importante porque demuestra que has dejado de creer en tus argumentos y que estás luchando solo por demostrar tu valía.
Fase 3: En la tercera etapa comienzas a dudar seriamente de ti y te preguntas “¿qué hay de malo en mí?” Comienzas a considerar que su punto de vista es normal y que el tuyo es erróneo, pierdes la habilidad para juzgar tus propios pensamientos y sentimientos porque usas el rasero de otra persona. En este momento, has abrazado por completo la perspectiva del manipulador, dudas de ti y comienzas a temerle a sus críticas, hasta tal punto que puedes obsesionarte por no cometer un error. En esta fase, ya no crees que eres una persona valiosa, has entregado tu capacidad de decisión y autoestima.
¿Por qué una persona cae en esta trampa?
Existen tres características que hacen que una persona sea más proclive a ser víctima del gaslighting:
Necesidad de tener la razón. Una persona que siempre quiere tener la razón, es más propensa a sufrir este tipo de manipulación porque también suele enzarzarse en discusiones que se desvirtúan del tema principal y entran en el peligroso terreno de la subjetividad. Además, el deseo de tener razón también implica una visión en blanco y negro del mundo, por lo que cuando sus argumentos pierden solidez, tendrá la tendencia a asumir los de la otra persona, sin darse cuenta de que ambos argumentos son simplemente perspectivas diferentes.
Necesidad de aprobación. La necesidad constante de aprobación desvela a una persona insegura, una persona que se pliega con facilidad ante los deseos de los demás solo para obtener su beneplácito. Obviamente, el manipulador aprovecha esta debilidad a su favor. Una persona que necesita la aprobación de los demás estará sometida a estos, por lo que será muy vulnerable a la manipulación.
Necesidad de afecto. El gaslighting suele ocurrir entre personas que mantienen una estrecha relación afectiva. De hecho, a menudo la víctima idealiza al manipulador, a quien lo ve como un “salvador” o “defensor”. Obviamente, si no existiese ese vínculo emocional, sería mucho más fácil romper la relación o detener la manipulación antes de que esta adquiriera proporciones mayores.
¿Cómo enfrentar el gaslighting?
La mejor solución para no caer en este tipo de manipulación es aprender a detectarla a tiempo. Es importante que seas capaz de identificar a este tipo de personas. De hecho, cuando alguien te hace sentir mal continuamente, te hace dudar de ti mismo y disminuye tu autoconfianza, haciendo tambalear tu seguridad, es porque se trata de una persona tóxica y debes mantenerte con todos los sentidos alertas cuando te relacionas con ella.
También debes ser consciente de que una persona puede no compartir tus sentimientos e ideas, puede no estar de acuerdo con ellos e incluso puede que no los entienda, pero no debe dudar de su existencia, después de todo, no está dentro de ti para afirmarlo o negarlo con certeza. Por tanto, si una persona pone en duda tus sentimientos e ideas con frecuencia, es probable que lo haga solo para minar tu autoestima y manipularte. No dejes que nadie ponga en duda lo que sientes o piensas.
Por último, considera que con estas personas, es mejor no discutir, porque su objetivo no es comprenderte sino manipularte. La persona que recurre al gaslighting no necesita tener razón, tan solo necesita que tú creas que la tiene. Por eso, hará todo lo posible por manipular tu percepción de los hechos. La clave radica en impedírselo y, para ello, es conveniente que no te involucres en discusiones que no son objetivas.
Jennifer Delgado
Lo comparto porque yo viví una situación así... si lo podemos detectar es bueno estar alertas. -Edith
Este término se puso de moda en los años ’60 para indicar la intención de manipular la percepción de la realidad de una persona. Sin embargo, sus raíces son aún más profundas ya que proviene de una obra de teatro titulada “Gas Light”, que también fue llevada al cine. En la versión cinematográfica, Ingrid Bergman sufría el acoso de su esposo, quien intentaba convencerla de que estaba loca. Para lograr su cometido, manipulaba diferentes objetos de su entorno y cuando Ingrid Bergman le hacía notar esas variaciones, afirmaba que estaba equivocada y que estaba perdiendo la cabeza.
En la actualidad este término se sigue usando para indicar una forma de abuso mental que se caracteriza por manejar la información de manera selectiva, para confundir a la víctima, haciendo que dude de su memoria, percepción o incluso de su cordura. Su principal objetivo es desorientar a la persona, haciendo que su sentido de la realidad y autoconfianza se tambaleen, para ponerla a su merced.
De hecho, el gaslighting es una forma de abuso mental mucho más común de lo que podríamos pensar, sobre todo en las relaciones de pareja o entre padres e hijos. Básicamente, ocurre cada vez que alguien nos miente deliberadamente con el objetivo de alterar nuestra percepción de las circunstancias y sacar provecho de ello, aunque saben de sobra que tenemos razón.
Sin embargo, el gaslighting suele ser difícil de detectar porque casi nunca implica el uso de la violencia. De hecho, esa persona suele comportarse de manera muy amable e incluso pone a su víctima en un pedestal, para que no ponga en duda sus intenciones. En muchos casos, el manipulador se autoproclama como defensor de la víctima, cuando en realidad lo que intenta es someterla.
Gaslighting: Un in crescendo de manipulación
Es fácil pensar que nunca caeríamos en una manipulación tan “burda”, pero cuando las emociones entran en juego, lo improbable se vuelve probable. De hecho, el gaslighting es un complejo mecanismo de proyección e introyección de los conflictos psíquicos en el que intervienen dos personas:
-Manipulador: Por una parte, hallamos a la persona manipuladora, que proyecta sus conflictos sobre su víctima, para mantener incólume su propia identidad y sentir que tiene el control.
-Víctima: Por otra parte, hallamos a la víctima, que normalmente es una persona que tiene una relación afectiva con el manipulador y que acepta como propios los conflictos de este.
La víctima no confía en sus propios juicios, idealiza al manipulador y asume su sentido de la realidad. Normalmente se trata de una persona insegura, que necesita la aprobación externa. Aunque en algunos casos, cuando el gaslighting se extiende a lo largo de los años, la seguridad y autoconfianza de una persona pueden comenzar a tambalearse, de forma que esta llega a aceptar la realidad que le impone el otro, sobre todo si confía en esa persona.
Obviamente, una forma tan refinada de manipulación emocional no ocurre de la noche a la mañana.
Fase 1: En la primera etapa, cuando alguien intenta imponerte otra realidad, lo normal es que presentes resistencia y la rebatas. Puedes discutir durante horas sobre el argumento, hasta que llegas a sentirte francamente ridículo, pero no logras llegar a ningún acuerdo porque la otra persona no da su brazo a torcer. De hecho, es probable que discutas sobre cosas que no deberían ser motivo de discusión, como tus sentimientos u opiniones. Sin embargo, discutes porque alguien está intentando decirte cómo debes sentirte o pensar. En esta etapa, todavía crees en ti, pero comienzas a poner en duda tus creencias.
Fase 2: En la segunda etapa comienzas a considerar el punto de vista de la otra persona e incluso lo entiendes, así que te esfuerzas porque comprenda a su vez tu perspectiva. No obstante, te asusta lo que su punto de vista desvela sobre ti, lo que crees que dice sobre tus creencias y valores. En este punto, el objetivo de la discusión ya no es ganar y demostrar que tienes razón, sino tan solo probar que eres una buena persona, que eres valioso. Se trata de un cambio de objetivo importante porque demuestra que has dejado de creer en tus argumentos y que estás luchando solo por demostrar tu valía.
Fase 3: En la tercera etapa comienzas a dudar seriamente de ti y te preguntas “¿qué hay de malo en mí?” Comienzas a considerar que su punto de vista es normal y que el tuyo es erróneo, pierdes la habilidad para juzgar tus propios pensamientos y sentimientos porque usas el rasero de otra persona. En este momento, has abrazado por completo la perspectiva del manipulador, dudas de ti y comienzas a temerle a sus críticas, hasta tal punto que puedes obsesionarte por no cometer un error. En esta fase, ya no crees que eres una persona valiosa, has entregado tu capacidad de decisión y autoestima.
¿Por qué una persona cae en esta trampa?
Existen tres características que hacen que una persona sea más proclive a ser víctima del gaslighting:
Necesidad de tener la razón. Una persona que siempre quiere tener la razón, es más propensa a sufrir este tipo de manipulación porque también suele enzarzarse en discusiones que se desvirtúan del tema principal y entran en el peligroso terreno de la subjetividad. Además, el deseo de tener razón también implica una visión en blanco y negro del mundo, por lo que cuando sus argumentos pierden solidez, tendrá la tendencia a asumir los de la otra persona, sin darse cuenta de que ambos argumentos son simplemente perspectivas diferentes.
Necesidad de aprobación. La necesidad constante de aprobación desvela a una persona insegura, una persona que se pliega con facilidad ante los deseos de los demás solo para obtener su beneplácito. Obviamente, el manipulador aprovecha esta debilidad a su favor. Una persona que necesita la aprobación de los demás estará sometida a estos, por lo que será muy vulnerable a la manipulación.
Necesidad de afecto. El gaslighting suele ocurrir entre personas que mantienen una estrecha relación afectiva. De hecho, a menudo la víctima idealiza al manipulador, a quien lo ve como un “salvador” o “defensor”. Obviamente, si no existiese ese vínculo emocional, sería mucho más fácil romper la relación o detener la manipulación antes de que esta adquiriera proporciones mayores.
¿Cómo enfrentar el gaslighting?
La mejor solución para no caer en este tipo de manipulación es aprender a detectarla a tiempo. Es importante que seas capaz de identificar a este tipo de personas. De hecho, cuando alguien te hace sentir mal continuamente, te hace dudar de ti mismo y disminuye tu autoconfianza, haciendo tambalear tu seguridad, es porque se trata de una persona tóxica y debes mantenerte con todos los sentidos alertas cuando te relacionas con ella.
También debes ser consciente de que una persona puede no compartir tus sentimientos e ideas, puede no estar de acuerdo con ellos e incluso puede que no los entienda, pero no debe dudar de su existencia, después de todo, no está dentro de ti para afirmarlo o negarlo con certeza. Por tanto, si una persona pone en duda tus sentimientos e ideas con frecuencia, es probable que lo haga solo para minar tu autoestima y manipularte. No dejes que nadie ponga en duda lo que sientes o piensas.
Por último, considera que con estas personas, es mejor no discutir, porque su objetivo no es comprenderte sino manipularte. La persona que recurre al gaslighting no necesita tener razón, tan solo necesita que tú creas que la tiene. Por eso, hará todo lo posible por manipular tu percepción de los hechos. La clave radica en impedírselo y, para ello, es conveniente que no te involucres en discusiones que no son objetivas.
Jennifer Delgado
Lo comparto porque yo viví una situación así... si lo podemos detectar es bueno estar alertas. -Edith
23 julio 2015
Kafka y la muñeca
Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia muy
insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una
niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca.
Kafka se ofreció a ayudar a buscar a la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
- “Por favor no me llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras ...“- Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca . La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente se veía diferente de la muñeca original . Una carta adjunta explicó:
-" ‘mis viajes me han cambiado … “ -
Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca . En resumen, decía: -" Cada cosa que amas, es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“- .
Kafka y la Muñeca... la omnipresencia de la pérdida.
Kafka se ofreció a ayudar a buscar a la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
- “Por favor no me llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras ...“- Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca . La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente se veía diferente de la muñeca original . Una carta adjunta explicó:
-" ‘mis viajes me han cambiado … “ -
Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca . En resumen, decía: -" Cada cosa que amas, es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“- .
Kafka y la Muñeca... la omnipresencia de la pérdida.
22 julio 2015
El poder de la presencia
Estaba conversando con un hombre joven acerca del tema de soltar sus ideas respecto al futuro, sus imágenes sobre 'cómo debería ser' su vida, y la importancia de estar presente aquí y ahora, aceptándose tal y como es.
Él me dijo: Bueno Jeff, si sólo hay este momento, sólo ahora, entonces me voy a suicidar.
Por un momento, él había perdido toda esperanza. El suicidio parecía como la solución más lógica.
Yo me mantuve presente. Escuchando. Validando su dolor. Me metí en su mundo.
Descubrir la presencia es algo que puede impactar el sistema, puede organizar de una manera diferente toda la psique, y liberar sentimientos profundamente enterrados. Eso es algo que yo ahora entiendo muy bien. Yo mismo estuve en esa misma posición.
- Entiendo. Puede surgir mucho miedo cuando perdemos toda esperanza.
- Sí, me siento aterrorizado.
- ¿En dónde sientes ese terror? ¿Puedes sentirlo en tu cuerpo?
- Sí. Está ardiendo... en mi pecho.
- Perfecto. Mantente ahí, por un momento. Siente su poder.
Silencio...
- Siento como.... como si quisiera matar a alguien. Me siento tan jodidamente enojado contigo en este momento. Me has despojado de todo...
Me mantuve presente.
- Sí. Sí. ¿Dónde sientes esa ira?
- En mi vientre, en mi garganta, en mi pecho...
- ¿Cómo se siente?
- Es como... Fuego. Rabia. Algo volcánico. Como... si pudiera destruir todo un universo.
- Sí. Estás sintiendo tu propio poder. Es enorme. Ya no tienes que negarlo más, o actuar sobre él, sólo sentirlo ahora, dejar que arda, honrarlo.
- ¡Guau! Es enorme.
- Es tuyo. Sólo déjalo ser. Deja ser a esas sensaciones en tu vientre, en tu corazón, en tu garganta. Respira en ellas, a través de ellas...
- Quiero gritar.
- Grita.
- YO... ¡ODIO ESTA VIDA DE MIERDA!
- ¡Más fuerte!
- ¡ODIO LA VIDA! ¡ODIO A TODO EL MUNDO! ¡ODIO A MIS PADRES! ¡TE ODIO A TI!
Me mira. Nuestros ojos se encuentran. Se echa a llorar. Se desploma, su cuerpo se relaja, y respira profundamente de nuevo. Su ira fue reconocida - por vez primera - con amor, con aceptación. Algo se liberó, algo muy viejo. Algo desagradable había sido aceptado.
- ¡Dios mío. Dios mío! Por primera vez en mi vida, sinceramente, por primera vez en mi vida me siento como si estuviera... vivo. Me siento como mí mismo.
Es increíble... el poder que hay en el simple hecho de mantenernos presentes. Escuchando. Haciendo menos. Permitiendo que el otro pase por lo que tiene que pasar, sin tratar de corregirlo o salvarlo. Quitándole sus falsas esperanzas, dejándolos con una nueva esperanza. Confiando en su proceso. Confiando en la vida. Confiando en los misterios que guarda la inteligencia del amor.
Jeff Foster
Él me dijo: Bueno Jeff, si sólo hay este momento, sólo ahora, entonces me voy a suicidar.
Por un momento, él había perdido toda esperanza. El suicidio parecía como la solución más lógica.
Yo me mantuve presente. Escuchando. Validando su dolor. Me metí en su mundo.
Descubrir la presencia es algo que puede impactar el sistema, puede organizar de una manera diferente toda la psique, y liberar sentimientos profundamente enterrados. Eso es algo que yo ahora entiendo muy bien. Yo mismo estuve en esa misma posición.
- Entiendo. Puede surgir mucho miedo cuando perdemos toda esperanza.
- Sí, me siento aterrorizado.
- ¿En dónde sientes ese terror? ¿Puedes sentirlo en tu cuerpo?
- Sí. Está ardiendo... en mi pecho.
- Perfecto. Mantente ahí, por un momento. Siente su poder.
Silencio...
- Siento como.... como si quisiera matar a alguien. Me siento tan jodidamente enojado contigo en este momento. Me has despojado de todo...
Me mantuve presente.
- Sí. Sí. ¿Dónde sientes esa ira?
- En mi vientre, en mi garganta, en mi pecho...
- ¿Cómo se siente?
- Es como... Fuego. Rabia. Algo volcánico. Como... si pudiera destruir todo un universo.
- Sí. Estás sintiendo tu propio poder. Es enorme. Ya no tienes que negarlo más, o actuar sobre él, sólo sentirlo ahora, dejar que arda, honrarlo.
- ¡Guau! Es enorme.
- Es tuyo. Sólo déjalo ser. Deja ser a esas sensaciones en tu vientre, en tu corazón, en tu garganta. Respira en ellas, a través de ellas...
- Quiero gritar.
- Grita.
- YO... ¡ODIO ESTA VIDA DE MIERDA!
- ¡Más fuerte!
- ¡ODIO LA VIDA! ¡ODIO A TODO EL MUNDO! ¡ODIO A MIS PADRES! ¡TE ODIO A TI!
Me mira. Nuestros ojos se encuentran. Se echa a llorar. Se desploma, su cuerpo se relaja, y respira profundamente de nuevo. Su ira fue reconocida - por vez primera - con amor, con aceptación. Algo se liberó, algo muy viejo. Algo desagradable había sido aceptado.
- ¡Dios mío. Dios mío! Por primera vez en mi vida, sinceramente, por primera vez en mi vida me siento como si estuviera... vivo. Me siento como mí mismo.
Es increíble... el poder que hay en el simple hecho de mantenernos presentes. Escuchando. Haciendo menos. Permitiendo que el otro pase por lo que tiene que pasar, sin tratar de corregirlo o salvarlo. Quitándole sus falsas esperanzas, dejándolos con una nueva esperanza. Confiando en su proceso. Confiando en la vida. Confiando en los misterios que guarda la inteligencia del amor.
Jeff Foster
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20 julio 2015
Causa - efecto
El gran filósofo Ralph Waldo Emerson, decía que sólo las personas superficiales creen en la suerte. Y agregaba que, en cambio, las personas fuertes creen que las cosas no suceden por suerte, sino por ley… la ley de causa y efecto.
El error viene cuando las personas creen que la riqueza es un accidente, un asunto de azar.
El Mahatma Gandhi decía que una de las creencias que destruyen al ser humano es querer “riqueza sin trabajo”.
Es realmente triste ver cómo la gente espera resultados sin hacer nada. Los pobres creen en la lotería, en el bingo, en la rifa…
Amigos, la gente quiere bajar de peso sin hacer ejercicios y comiendo lo mismo. La gente quiere ganar más, sin prepararse más…
Causa y efecto, dice la máxima. Si usted quiere éxito, usted tiene que asumir el compromiso de pagar el precio por adelantado… el triunfo no es gratuito.
Y preste especial atención a su mundo interior…
Usted proyecta lo que tiene dentro. Así que cuando se es rico internamente, se es rico externamente.
Y es que la abundancia no es tener, sino una manera de ser. No es algo que se adquiere, es algo con lo que sintonizamos.
Parafraseando la vieja máxima bíblica, así como las fuentes de agua salada jamás dan agua dulce, los pensamientos de pobreza jamás dan riqueza. Tal como es el pensamiento es la acción. Recuerde: hay dinero en todos lados, solo hay que saber ganarlo.
El error viene cuando las personas creen que la riqueza es un accidente, un asunto de azar.
El Mahatma Gandhi decía que una de las creencias que destruyen al ser humano es querer “riqueza sin trabajo”.
Es realmente triste ver cómo la gente espera resultados sin hacer nada. Los pobres creen en la lotería, en el bingo, en la rifa…
Amigos, la gente quiere bajar de peso sin hacer ejercicios y comiendo lo mismo. La gente quiere ganar más, sin prepararse más…
Causa y efecto, dice la máxima. Si usted quiere éxito, usted tiene que asumir el compromiso de pagar el precio por adelantado… el triunfo no es gratuito.
Y preste especial atención a su mundo interior…
Usted proyecta lo que tiene dentro. Así que cuando se es rico internamente, se es rico externamente.
Y es que la abundancia no es tener, sino una manera de ser. No es algo que se adquiere, es algo con lo que sintonizamos.
Parafraseando la vieja máxima bíblica, así como las fuentes de agua salada jamás dan agua dulce, los pensamientos de pobreza jamás dan riqueza. Tal como es el pensamiento es la acción. Recuerde: hay dinero en todos lados, solo hay que saber ganarlo.
18 julio 2015
El cuerpo sana cuando el alma sana
Ayúdate a ti mismo! Atrévete a vivir!!!
Recuerda que solo si te das permiso de vivir todas las experiencias que aparecen en tu camino, podrás sentir y que solo sintiendo podrás expresar y que solo expresando lo que sientes, podrás liberar todas las emociones tóxicas que constantemente envenenan tu alma y enferman tu cuerpo, como el miedo, la tristeza, la ira, la culpa, los juicios y las viejas creencias. Y que solo liberando todas esas emociones, podrás sanar y dejar el espacio vacío para que la alegría, la luz y el amor, llenen todos los rincones de tu ser. Por eso desde ahora, con la luz de esta nueva conciencia, se responsable de tu vida y vive, siente, fluye y expresa pues de esa forma, tu alma y tu cuerpo sanarán, y descubrirás una nueva forma de vivir más libre, armoniosa y feliz!!! Atrévete, haz que suceda!!!
Mari Yoli Morales
Recuerda que solo si te das permiso de vivir todas las experiencias que aparecen en tu camino, podrás sentir y que solo sintiendo podrás expresar y que solo expresando lo que sientes, podrás liberar todas las emociones tóxicas que constantemente envenenan tu alma y enferman tu cuerpo, como el miedo, la tristeza, la ira, la culpa, los juicios y las viejas creencias. Y que solo liberando todas esas emociones, podrás sanar y dejar el espacio vacío para que la alegría, la luz y el amor, llenen todos los rincones de tu ser. Por eso desde ahora, con la luz de esta nueva conciencia, se responsable de tu vida y vive, siente, fluye y expresa pues de esa forma, tu alma y tu cuerpo sanarán, y descubrirás una nueva forma de vivir más libre, armoniosa y feliz!!! Atrévete, haz que suceda!!!
Mari Yoli Morales
17 julio 2015
Cómo hacerte amigo de la ansiedad
Cuando te sientas ansioso no pretendas no estar ansioso, porque eso alimenta la ansiedad, le añade una capa adicional.
Aquello de lo que huyes siempre te persigue. No ocultes tu malestar ni te distraigas de él, ni finjas estar 'bien.' Comer, beber, ir de compras, empastillarte, hablar sin parar, silbar, andar de prisa en forma irracional, apresurarte a revisar tus mensajes o querer ponerte en contacto con tus amigos de inmediato, tratar de controlar todo lo que te rodea, darle vueltas y vueltas a la idea de 'yo y mi atareada vida,' todas estas son formas de evitar el hecho de que estás ansioso, son formas de abandonarte cuando más lo necesitas.
Respira. Siente tus pies en la tierra, tu vientre elevándose y relajándose con cada respiración. No pienses en tu ansiedad ni cómo deshacerte de ella - ese es el viejo paradigma. ¡Siente la ansiedad plenamente! Localízala en tu cuerpo - ¿se siente en tu barriga, en el pecho, en la garganta, en la cabeza?
Olvida la palabra 'ansiedad' (porque es una palabra de segunda mano) y siente directamente las sensaciones vivas que están ahí, momento-a-momento, sin intentar deshacerte de ellas o detenerlas, sin siquiera desear que desaparezcan.
Date la oportunidad de ser curioso y ver lo que está vivo en tu cuerpo en este momento, las sensaciones físicas de este momento.
Sal del pasado y el futuro y sumérgete en la presencia.
Respira en las sensaciones, dignifícalas con tu aliento, con oxígeno, con vida, con tu amorosa atención. ¿Sientes mariposas en el estómago? ¿Tus músculos se sienten tensos? ¿Qué músculos? ¿Podrías brindarle a todo ello una amorosa atención y respirar allí? Hazles saber a las sensaciones que tienen permiso de estar aquí, que están incluidas en la vida, que finalmente no cuentas con ninguna agenda que pretenda destruirlas, que pueden quedarse, por ahora. Y que sólo hay el Ahora.
Si los pensamientos están girando sin control y haciendo su fiesta, si hay demasiadas nubes de pensamiento en el cielo de la consciencia, es maravilloso. No intentes detener los pensamientos o silenciar todas esas voces, imágenes, recuerdos, fantasías, porque eso también te hará sentir más ansioso. Sólo los pensamientos querrían detener a los pensamientos. Sé el cielo, en donde las nubes de pensamiento pueden danzar. Los pensamientos no son la realidad, y no son lo que realmente eres. Son sólo sonidos e imágenes.
Los pensamientos pueden dispararse hacia el futuro o el pasado, pero eso está bien - eso es lo que hace la mente, constantemente se regresa o se adelanta.
Sin embargo tú estás aquí. Tú estás justo aquí; aquí es donde vive tu presencia. Deja que todos los pensamientos estén aquí, contigo, todos los sonidos, todos los sentimientos, todas las urgencias Incluso admite tus sentimientos de no-aceptación, tu prisa por escapar de este momento. Conforme tu cuerpo libera tensión, podrías encontrarte nervioso, bostezando, riendo, o hasta temblando, o simplemente descansando más profundamente...
Si no puedes aceptarte a ti mismo como eres, entonces, ¿podrías aceptar plenamente tu incapacidad para aceptar? Y si no puedes aceptar eso, ¿serías capaz de ver que incluso tu incapacidad de aceptar es parte de la vida, parte de este momento, parte del movimiento del universo? No tienes que aceptarte a ti mismo, o aceptar este momento, porque ya ha sido aceptado. Ya está aquí, completamente vivo, y ya es como es.
La ansiedad es como un niño pequeño que ha llegado a tu espacio. No ha venido a arruinarte, o a hacerte daño, sino a despertarte. Simplemente quiere ser reconocido, acogido, sólo quiere ser incluido en la inmensidad de este momento.
La ansiedad anhela un hogar. ¿Huirás cuando se presente de nuevo, te distraerás, o finalmente le darás la bienvenida?
Jeff Foster
Aquello de lo que huyes siempre te persigue. No ocultes tu malestar ni te distraigas de él, ni finjas estar 'bien.' Comer, beber, ir de compras, empastillarte, hablar sin parar, silbar, andar de prisa en forma irracional, apresurarte a revisar tus mensajes o querer ponerte en contacto con tus amigos de inmediato, tratar de controlar todo lo que te rodea, darle vueltas y vueltas a la idea de 'yo y mi atareada vida,' todas estas son formas de evitar el hecho de que estás ansioso, son formas de abandonarte cuando más lo necesitas.
Respira. Siente tus pies en la tierra, tu vientre elevándose y relajándose con cada respiración. No pienses en tu ansiedad ni cómo deshacerte de ella - ese es el viejo paradigma. ¡Siente la ansiedad plenamente! Localízala en tu cuerpo - ¿se siente en tu barriga, en el pecho, en la garganta, en la cabeza?
Olvida la palabra 'ansiedad' (porque es una palabra de segunda mano) y siente directamente las sensaciones vivas que están ahí, momento-a-momento, sin intentar deshacerte de ellas o detenerlas, sin siquiera desear que desaparezcan.
Date la oportunidad de ser curioso y ver lo que está vivo en tu cuerpo en este momento, las sensaciones físicas de este momento.
Sal del pasado y el futuro y sumérgete en la presencia.
Respira en las sensaciones, dignifícalas con tu aliento, con oxígeno, con vida, con tu amorosa atención. ¿Sientes mariposas en el estómago? ¿Tus músculos se sienten tensos? ¿Qué músculos? ¿Podrías brindarle a todo ello una amorosa atención y respirar allí? Hazles saber a las sensaciones que tienen permiso de estar aquí, que están incluidas en la vida, que finalmente no cuentas con ninguna agenda que pretenda destruirlas, que pueden quedarse, por ahora. Y que sólo hay el Ahora.
Si los pensamientos están girando sin control y haciendo su fiesta, si hay demasiadas nubes de pensamiento en el cielo de la consciencia, es maravilloso. No intentes detener los pensamientos o silenciar todas esas voces, imágenes, recuerdos, fantasías, porque eso también te hará sentir más ansioso. Sólo los pensamientos querrían detener a los pensamientos. Sé el cielo, en donde las nubes de pensamiento pueden danzar. Los pensamientos no son la realidad, y no son lo que realmente eres. Son sólo sonidos e imágenes.
Los pensamientos pueden dispararse hacia el futuro o el pasado, pero eso está bien - eso es lo que hace la mente, constantemente se regresa o se adelanta.
Sin embargo tú estás aquí. Tú estás justo aquí; aquí es donde vive tu presencia. Deja que todos los pensamientos estén aquí, contigo, todos los sonidos, todos los sentimientos, todas las urgencias Incluso admite tus sentimientos de no-aceptación, tu prisa por escapar de este momento. Conforme tu cuerpo libera tensión, podrías encontrarte nervioso, bostezando, riendo, o hasta temblando, o simplemente descansando más profundamente...
Si no puedes aceptarte a ti mismo como eres, entonces, ¿podrías aceptar plenamente tu incapacidad para aceptar? Y si no puedes aceptar eso, ¿serías capaz de ver que incluso tu incapacidad de aceptar es parte de la vida, parte de este momento, parte del movimiento del universo? No tienes que aceptarte a ti mismo, o aceptar este momento, porque ya ha sido aceptado. Ya está aquí, completamente vivo, y ya es como es.
La ansiedad es como un niño pequeño que ha llegado a tu espacio. No ha venido a arruinarte, o a hacerte daño, sino a despertarte. Simplemente quiere ser reconocido, acogido, sólo quiere ser incluido en la inmensidad de este momento.
La ansiedad anhela un hogar. ¿Huirás cuando se presente de nuevo, te distraerás, o finalmente le darás la bienvenida?
Jeff Foster
16 julio 2015
Vacía la taza
Érase una vez que un erudito vino a visitar a una santa. Después que
el erudito hablara por un buen rato, la santa le ofreció una taza de
té. Llenó lentamente la taza del estudioso: poco a poco el nivel del té
llegó al borde de la taza, hasta comenzar a derramarlo sobre la mesa,
pero ella seguía vertiendo más té en la taza. El erudito exclamó:
"¡Para! ¡No puedes agregar más a algo que ya está lleno!” La santa dejó
la tetera en la mesa y respondió: "Exactamente".
Sea en el vacio de la tela de un pintor, en el silencio entre las notas de la música, en el suelo libre para un nuevo jardín, en el abrirse a lo desconocido del científico que explora nuevas hipótesis, en una estantería sin usar en un armario, o en algún tiempo libre de tu agenda, necesitas espacio para actuar efectivamente, para bailar con tus compañeros, y para tener espacio alrededor de tus reacciones emocionales.
Sin embargo, la mayoría de nosotros, yo incluido, tendemos a guardar tanto como sea posible en cualquier lugar disponible: closets, horarios, presupuestos, relaciones e incluso en la propia mente.
Por ejemplo, al estar últimamente enfocado en relajarme y rejuvenecerme después de tener algunos problemas de salud, se me hace dolorosamente obvio lo mucho que mi mente está llena de temas de trabajo: los pequeños detalles de las tareas por hacer, los problemas a evitar, las oportunidades que aprovechar siguen apareciendo en mi conciencia llamando mi atención. Para una amiga mía, el papel tapiz de su propia mente, como ella dice, es la ruminación constante sobre sus problemas de salud.
Las culturas pueden atiborrarse también. Por ejemplo, cuando fui a Australia, parecía que la mayoría de la gente operaba aproximadamente a un 85% de su capacidad, a diferencia de mi experiencia con los estadounidenses (como yo) que corremos lo más cerca del 100% posible. Así que cuando te encuentras con australianos que conoces en la calle, ellos se dan el tiempo para quedarse ahí y hablar contigo, y se dan el tiempo en sus propias vidas para el ocio, la reflexión y la creatividad.
Recuerda la taza: su valor está en el espacio, en el vacío que es capaz de sostener.
¿Cómo?
Pon más atención al elemento del espacio, de la apertura, de las
posibilidades, de la capacidad de contener y del vacío de tu vida. Esto
incluye el espacio en un cajón, el volumen de aire en la cocina, el
vacío en una ampolleta, la apertura mental en un amigo, o el tráfico
mínimo en una carretera. Aprecia conscientemente los beneficiosos
“algos” que son los regalos de varias “nadas”.
¿Cuál es el "papel tapiz" de tu propia mente - las preocupaciones diarias que la llenan como la maleza tomándose el jardín? Los sospechosos de siempre incluyen a las preocupaciones recurrentes, los problemas en el trabajo, los resentimientos y los remordimientos. Trata de estar más atentos a ellos y de desengancharte antes cuando comienzan a tomar todo el espacio. Dirige tu atención hacia algo positivo e interesante, y luego trata de enfocarte en este tema.
A veces estás atrapado con una tremenda lista de tareas por hacer (he estado allí… ups, ¡todavía estoy aquí!). Pero al menos vacía la lista más rápido de lo que la llenas con nuevas tareas.
Crea espacio entre el término de una cosa y el comienzo de otra. Por ejemplo, después de enviar un correo electrónico, toma un respiro antes de responder otro; cuando terminas de lavar los platos, date una pausa; en una conversación, permite que el final de uno de los temas resuene por un momento antes de lanzar otro; toma tiempo de verdad para almorzar.
Bota las cosas que ya no puedes seguir arrastrando. A nivel del mar, puedes correr con un ladrillo en la mochila, pero si estás en haciendo senderismo en una montaña, ese ladrillo no puede seguir ahí. Del mismo modo, la mayoría tenemos algunos hábitos, indulgencias, ideas, resentimientos, o fijaciones que alguna vez estuvieron OK, pero ahora – en distintas circunstancias (como tener más responsabilidades, tener una familia o envejecer) te están agotando y deben irse. ¿Cuál es tu propio ladrillo? ¿Qué ganarías sacándolo de tu mochila?
Explora la práctica de no-agregar como una forma de restar, de vaciar: no responder automáticamente en una pelea... no presumir que sabes la respuesta correcta... no asumir un nuevo compromiso... no sumar otra autocrítica más...
Disfruta el vacío en las formas que te hagan sentido: tal vez en el silencio de la noche cuando todos duermen menos tú, una página en blanco en tu diario, la escucha atenta de un amigo, el mesón de la cocina vacío cuando comienzas a cocinar (personalmente me encanta éste), una ventana en tu horario, el espacio entre los pensamientos cuando tu mente se calma y se aquieta, o un sábado sin planes en absoluto.
O una taza esperando pacientemente el té.
Rick Hanson
Sea en el vacio de la tela de un pintor, en el silencio entre las notas de la música, en el suelo libre para un nuevo jardín, en el abrirse a lo desconocido del científico que explora nuevas hipótesis, en una estantería sin usar en un armario, o en algún tiempo libre de tu agenda, necesitas espacio para actuar efectivamente, para bailar con tus compañeros, y para tener espacio alrededor de tus reacciones emocionales.
Sin embargo, la mayoría de nosotros, yo incluido, tendemos a guardar tanto como sea posible en cualquier lugar disponible: closets, horarios, presupuestos, relaciones e incluso en la propia mente.
Por ejemplo, al estar últimamente enfocado en relajarme y rejuvenecerme después de tener algunos problemas de salud, se me hace dolorosamente obvio lo mucho que mi mente está llena de temas de trabajo: los pequeños detalles de las tareas por hacer, los problemas a evitar, las oportunidades que aprovechar siguen apareciendo en mi conciencia llamando mi atención. Para una amiga mía, el papel tapiz de su propia mente, como ella dice, es la ruminación constante sobre sus problemas de salud.
Las culturas pueden atiborrarse también. Por ejemplo, cuando fui a Australia, parecía que la mayoría de la gente operaba aproximadamente a un 85% de su capacidad, a diferencia de mi experiencia con los estadounidenses (como yo) que corremos lo más cerca del 100% posible. Así que cuando te encuentras con australianos que conoces en la calle, ellos se dan el tiempo para quedarse ahí y hablar contigo, y se dan el tiempo en sus propias vidas para el ocio, la reflexión y la creatividad.
Recuerda la taza: su valor está en el espacio, en el vacío que es capaz de sostener.
¿Cómo?
¿Cuál es el "papel tapiz" de tu propia mente - las preocupaciones diarias que la llenan como la maleza tomándose el jardín? Los sospechosos de siempre incluyen a las preocupaciones recurrentes, los problemas en el trabajo, los resentimientos y los remordimientos. Trata de estar más atentos a ellos y de desengancharte antes cuando comienzan a tomar todo el espacio. Dirige tu atención hacia algo positivo e interesante, y luego trata de enfocarte en este tema.
A veces estás atrapado con una tremenda lista de tareas por hacer (he estado allí… ups, ¡todavía estoy aquí!). Pero al menos vacía la lista más rápido de lo que la llenas con nuevas tareas.
Crea espacio entre el término de una cosa y el comienzo de otra. Por ejemplo, después de enviar un correo electrónico, toma un respiro antes de responder otro; cuando terminas de lavar los platos, date una pausa; en una conversación, permite que el final de uno de los temas resuene por un momento antes de lanzar otro; toma tiempo de verdad para almorzar.
Bota las cosas que ya no puedes seguir arrastrando. A nivel del mar, puedes correr con un ladrillo en la mochila, pero si estás en haciendo senderismo en una montaña, ese ladrillo no puede seguir ahí. Del mismo modo, la mayoría tenemos algunos hábitos, indulgencias, ideas, resentimientos, o fijaciones que alguna vez estuvieron OK, pero ahora – en distintas circunstancias (como tener más responsabilidades, tener una familia o envejecer) te están agotando y deben irse. ¿Cuál es tu propio ladrillo? ¿Qué ganarías sacándolo de tu mochila?
Explora la práctica de no-agregar como una forma de restar, de vaciar: no responder automáticamente en una pelea... no presumir que sabes la respuesta correcta... no asumir un nuevo compromiso... no sumar otra autocrítica más...
Disfruta el vacío en las formas que te hagan sentido: tal vez en el silencio de la noche cuando todos duermen menos tú, una página en blanco en tu diario, la escucha atenta de un amigo, el mesón de la cocina vacío cuando comienzas a cocinar (personalmente me encanta éste), una ventana en tu horario, el espacio entre los pensamientos cuando tu mente se calma y se aquieta, o un sábado sin planes en absoluto.
O una taza esperando pacientemente el té.
Rick Hanson
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14 julio 2015
Vive mientras tengas vida
No puedes ser todo para todas las personas.
No puedes hacer todas las cosas al mismo tiempo.
No puedes hacer todas las cosas igual de bien.
No puedes hacer todas las cosas mejor de lo que lo hacen los demás, tú las haces a tu manera.
Tu humanidad se hace presente como en el resto de la gente.
Así que:
Debes buscar dentro de ti quién eres, y ser ése.
Debes decidir las prioridades, y cumplirlas.
Debes encontrar tu fuerza y usarla.
Debes aprender a no competir con los demás.
Por lo tanto:
Habrás aprendido a aceptar que eres único.
Habrás aprendido a fijar las prioridades y a tomar decisiones.
Habrás aprendido a vivir con tus limitaciones.
Habrás aprendido a respetarte.
Y serás un mortal más vital.
Atrévete a creer:
Que eres una persona maravillosa e irrepetible.
Que más que un derecho, es tu tarea encomendada ser quien eres.
Que la vida no es un problema a resolver, sino un regalo que disfrutar.
De esta forma podrás sobreponerte y disfrutar de las cosas que antes te deprimían.
¡Las lágrimas son naturales, sufre, lamentate y luego sigue adelante!
La única persona que estará con nosotros toda la vida somos nosotros.
“Vive mientras tengas vida.”
No puedes hacer todas las cosas al mismo tiempo.
No puedes hacer todas las cosas igual de bien.
No puedes hacer todas las cosas mejor de lo que lo hacen los demás, tú las haces a tu manera.
Tu humanidad se hace presente como en el resto de la gente.
Así que:
Debes buscar dentro de ti quién eres, y ser ése.
Debes decidir las prioridades, y cumplirlas.
Debes encontrar tu fuerza y usarla.
Debes aprender a no competir con los demás.
Por lo tanto:
Habrás aprendido a aceptar que eres único.
Habrás aprendido a fijar las prioridades y a tomar decisiones.
Habrás aprendido a vivir con tus limitaciones.
Habrás aprendido a respetarte.
Y serás un mortal más vital.
Atrévete a creer:
Que eres una persona maravillosa e irrepetible.
Que más que un derecho, es tu tarea encomendada ser quien eres.
Que la vida no es un problema a resolver, sino un regalo que disfrutar.
De esta forma podrás sobreponerte y disfrutar de las cosas que antes te deprimían.
¡Las lágrimas son naturales, sufre, lamentate y luego sigue adelante!
La única persona que estará con nosotros toda la vida somos nosotros.
“Vive mientras tengas vida.”
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10 julio 2015
Concedámonos el permiso de ser humanos
A menudo pensamos que nuestro camino hacia la plenitud ha de labrarse en torno a la eliminación de elementos negativos. Creemos
que en el momento que toquemos con las manos la felicidad,
automáticamente nos liberaremos de sensaciones sombrías como el dolor,
la tristeza, la pena… Y precisamente puede que sea esa la razón
por la que no la alcanzamos, porque jugamos con una teoría de base
errónea. Quizá es esa tesis equivocada la que nos hace frustrarnos, la
que nos hace pensar que no lo conseguiremos, la que nos aleja de ese
nirvana que habitualmente imaginamos cuando nos recreamos en el concepto
de felicidad.
El experto en psicología positiva Tal Ben-Shahar, que lleva años abordando este aspecto con enorme determinación, asegura que solo hay dos tipos de personas capaces de anular los malos sentimientos,
esos malos momentos que la vida nos trae de vez en cuando: los
psicópatas y los muertos. Desde luego que visto así nadie querría
situarse en ninguna de esas dos categorías. Todas nuestras emociones fluyen por la misma tubería emocional.
No existe un conducto para lo bello y otro para lo feo, no hay cañería
de alegría y otra paralela de pena. Todas las emociones se manifiestan
por el mismo lugar, lo que produce que en el momento que bloqueamos las
malas, sin querer hacemos lo mismo con las buenas. Este hecho se
entiende perfectamente cuando vemos a un bebé llorar de forma
desconsolada y, acto seguido, reír a carcajadas. O bien cuando aceptamos
que un padre puede llegar a sentir algo de envidia por el plano
prioritario que ha adoptado su hijo en su vida en pareja, al mismo
tiempo que siente un amor descontrolado hacia él o ella. Es compatible, y
lo es porque es humano.
Por eso Ben-Shahar nos invita en este camino a la felicidad precisamente a algo tan simple como eso, como otorgarnos el permiso para ser humanos.
A concedernos el permiso a sufrir y disfrutar como formas compatibles
de felicidad. Porque sería un hecho insólito, antinatural, raro, no
sufrir por alguna de las desgracias que en nuestra vida a veces nos
ocurren. Porque sufrir en un momento determinado, llorar o sentir rabia
es tan humano como la felicidad. No
hay nada malo en sentir envidia, celos, rabia… pero sí puede haber algo
malo en nuestro comportamiento posterior en relación a estos
sentimientos.
“Tratar de impedir que salgan las
emociones negativas no hace sino intensificarlas y evitar que salgan las
positivas. Hay que ser plenamente humanos”
Y sino, hagamos esta sencilla prueba: Si os pido que bajo ningún concepto penséis en un cisne rosa, ¿qué ocurre?
Pues que como yo, seguramente de forma inmediata pensaréis en un cisne
rosa. Solo cuando no tratamos de negar, cuando aceptamos que existen
sensaciones o emociones negativas, éstas se debilitan y podemos vivir
mejor, mucho más felices otorgando el valor que tienen los malos
sentimientos en su justa medida. Porque como afirma la psicóloga Susana Méndez en su libro La bondad de los buenos sentimientos,
“en la sociedad de la protección estamos íntimamente desprotegidos,
pues hemos quitado de la paleta de colores emocionales sentimientos y
emociones necesarios. Eliminamos los oscuros y nos queda un abanico
especialmente colorido, casi chillón. El optimismo, la felicidad
o el sentido del humor son tan necesarios como la frustración, la
angustia, el dolor, la agresividad, la vergüenza o la culpa,
pero estos últimos han sido suprimidos por considerarse negativos,
olvidando que también tienen su razón de ser y su utilidad”.
Esta aceptación de base acaba
convirtiéndose en el pilar más importante para una vida plena. Porque
todos sentimos miedo, por ejemplo, pero si incluso así lo superamos y
seguimos adelante, deja de ser miedo paralizante para convertirse en
valentía, en coraje. Pero no basta con aceptar con resignación. El hecho de aceptar las limitaciones no debería convertirse en otro límite
que nos imponemos, es decir, conocer nuestras debilidades, nuestros
puntos negros ha de tomarse como un impulso para superarlos, en ningún
caso un amarre a ellos.
La actriz Natalie Portman acudió hace unos años a su universidad, la de Harvard, para aconsejar a los futuros licenciados sobre su futuro laboral. ¿Qué les dijo? Pues exactamente esto, que utilizaran sus debilidades, sus limitaciones, en su beneficio.
“Cuando decidí rodar Cisne Negro (por la
que recibió el Oscar), con todos los miedos que me generaba ese papel
por no saber ballet, se transformó en una de las experiencias más
gratificantes, porque pasé por alto mis limitaciones y valió la pena. Si
me hubiera quedado anclada en ellas, no hubiera hecho esa película… o
no hubiera dirigido mi propio filme que se presentó en Cannes” Portman
de esta manera hacía buena la mítica frase de Albert Einstein: “una vez
que aceptemos nuestras limitaciones, iremos más allá de ellas”.
Porque las limitaciones están ahí, al
igual que están nuestros defectos, nuestras sombras… pero están ahí
para que las aceptemos, para que las conozcamos y las dominemos, para
que sepamos vivir junto a ellas. Solo así dejaremos salir por ese conducto compartido mucha más felicidad.
Porque “por supuesto que no hay fórmula para el éxito excepto, tal vez,
la aceptación incondicional de la vida y lo que trae” (Arthur
Rubinstein).
09 julio 2015
¡Recuerda la LUZ!
Cuando digo cosas como: "Siempre estás exactamente donde tienes que estar," o "Eres perfecto, incluso en tu imperfección," algunas personas se enojan.
"¿Qué pasa con los niños que se mueren de hambre? ¿Qué pasa con la destrucción del planeta? ¿Qué hay de la gente que muere diariamente en guerras y genocidios? ¿Acaso todo eso es perfecto?"
Hago que todo esto suene demasiado fácil, dicen. Simplista. Poco sincero. Superficial. Que apoyo la filosofía de los que viven cómodamente, de los ricos, de los privilegiados, de los jóvenes, de quienes no han sufrido lo suficiente.
Lo entiendo.
En primer lugar, jamás le diría a un niño hambriento, "todo es perfecto." Me encantaría verme a mí mismo ayudándolos de la mejor manera posible. Alimentarlos, ofrecerles mi apoyo. Nunca le diría a alguien que está sintiendo dolor, o una angustia profunda, o una pena, "tu dolor es sólo una expresión de la Unidad". (A menos que estuviera abierto a escucharlo, por supuesto. Este tipo de conversación tiene su lugar, también.) Yo más bien me sentaría con ellos, tal y como se sienten. Hablaría en su propio lenguaje. Les tomaría de la mano. Caminaría con ellos.
Desde cierto punto de vista, esta enseñanza sobre la aceptación y la presencia puede llegar a sonar cruda, narcisista, arrogante, incluso cruel. Ciertamente, podría ser utilizada como una forma de negar o rechazar nuestra humanidad, de ignorar el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo. Yo mismo estuve atrapado durante muchos años en ese tipo de espiritualidad que niega la vida, con mi corazón cerrado. Todo era perfecto, así que nada me importaba.
Pero despertar no es cerrar nuestros corazones, tampoco hacer pasar el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas como una mera ilusión. Todos somos Una sola cosa, por eso no podemos negar ningún aspecto de la totalidad. Todo es importante para el corazón. Esta es una enseñanza radical, de eso si podemos estar seguros. Se trata de una enseñanza que llega hasta la raíz. Es una enseñanza que nunca será popular, y que podría muy fácilmente ser malinterpretada.
¿Cuál es la esencia? Tu valía, tu autoestima, tu felicidad, tu totalidad, nunca dependen de fuerzas externas. Al saber lo que eres, dejas de buscar fuera de ti. Dejas de buscar a los demás para completarte, para hacerte íntegro. Y dejas de utilizar cosas externas como una excusa para desconectarte de tu propio brillo. Tú eres un sol, brillando, y nada en el mundo puede despojarte de eso. Tú eres la luz de la consciencia misma, y esto es verdad tanto si estás en el supermercado, o en prisión, o en una cama de hospital, o en las calles. Tu valor es infinito ante los ojos del universo.
Nelson Mandela lo sabía, incluso en prisión. Martin Luther King lo sabía, incluso mientras las balas lo atravesaban. Jesús lo sabía, mientras lo clavaban en la cruz. Victor Frankl lo sabía, mientras consolaba a otros en las entrañas de un campo de exterminación nazi. Ana Frank lo sabía. Jacques Lusseyran lo sabía. Gandhi lo sabía. Sócrates lo sabía. Malala Yousafzai lo sabía. Podían dispararle, pero su luz no podía morir, y las balas hicieron que su luz brillara con mucha más intensidad. Desde un sitio de paz, incluso perdón, ella llevó esperanza a quienes nunca tuvieron una voz.
Nunca tienes que dejar de brillar.
Y no tienes que volverte perfecto. La gracia no es algo que uno se merezca, no es algo que deba justificarse, es algo que de cualquier forma nos es dado. No necesitas alcanzar estados trascendentes. No tienes que sentirte alegre todo el tiempo, o dichoso todo el tiempo, o seguro todo el tiempo, o sin miedo todo el tiempo. No necesitas contar con todas las respuestas. Tu duda, tu tristeza, tu inseguridad, incluso tu desesperación son todos santos, y espirituales, y están imbuidos de luz, y desean ser abrazados, no apartados. Incluso tu falta de confianza es confiable, y tu incapacidad de amar es digna de amor a la luz del amor. Eres íntegro, y siempre has sido íntegro, y el coraje no es la ausencia de miedo o duda, sino la disposición de incluir todo ello en tu inmenso corazón, mientras das el siguiente paso, y el siguiente...
Así que sí, tú estás exactamente donde se supone que debes estar. No porque todo haya sido predeterminado y predestinado y escrito previamente, tampoco porque eres superior o especial o incluso porque allí estés físicamente seguro, sino porque donde estás, exactamente donde estás, es el lugar donde la sanación es posible. Y así, la aceptación no es una excusa para la pasividad, o para la tolerancia, o para darte por vencido, sino una razón para la esperanza, una receta para sanar, el origen del cambio.
Incluso si el mundo se derrumba a tu alrededor, dentro, en tu corazón de corazones, no tienes porqué ser una víctima, porque recuerdas la luz, la luz que no puede extinguirse a causa del dolor, del hambre, de la tristeza, incluso por la amenaza de la ausencia de luz. Tú recuerdas la luz de la Vida misma, la fuente de tu asombroso poder. Tú eres eso. Y no estás solo. Y tu poder reside en tu conexión con tu aliento, y con tu vientre, y con tus pies, y con la tierra, y con el universo, y con la verdad viviente detrás de todas las concepciones de la verdad. Y continúas caminando, no siempre sabiendo a dónde te conducirá el camino.
Las cosas podrían no sentirse 'perfectas' para ti en este momento, amigo, pero eres de infinito valor, y tu futuro no está aún escrito, independientemente de lo que opine la mente.
Y verás estos días en retrospectiva, y sonreirás.
Y si no sonríes, entonces por lo menos, comprenderás.
Jeff Foster
"¿Qué pasa con los niños que se mueren de hambre? ¿Qué pasa con la destrucción del planeta? ¿Qué hay de la gente que muere diariamente en guerras y genocidios? ¿Acaso todo eso es perfecto?"
Hago que todo esto suene demasiado fácil, dicen. Simplista. Poco sincero. Superficial. Que apoyo la filosofía de los que viven cómodamente, de los ricos, de los privilegiados, de los jóvenes, de quienes no han sufrido lo suficiente.
Lo entiendo.
En primer lugar, jamás le diría a un niño hambriento, "todo es perfecto." Me encantaría verme a mí mismo ayudándolos de la mejor manera posible. Alimentarlos, ofrecerles mi apoyo. Nunca le diría a alguien que está sintiendo dolor, o una angustia profunda, o una pena, "tu dolor es sólo una expresión de la Unidad". (A menos que estuviera abierto a escucharlo, por supuesto. Este tipo de conversación tiene su lugar, también.) Yo más bien me sentaría con ellos, tal y como se sienten. Hablaría en su propio lenguaje. Les tomaría de la mano. Caminaría con ellos.
Desde cierto punto de vista, esta enseñanza sobre la aceptación y la presencia puede llegar a sonar cruda, narcisista, arrogante, incluso cruel. Ciertamente, podría ser utilizada como una forma de negar o rechazar nuestra humanidad, de ignorar el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo. Yo mismo estuve atrapado durante muchos años en ese tipo de espiritualidad que niega la vida, con mi corazón cerrado. Todo era perfecto, así que nada me importaba.
Pero despertar no es cerrar nuestros corazones, tampoco hacer pasar el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas como una mera ilusión. Todos somos Una sola cosa, por eso no podemos negar ningún aspecto de la totalidad. Todo es importante para el corazón. Esta es una enseñanza radical, de eso si podemos estar seguros. Se trata de una enseñanza que llega hasta la raíz. Es una enseñanza que nunca será popular, y que podría muy fácilmente ser malinterpretada.
¿Cuál es la esencia? Tu valía, tu autoestima, tu felicidad, tu totalidad, nunca dependen de fuerzas externas. Al saber lo que eres, dejas de buscar fuera de ti. Dejas de buscar a los demás para completarte, para hacerte íntegro. Y dejas de utilizar cosas externas como una excusa para desconectarte de tu propio brillo. Tú eres un sol, brillando, y nada en el mundo puede despojarte de eso. Tú eres la luz de la consciencia misma, y esto es verdad tanto si estás en el supermercado, o en prisión, o en una cama de hospital, o en las calles. Tu valor es infinito ante los ojos del universo.
Nelson Mandela lo sabía, incluso en prisión. Martin Luther King lo sabía, incluso mientras las balas lo atravesaban. Jesús lo sabía, mientras lo clavaban en la cruz. Victor Frankl lo sabía, mientras consolaba a otros en las entrañas de un campo de exterminación nazi. Ana Frank lo sabía. Jacques Lusseyran lo sabía. Gandhi lo sabía. Sócrates lo sabía. Malala Yousafzai lo sabía. Podían dispararle, pero su luz no podía morir, y las balas hicieron que su luz brillara con mucha más intensidad. Desde un sitio de paz, incluso perdón, ella llevó esperanza a quienes nunca tuvieron una voz.
Nunca tienes que dejar de brillar.
Y no tienes que volverte perfecto. La gracia no es algo que uno se merezca, no es algo que deba justificarse, es algo que de cualquier forma nos es dado. No necesitas alcanzar estados trascendentes. No tienes que sentirte alegre todo el tiempo, o dichoso todo el tiempo, o seguro todo el tiempo, o sin miedo todo el tiempo. No necesitas contar con todas las respuestas. Tu duda, tu tristeza, tu inseguridad, incluso tu desesperación son todos santos, y espirituales, y están imbuidos de luz, y desean ser abrazados, no apartados. Incluso tu falta de confianza es confiable, y tu incapacidad de amar es digna de amor a la luz del amor. Eres íntegro, y siempre has sido íntegro, y el coraje no es la ausencia de miedo o duda, sino la disposición de incluir todo ello en tu inmenso corazón, mientras das el siguiente paso, y el siguiente...
Así que sí, tú estás exactamente donde se supone que debes estar. No porque todo haya sido predeterminado y predestinado y escrito previamente, tampoco porque eres superior o especial o incluso porque allí estés físicamente seguro, sino porque donde estás, exactamente donde estás, es el lugar donde la sanación es posible. Y así, la aceptación no es una excusa para la pasividad, o para la tolerancia, o para darte por vencido, sino una razón para la esperanza, una receta para sanar, el origen del cambio.
Incluso si el mundo se derrumba a tu alrededor, dentro, en tu corazón de corazones, no tienes porqué ser una víctima, porque recuerdas la luz, la luz que no puede extinguirse a causa del dolor, del hambre, de la tristeza, incluso por la amenaza de la ausencia de luz. Tú recuerdas la luz de la Vida misma, la fuente de tu asombroso poder. Tú eres eso. Y no estás solo. Y tu poder reside en tu conexión con tu aliento, y con tu vientre, y con tus pies, y con la tierra, y con el universo, y con la verdad viviente detrás de todas las concepciones de la verdad. Y continúas caminando, no siempre sabiendo a dónde te conducirá el camino.
Las cosas podrían no sentirse 'perfectas' para ti en este momento, amigo, pero eres de infinito valor, y tu futuro no está aún escrito, independientemente de lo que opine la mente.
Y verás estos días en retrospectiva, y sonreirás.
Y si no sonríes, entonces por lo menos, comprenderás.
Jeff Foster
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08 julio 2015
Recurre a la compasión para expulsar la negatividad...
En
ocasiones los peores encuentros que tenemos se convierten en una
maravillosa guía espiritual. Por ejemplo, yo una vez tuve una acalorada
discusión con una mujer que atendía un negocio de renta de autos. Ella
sentía la necesidad de hacer ostensible su poder y se esforzó en
complicarme las cosas. Mi propia reacción no fue mejor que su exabrupto.
Sentí la necesidad de responder a mi vez con el poder que yo tenía,
amenazándola con llamar al gerente para presentar una queja. Y eso fue
justo lo que hice.
Incluso horas después de haber presentado mi reclamo ante la oficina corporativa y el gerente regional, no me sentía mejor. Había pensado que quejarme por lo mal que me habían tratado me ayudaría a superar la mala experiencia. Pero en realidad me hizo sentir peor. Así que me puse a explorar qué lección podía obtener de esto. Ya en un espacio de quietud, escuché a mi voz interna recitar uno de los cinco sutras de Yogui Bhajan para la Era de Acuario: "Reconoce que la otra persona eres tú". Me sorprendió cómo guío mi interior: el mensaje era muy claro e hizo un gran eco en mí.
Entonces me puse a explorar cómo me reflejaba en esa enojada representante de servicio al cliente. Me di cuenta de que su comportamiento era simplemente un reflejo de una parte de mi propia sombra que yo no estaba viendo. En esa contemplación silenciosa, fui capaz de aceptar que en el fondo había una parte de mí que quería controlar la situación y el resultado. Era justo la misma característica que la representante de servicio al cliente había mostrado. Su arraigada necesidad de tener el control se topó frente a frente con mi propia necesidad de tener el control.
El poder de la compasión
En el momento en que me percaté de que su dolor y sufrimiento eran míos también, llegó la compasión. Experimenté una profunda sensación de amor y conexión hacia esta mujer, con la que había peleado sólo unas horas antes. Sentí compasión por su tristeza, su impotencia y su necesidad de tener el control. Luego dirigí esa compasión hacia mí misma. Honré esos lugares oscuros dentro de mí que todavía sentían la necesidad de controlar, de ejercer el poder, y liberé un dolor que no había sentido.
Otro de los cinco sutras de Yogui Bhajan para la Era de Acuario sostiene: "Entiende a través de la compasión o malinterpretarás los tiempos". Este sutra estuvo rondando mi mente mientras sanaba mi percepción falsa de la mujer del negocio de renta de autos. Sentir compasión me permitió reconectarme con lo que es real, con lo que nos conecta y con la razón por la que estamos aquí: amar y ser amados. Cuando elegimos disolver todas las barreras con amor, comenzamos a vivir de verdad.
El punto central de este mensaje es que incluso los extraños pueden brindarnos oportunidades para poder ver las partes ensombrecidas de nosotros mismos que queremos mantener escondidas. En Un curso de milagros se nos enseña lo siguiente: "Lo que está escondido puede asustar no por lo que es, sino porque está oculto". El problema no es lo que escondemos, sino que no estamos dispuestos a sacarlo a la luz para lidiar con ello. Los momentos milagrosos en los que nos convertimos en testigos de la sombra de nuestro ego son los momentos en los que podemos entregarnos. Deja que la gente sea un espejo que te refleje, mostrándote lo que debes trabajar en ti mismo.
La próxima vez que alguien te exaspere, observa tu reacción y recuerda que las características que te disgustan de esa persona son una parte de tu sombra que no reconoces. En quietud, deja que tu guía interior te enseñe qué es lo que necesitas liberar. Mantente dispuesto a reconocer que la otra persona eres tú, entiende a través de la compasión y permite que los otros sean tus mejores maestros.
La unidad, la compasión y el amor son lo que necesitamos para conectarnos y servir al mundo. Vivimos tiempos en los que la separación y los ataques han destruido culturas y comunidades, acabando con incontables vidas. Sin importar en qué parte del mundo te encuentres, estás sintiendo el efecto de la separación. Todos tenemos que jugar un papel en la sanación de la energía del mundo, para que la balanza deje de inclinarse hacia la negatividad. Somos responsables de sanar nuestras falsas percepciones de los otros, moviéndonos desde un espacio de compasión y gracia.
Gabrielle Bernstein
Incluso horas después de haber presentado mi reclamo ante la oficina corporativa y el gerente regional, no me sentía mejor. Había pensado que quejarme por lo mal que me habían tratado me ayudaría a superar la mala experiencia. Pero en realidad me hizo sentir peor. Así que me puse a explorar qué lección podía obtener de esto. Ya en un espacio de quietud, escuché a mi voz interna recitar uno de los cinco sutras de Yogui Bhajan para la Era de Acuario: "Reconoce que la otra persona eres tú". Me sorprendió cómo guío mi interior: el mensaje era muy claro e hizo un gran eco en mí.
Entonces me puse a explorar cómo me reflejaba en esa enojada representante de servicio al cliente. Me di cuenta de que su comportamiento era simplemente un reflejo de una parte de mi propia sombra que yo no estaba viendo. En esa contemplación silenciosa, fui capaz de aceptar que en el fondo había una parte de mí que quería controlar la situación y el resultado. Era justo la misma característica que la representante de servicio al cliente había mostrado. Su arraigada necesidad de tener el control se topó frente a frente con mi propia necesidad de tener el control.
El poder de la compasión
En el momento en que me percaté de que su dolor y sufrimiento eran míos también, llegó la compasión. Experimenté una profunda sensación de amor y conexión hacia esta mujer, con la que había peleado sólo unas horas antes. Sentí compasión por su tristeza, su impotencia y su necesidad de tener el control. Luego dirigí esa compasión hacia mí misma. Honré esos lugares oscuros dentro de mí que todavía sentían la necesidad de controlar, de ejercer el poder, y liberé un dolor que no había sentido.
Otro de los cinco sutras de Yogui Bhajan para la Era de Acuario sostiene: "Entiende a través de la compasión o malinterpretarás los tiempos". Este sutra estuvo rondando mi mente mientras sanaba mi percepción falsa de la mujer del negocio de renta de autos. Sentir compasión me permitió reconectarme con lo que es real, con lo que nos conecta y con la razón por la que estamos aquí: amar y ser amados. Cuando elegimos disolver todas las barreras con amor, comenzamos a vivir de verdad.
El punto central de este mensaje es que incluso los extraños pueden brindarnos oportunidades para poder ver las partes ensombrecidas de nosotros mismos que queremos mantener escondidas. En Un curso de milagros se nos enseña lo siguiente: "Lo que está escondido puede asustar no por lo que es, sino porque está oculto". El problema no es lo que escondemos, sino que no estamos dispuestos a sacarlo a la luz para lidiar con ello. Los momentos milagrosos en los que nos convertimos en testigos de la sombra de nuestro ego son los momentos en los que podemos entregarnos. Deja que la gente sea un espejo que te refleje, mostrándote lo que debes trabajar en ti mismo.
La próxima vez que alguien te exaspere, observa tu reacción y recuerda que las características que te disgustan de esa persona son una parte de tu sombra que no reconoces. En quietud, deja que tu guía interior te enseñe qué es lo que necesitas liberar. Mantente dispuesto a reconocer que la otra persona eres tú, entiende a través de la compasión y permite que los otros sean tus mejores maestros.
La unidad, la compasión y el amor son lo que necesitamos para conectarnos y servir al mundo. Vivimos tiempos en los que la separación y los ataques han destruido culturas y comunidades, acabando con incontables vidas. Sin importar en qué parte del mundo te encuentres, estás sintiendo el efecto de la separación. Todos tenemos que jugar un papel en la sanación de la energía del mundo, para que la balanza deje de inclinarse hacia la negatividad. Somos responsables de sanar nuestras falsas percepciones de los otros, moviéndonos desde un espacio de compasión y gracia.
Gabrielle Bernstein
07 julio 2015
No dejes a nadie fuera de tu corazón
Todos conocemos personas que son.... difíciles. Puede
ser un padre crítico, un supervisor mandón, un familiar que te tiene
como caminando sobre huevos, un buen amigo que a veces no cumple, un
compañero de trabajo a quien no le gustas, una pareja que no respeta los
acuerdos, o un político que no te gusta. Ahora mismo estoy pensando en
un vecino que se negó a pagar su parte del cerco que separa nuestras
casas.
Como dijo Jean-Paul Sartre: "El infierno son los otros"
Sin duda, eso es un poco exagerado. Sin embargo, la mayor parte de las desilusiones, dolores, e irritaciones que sufre una persona surgen en reacción a otras personas.
Irónicamente, para que las buenas relaciones sean tan nutritivas para nosotros como seres humanos – quienes hemos evolucionado para ser los animales más íntimamente relacionados en el planeta - debemos estar tan ligados a los otros que algunos de ellos pueden realmente moverte el piso.
¿Qué puedes hacer?
Imagínate que has tratado de arreglar las cosas – como tomar la iniciativa, acercarte y tratar de hablar los problemas, encontrar acuerdos razonables, poner límites, etc. – pero los resultados han sido parciales o inexistentes.
En este punto, es natural cerrarse hacia la otra persona, a menudo con sentimientos de aprehensión, resentimiento o desdén. Al mismo tiempo que el cerebro definitivamente evolucionó para cuidar del “nosotros”, también evolucionó para separarte de, para temer a, y para atacar a “los otros” – y estos antiguos mecanismos neurales pueden rápidamente apoderarse de ti.
Pero ¿Cuáles son los resultados? No te sientes bien cuando te cierras. Hace que tu corazón se vuelva pesado y contraído. Y predispone a tu cerebro a estar más tenso y reactivo, lo que podría meterte en problemas, además de incitar a la otra persona a actuar peor que nunca.
A veces sí tienes que colgar el teléfono, bloquear a alguien en Facebook, cambiar el canal en la televisión, o quedarte en un motel cuando visitas a familiares. A veces tienes que sacar a alguien de tu negocio, de tu grupo de trabajo, de una lista para una fiesta – o de tu cama.
En situaciones extremas como abusos, puede ser necesario distanciarte completamente de la otra persona por un tiempo o para siempre; cuidarte en esas situaciones, y escuchar tu sabiduría interna sobre qué es lo mejor para ti. Pero en general:
No dejes a nadie fuera de tu corazón.
Siente la fuerza de estar con el corazón abierto, con el corazón pleno. No estés asustado, y mantén un corazón benevolente. Paradójicamente, la persona más abierta en una relación es usualmente la más fuerte.
Intenta sentir tu corazón siendo expansivo e inclusivo, como el cielo. El cielo se mantiene abierto a todas las nubes, y no se afecta ni siquiera por las tormentas. Mantener tu corazón abierto hace más difícil que los demás puedan irritarte.
Nota que un corazón abierto aun permite tener claridad sobre qué funciona para ti y qué no, y también ser firme, poner límites y hablar claro. Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, y el Dalai Lama son famosos por mantener un corazón abierto, y al mismo tiempo poder ser muy efectivos.
Viendo todo esto, comprométete a mantener un corazón abierto.
Para esto, pon atención plena a qué se siente – físicamente, emocionalmente, mentalmente – tener tu corazón cerrado hacia una determinada persona. Ten conciencia de las razones aparentemente buenas que el cerebro/mente reactivo genera para justificar esto.
Luego pregúntate a ti mismo, dada la naturaleza de esta persona que nos inquieta, ¿cuál hubiese sido un mejor camino a seguir para ti? Por ejemplo, quizás podrías haber buscado apoyo de otros o haberte cuidado/nutrido más a ti mismo, de manera que esa situación te hubiera afectado menos. O haber hablado antes, para prevenir que las cosas se hayan escapado de las manos. O haber manejado tus reacciones internas más hábilmente. Quizás hiciste alguna cosa que predispuso a la otra persona a ponerse difícil. Cualquiera que sean las lecciones, no hay aquí felicitaciones o culpas, sólo un buen aprendizaje.
Y ahora, si quieres, explora abrir nuevamente tu corazón hacia esa persona. La vida ha sido difícil para él o ella también. Quizás nada cambie en tu comportamiento o en la naturaleza de la relación. Sin embargo, te sentirás diferente – y mejor.
Por último, no te dejes a ti mismo fuera de tu corazón. Si te conocieras a ti mismo como a otra persona, ¿no quisieras sostener a esa persona en tu corazón?
Rick Hanson
Como dijo Jean-Paul Sartre: "El infierno son los otros"
Sin duda, eso es un poco exagerado. Sin embargo, la mayor parte de las desilusiones, dolores, e irritaciones que sufre una persona surgen en reacción a otras personas.
Irónicamente, para que las buenas relaciones sean tan nutritivas para nosotros como seres humanos – quienes hemos evolucionado para ser los animales más íntimamente relacionados en el planeta - debemos estar tan ligados a los otros que algunos de ellos pueden realmente moverte el piso.
¿Qué puedes hacer?
Imagínate que has tratado de arreglar las cosas – como tomar la iniciativa, acercarte y tratar de hablar los problemas, encontrar acuerdos razonables, poner límites, etc. – pero los resultados han sido parciales o inexistentes.
En este punto, es natural cerrarse hacia la otra persona, a menudo con sentimientos de aprehensión, resentimiento o desdén. Al mismo tiempo que el cerebro definitivamente evolucionó para cuidar del “nosotros”, también evolucionó para separarte de, para temer a, y para atacar a “los otros” – y estos antiguos mecanismos neurales pueden rápidamente apoderarse de ti.
Pero ¿Cuáles son los resultados? No te sientes bien cuando te cierras. Hace que tu corazón se vuelva pesado y contraído. Y predispone a tu cerebro a estar más tenso y reactivo, lo que podría meterte en problemas, además de incitar a la otra persona a actuar peor que nunca.
A veces sí tienes que colgar el teléfono, bloquear a alguien en Facebook, cambiar el canal en la televisión, o quedarte en un motel cuando visitas a familiares. A veces tienes que sacar a alguien de tu negocio, de tu grupo de trabajo, de una lista para una fiesta – o de tu cama.
En situaciones extremas como abusos, puede ser necesario distanciarte completamente de la otra persona por un tiempo o para siempre; cuidarte en esas situaciones, y escuchar tu sabiduría interna sobre qué es lo mejor para ti. Pero en general:
No dejes a nadie fuera de tu corazón.
¿Cómo?
Cuando tu corazón está abierto, ¿qué se siente? Físicamente en tu
pecho y también en el resto de tu cuerpo se siente tibieza y relajación.
Emocionalmente, sientes empatía, compasión, e incluso calma.
Mentalmente, puedes mantener las cosas en perspectiva y desear bien a
los otros.Siente la fuerza de estar con el corazón abierto, con el corazón pleno. No estés asustado, y mantén un corazón benevolente. Paradójicamente, la persona más abierta en una relación es usualmente la más fuerte.
Intenta sentir tu corazón siendo expansivo e inclusivo, como el cielo. El cielo se mantiene abierto a todas las nubes, y no se afecta ni siquiera por las tormentas. Mantener tu corazón abierto hace más difícil que los demás puedan irritarte.
Nota que un corazón abierto aun permite tener claridad sobre qué funciona para ti y qué no, y también ser firme, poner límites y hablar claro. Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, y el Dalai Lama son famosos por mantener un corazón abierto, y al mismo tiempo poder ser muy efectivos.
Viendo todo esto, comprométete a mantener un corazón abierto.
Para esto, pon atención plena a qué se siente – físicamente, emocionalmente, mentalmente – tener tu corazón cerrado hacia una determinada persona. Ten conciencia de las razones aparentemente buenas que el cerebro/mente reactivo genera para justificar esto.
Luego pregúntate a ti mismo, dada la naturaleza de esta persona que nos inquieta, ¿cuál hubiese sido un mejor camino a seguir para ti? Por ejemplo, quizás podrías haber buscado apoyo de otros o haberte cuidado/nutrido más a ti mismo, de manera que esa situación te hubiera afectado menos. O haber hablado antes, para prevenir que las cosas se hayan escapado de las manos. O haber manejado tus reacciones internas más hábilmente. Quizás hiciste alguna cosa que predispuso a la otra persona a ponerse difícil. Cualquiera que sean las lecciones, no hay aquí felicitaciones o culpas, sólo un buen aprendizaje.
Y ahora, si quieres, explora abrir nuevamente tu corazón hacia esa persona. La vida ha sido difícil para él o ella también. Quizás nada cambie en tu comportamiento o en la naturaleza de la relación. Sin embargo, te sentirás diferente – y mejor.
Por último, no te dejes a ti mismo fuera de tu corazón. Si te conocieras a ti mismo como a otra persona, ¿no quisieras sostener a esa persona en tu corazón?
Rick Hanson
Photo by Monica Assad |
06 julio 2015
Orinoco
"Florido estaba el lino. Sus doce flores daban gracias al sol y a la lluvia, muy contentas con todo. Sus doce flores eran algo lindísimo. Y unas tijeras, de repente, vinieron haciendo un ruido horrible, cric, crac, cric, cruc, crac. Y decían: "se acabó, se acabó, se acabó". Y cortaron las doce flores y las echaron a un costal.
-Así es la vida, así es la vida exactamente.
-Pero decían las flores: "¿Se acabó? ¡No! Falta lo más hermoso todavía. Y las echaron al unos tanques, y las molieron pobrecitas, y las volvieron fibras. ¡Y las tejieron! Y luego fueron una tela preciosa, de varios metros, que estaba al sol tendida y la rociaban y la envolvían con mucho esmero. Y de repente, llegaron otra vez las tijeras, cortándolas en pedazos, cric, crac, cric, cruc, crac, se acabó, se acabó se acabó.
-Claro, si la vida es así, exactamente así.
Los pedazos decían: "No. Falta lo mas hermoso todavía" . Vino una aguja entonces, y los picó. Y traía un hilo atrás, por supuesto. Picó y picó y picó. ¡Y de pronto ya estaban doce camisas! Doce preciosas camisas de lino. Se las ponía un señor que las llevaba a fiestas, las manchaba de vino y cosas exquisitas. Y luego las lavaban y las tendían al sol y a la lluvia, al sol caliente y a la lluvia fresca...
Ahora fue el uso, Ahora fue el tiempo. Se fueron gastando, se luyeron, se rasgaron... Y en un costal se las llevo el ropavejero, y al echarlas al costal les decía: "se acabó, se acabó, se acabó".
Pero allá en el costal, ellas decían: "No. Falta lo mas hermoso todavía”.
Las llevaron a un gran tinaco. Las echaron allí, con otros trapos. Y las volvieron pulpas. Y la pulpa cayó en unos rodillos. ¡Y se volvió papel! Y allí salieron doce pliegos del más fino papel de lino, doce pliegos que se llevó un escritor, un poeta precioso que decía todo lo que es más bello y lo que es más cierto y lo que es más bueno, y lo decía muy bien. Allí lo dejó escrito, en los doce pliegos de lino. Que se fueron a las imprentas y los copiaron y los leyeron en el mundo. ¡Los doce pliegos eran famosos! Volvieron a su casa, siempre de tantas letras hermosísimas, pero también de... manchas de imprenta y de grasa... Se quedaron en un rincón honorable de la biblioteca...
Vinieron los ratones, y las polillas. Y dejaron el manuscrito que deba lástima. Y una noche hubo que echarlo al fuego. Y las llamas decían: "se acabó, se acabó, se acabó". Así es la vida, así es la vida exactamente.
Pero allí, sobre los carbones, quedaron doce chispas. Y subieron en un impulso de aire caliente, por el tubo tan negro y sucio de aquella chimenea, y salieron así a la noche, en torbellino, doce chispas rojas que dejaron atrás el humo y empezaron a confundirse con las estrellas. Y las doce decían: ¡no se ha acabado nada, falta lo más hermoso todavía!
Fragmento de la obra de teatro Orinoco, de Emilio Carballido
-Así es la vida, así es la vida exactamente.
-Pero decían las flores: "¿Se acabó? ¡No! Falta lo más hermoso todavía. Y las echaron al unos tanques, y las molieron pobrecitas, y las volvieron fibras. ¡Y las tejieron! Y luego fueron una tela preciosa, de varios metros, que estaba al sol tendida y la rociaban y la envolvían con mucho esmero. Y de repente, llegaron otra vez las tijeras, cortándolas en pedazos, cric, crac, cric, cruc, crac, se acabó, se acabó se acabó.
-Claro, si la vida es así, exactamente así.
Los pedazos decían: "No. Falta lo mas hermoso todavía" . Vino una aguja entonces, y los picó. Y traía un hilo atrás, por supuesto. Picó y picó y picó. ¡Y de pronto ya estaban doce camisas! Doce preciosas camisas de lino. Se las ponía un señor que las llevaba a fiestas, las manchaba de vino y cosas exquisitas. Y luego las lavaban y las tendían al sol y a la lluvia, al sol caliente y a la lluvia fresca...
Ahora fue el uso, Ahora fue el tiempo. Se fueron gastando, se luyeron, se rasgaron... Y en un costal se las llevo el ropavejero, y al echarlas al costal les decía: "se acabó, se acabó, se acabó".
Pero allá en el costal, ellas decían: "No. Falta lo mas hermoso todavía”.
Las llevaron a un gran tinaco. Las echaron allí, con otros trapos. Y las volvieron pulpas. Y la pulpa cayó en unos rodillos. ¡Y se volvió papel! Y allí salieron doce pliegos del más fino papel de lino, doce pliegos que se llevó un escritor, un poeta precioso que decía todo lo que es más bello y lo que es más cierto y lo que es más bueno, y lo decía muy bien. Allí lo dejó escrito, en los doce pliegos de lino. Que se fueron a las imprentas y los copiaron y los leyeron en el mundo. ¡Los doce pliegos eran famosos! Volvieron a su casa, siempre de tantas letras hermosísimas, pero también de... manchas de imprenta y de grasa... Se quedaron en un rincón honorable de la biblioteca...
Vinieron los ratones, y las polillas. Y dejaron el manuscrito que deba lástima. Y una noche hubo que echarlo al fuego. Y las llamas decían: "se acabó, se acabó, se acabó". Así es la vida, así es la vida exactamente.
Pero allí, sobre los carbones, quedaron doce chispas. Y subieron en un impulso de aire caliente, por el tubo tan negro y sucio de aquella chimenea, y salieron así a la noche, en torbellino, doce chispas rojas que dejaron atrás el humo y empezaron a confundirse con las estrellas. Y las doce decían: ¡no se ha acabado nada, falta lo más hermoso todavía!
Fragmento de la obra de teatro Orinoco, de Emilio Carballido
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sueño
03 julio 2015
Deténte
Una invitación de 60 segundos para ser plenamente consciente.
Cualquier cosa que esté ocurriendo en las circunstancias de tu vida, detente. Sólo por un momento.
Respira profundamente. Siente cómo tu vientre se eleva e infla de oxígeno y vida. Siente la dulce y sutil liberación al exhalar. Siente tus pies en el suelo, la vitalidad en todo tu cuerpo. Los sonidos que surgen dentro y fuera. ¿Qué es lo que sientes, ahora? ¿Hay alguna tensión en la cabeza, en la mandíbula, en la garganta, en los hombros, en el pecho, en el vientre, en el trasero? ¿Qué postura tiene el cuerpo? ¿Hay áreas de presión, tensión, contracción, dolor? ¿Hay partes que se sienten calientes, ligeras, dilatadas, hormigueando? A pesar de que la mente esté desesperadamente tratando de llegar 'allá', ¿podrías estar aquí? ¿Podrías honrar esta presente Escena de la Película De Mi Vida?
Permite que el momento presente se vuelva lo más fascinante. Trae tu atención al aquí y al ahora; reconoce qué es lo que está surgiendo justo donde estás. Suelta las conclusiones acerca de tu vida, tus sueños del pasado y futuro, tus ideas acerca de 'lo que fue' y 'lo que podría ser,' y comienza a hacerte consciente de las sensaciones, sentimientos, pensamientos, impulsos que están presentes, justo aquí y ahora. Permite que tu experiencia presente - imágenes, sonidos y olores - se conviertan en la más curiosa danza de todo el universo. Deja que la presencia consciente se sature de Ahora, y que el Ahora se sature de la presencia consciente.
Estás viendo, saboreando, tocando, escuchando el mundo como por vez primera. Este es tu Jardín del Edén, tu desordenado, intenso, alegre y desgarrador Jardín del Edén, y estás despierto a él, por un día, por una hora, por un momento - despierto a él por fin.
Deja de tratar de resolverlo todo. El descanso también es sagrado. Todo gran viaje se nutre de los momentos en los que hacemos un alto. Ríndete. Abandónalo todo. Entrega todo al abrazo de este momento.
Déjate caer en el no saber...
Jeff Foster
Cualquier cosa que esté ocurriendo en las circunstancias de tu vida, detente. Sólo por un momento.
Respira profundamente. Siente cómo tu vientre se eleva e infla de oxígeno y vida. Siente la dulce y sutil liberación al exhalar. Siente tus pies en el suelo, la vitalidad en todo tu cuerpo. Los sonidos que surgen dentro y fuera. ¿Qué es lo que sientes, ahora? ¿Hay alguna tensión en la cabeza, en la mandíbula, en la garganta, en los hombros, en el pecho, en el vientre, en el trasero? ¿Qué postura tiene el cuerpo? ¿Hay áreas de presión, tensión, contracción, dolor? ¿Hay partes que se sienten calientes, ligeras, dilatadas, hormigueando? A pesar de que la mente esté desesperadamente tratando de llegar 'allá', ¿podrías estar aquí? ¿Podrías honrar esta presente Escena de la Película De Mi Vida?
Permite que el momento presente se vuelva lo más fascinante. Trae tu atención al aquí y al ahora; reconoce qué es lo que está surgiendo justo donde estás. Suelta las conclusiones acerca de tu vida, tus sueños del pasado y futuro, tus ideas acerca de 'lo que fue' y 'lo que podría ser,' y comienza a hacerte consciente de las sensaciones, sentimientos, pensamientos, impulsos que están presentes, justo aquí y ahora. Permite que tu experiencia presente - imágenes, sonidos y olores - se conviertan en la más curiosa danza de todo el universo. Deja que la presencia consciente se sature de Ahora, y que el Ahora se sature de la presencia consciente.
Estás viendo, saboreando, tocando, escuchando el mundo como por vez primera. Este es tu Jardín del Edén, tu desordenado, intenso, alegre y desgarrador Jardín del Edén, y estás despierto a él, por un día, por una hora, por un momento - despierto a él por fin.
Deja de tratar de resolverlo todo. El descanso también es sagrado. Todo gran viaje se nutre de los momentos en los que hacemos un alto. Ríndete. Abandónalo todo. Entrega todo al abrazo de este momento.
Déjate caer en el no saber...
Jeff Foster
02 julio 2015
Mantén los ojos en la meta
La cosa más importante
es recordar la cosa más importante.
es recordar la cosa más importante.
Las cosas más importantes son a menudo dejadas de lado. Lo urgente desplaza a lo impotante. La vida moderna está llena de distracciones, desde los mensajes de texto y e-mails hasta las vitrinas de los malls. Los otros te tironean con sus prioridades – que quizá no son las tuyas. Y puede ser atemorizante admitir qué es lo que realmente te importa, decírselo a los demás e ir realmente por ello: las voces temerosas susurran en el trasfondo de la mente: ¿Y si no lo logras?
Pero si no haces un santuario para lo que es importante, simplemente va a ser desplazado por prioridades menores..
¿Cómo?
Conoce tu propósito en la vida. Escríbelo
en una palabra, frase u oración. De verdad. La primera vez que alguien
me sugirió hacer esto, pensé que estaba un poco loco. Pero luego me abrí
a un tipo de conocimiento sobre qué era lo más importante para mí, y lo
escribí. Está bien si eso cambia, o si no tienes las palabras exactas
de inmediato. Puedes corregirlo después. Ponlo en términos positivos y
en tiempo presente; por ejemplo “Soy amoroso” es mejor que “Voy a dejar
de enojarme tanto con la gente”. Dilo en voz alta y ve cómo te sientes.
Encuentra palabras con las que conectes.Mantén tu propósito cercano a tu corazón; cuídalo ya que puede sentir temor. Si hablas de él, hazlo con auto-respeto, no con auto-desconfianza. Y luego, cada día, tan pronto lo recuerdes, vuelve a comprometerte con tu propósito vital: nómbralo nuevamente para ti y entrégate nuevamente a él.
Clarifica tus prioridades. Identifica los objetivos clave de tu vida en estos días en una palabra o una frase, tales como: Salud. Amistad. Finanzas. Aprender nuevas cosas. Carrera. Pareja. Espiritualidad. Divertirme. Ser padre. Expresión Creativa. Explorar la vida. Servicio. Quizá puedas dividir algún propósito en dos o tres distintos; por ejemplo “finanzas”, podría convertirse en “rentabilidad”, “ahorrar para la jubilación” y “ganar dinero, incluso, generar riqueza”
Luego haz un pequeño ejercicio como experimento: rankea estos objetivos en orden de importancia, sin permitir empates. Si pudieses lograr un solo objetivo, ¿cuál elegirías? Esa es tu mayor prioridad.
Luego saca ese objetivo de la lista, mira a los objetivos restantes, y hazte la pregunta de nuevo : Si pudiese cumplir sólo uno de estos objetivos restantes, ¿cuál elegiría? Luego repite el proceso hasta que hayas acabado. Recuerda tu objetivo en la vida. A medida que avanzas, quizás quieras revisar la manera de expresarlos en palabras, o dividir alguno en dos o tres distintos. Cuando acabes, pasa en limpio la lista de prioridades en el orden escogido; si sientes que está bien, déjala en algún lugar en que la puedas ver, tal vez sólo tú, cada día. Reflexiona a diario en tus verdaderas prioridades, siente su peso; deja que tus prioridades más altas te orienten en su dirección.
Pon primero las piedras grandes en el balde. Observa tus prioridades que acabas de crear, y luego pregúntate: ¿Estoy invirtiendo mi tiempo, atención y energía proporcionalmente a mis prioridades? Y siéntate con la respuesta por un rato.No te apures hacia la necesidad de cambiar tu vida. Es usual que hayan ciertos conflictos entre tus prioridades y tus acciones; no despaches rápido esa tensión. Sigue dejando que tus verdaderas prioridades te hablen… ¿Qué te dicen?
Es normal tener comprometido grandes bloques de tiempo haciendo cosas que son necesarias pero que no son grandes prioridades per se, tal como el tiempo que usas en transporte o en hacer las tareas domésticas. Considera cómo podrías entretejer una o más de tus prioridades más altas con estas actividades relativamente poco prioritarias. Por ejemplo, escuchar una charla inspiradora mientras vas en el bus, o prestar atención plena a la respiración mientras lavas los platos.
También observa qué cambios realistas puedes ir introduciendo en tu horario, en la gente que ves, en dónde pones tu atención, en cómo gastas tu plata. Integra tus prioridades en tu agenda diaria y en tu presupuesto mensual. Por ejemplo, comienza tu día con un tiempo de reflexión, meditación, una lectura inspiradora, yoga, arte o ejercicio. O cuando pagues las cuentas, escribe tu primer cheque para tu cuenta de ahorros, aunque sea por un solo dólar.
Mantente focalizado en tus prioridades en las interacciones importantes.Muchas interacciones van un poco de un lado a otro, y está bien. Pero a veces hay un tema importante en la mesa, como identificar algo clave en tu trabajo, o decirle a tu pareja lo que realmente sientes, o establecer un plan de tareas para tu hijo. En estos casos, es común que la conversación se vaya por las tangentes, o sea saboteada emocionalmente, o caer en un lavaplatos lleno de asuntos relacionados – pero entonces el punto principal no se resuelve. En cambio, mantente focalizado en el resultado que quieres obtener de la interacción. No tiene que ser algo tan grande: a veces es mejor enfocarse en algo concreto y manejable que sea alcanzable. No muerdas los anzuelos de los comentarios irritantes o distractores de los otros; sigue volviendo al punto central; puedes referirte a las cosas anexas después – si hace falta. Obviamente, mantente abierto a descubrir si aparece algo que puede ser incluso más importante de hablar que lo que habías pensado antes. Pero siempre ten en mente cuáles son tus prioridades, incluso si cambian..
Cuídate a ti mismo. Esto es algo definitivamente importante – quizá los más fundamental de todo. Como dicen en los aviones, “Póngase primero su propia mascarilla de oxígeno”. O como dijo el Buda tiempo atrás: "Si alguien entra a un río y es arrastrado por la corriente - ¿cómo puede ayudar a cruzar a los demás?"
Rick Hanson
01 julio 2015
El asesino silencioso
En la Universidad Duke, una de las mejores universidades de los Estados Unidos, un grupo de investigadores médicos dieron a conocer una estadística como parte de su reporte final, que afirma que la causa número uno de las enfermedades no es ni ataque al corazón, ni el cigarrillo, no es el sida, ni el cáncer sino la falta de perdón.
Para que unos médicos que no se basan en los principios morales llegaran a tal conclusión, en un mundo tan científico como el que vivimos hoy, donde todo necesita demostración y donde hacer una aseveración semejante pudiera parecer ridícula, debe existir evidencia sólida.
Los científicos descubrieron que la falta de perdón enferma a las personas, deprime a las personas, los vuelve locos, neuróticos, sicóticos, psicópatas, etc... y que existen muchas enfermedades mentales y emocionales que son causadas por no haber perdonado ni haber recibido perdón, es decir, por estar atado y resistir la gracia de Dios.
Hemos sido entrenados para buscar la explicación a nuestros problemas, fracasos y circunstancias fuera de nosotros. Cuando tenemos éxito revelan las estadísticas literalmente nos consideramos la causa principal, pero cuando experimentamos pruebas, problemas y frustraciones buscamos chivos expiatorios o factores externos a los que culpar. Esto es producto de la continua afirmación que desde temprana infancia se nos inculca a tratar de tener el control de todo y movernos de acuerdo a nuestra voluntad.
La verdad es que la mayoría de las personas carecen de voluntad firme y fracasan al tratar de controlar sus vidas y circunstancias. Los científicos de Duke confirman el fruto de ese deseo de control y de vivir de acuerdo a nuestra voluntad. Nos hemos vuelto profundamente egoístas y auto gratificantes en nuestra búsqueda de felicidad y bienestar. Hemos sido heridos, pero entonces herimos a otros, no nos han perdonado, entonces no perdonamos, o nos volvemos vengativos y/o amargados.
En otras palabras vivimos a merced de los estímulos del entorno a los que respondemos más con nuestras emociones que con razonamientos lógicos o templanza espiritual. Vivimos egoístamente, pensando en nuestra autosatisfacción, no nos importan los demás a menos que queramos usarlos para nuestro beneficio. No todo el mundo es así, pero mientras más se comporte de esa manera, más propenso será a herir o dañar a otros, y en el proceso herirse y dañarse usted mismo.
No son heridas físicas, pero son más dolorosas. Empeoran con el tiempo, especialmente cuando las atesoramos, las escondemos, las reprimimos. La falta de perdón hacia los demás y hacia nosotros mismos nos encadena a una muerte lenta, que envenena todo y a todos a nuestro paso. Pero, hay una solución, hay esperanza aun para el duro de corazón. No requiere emociones que fueron las que en primer termino nos colocaron en la senda del no perdón. Requieren arrepentimiento, esto es dejar de hacer lo mismo, cambiar de camino, y segundo, decidir perdonar.
Usted no decide porque lo sienta, ya que sabemos que nadie siente perdonar cuando esta herido. Decidimos perdonar, porque ese el inicio del camino a la sanidad interior del alma herida. Permitimos así a Dios intervenir en nuestra vida, y traer el don del perdón, su gracia sanadora. Usted y yo podemos no sentir perdonar, pero si podemos decidir perdonar y renunciar a la causa de muerte física y espiritual, al asesino silencioso de la humanidad.
Para que unos médicos que no se basan en los principios morales llegaran a tal conclusión, en un mundo tan científico como el que vivimos hoy, donde todo necesita demostración y donde hacer una aseveración semejante pudiera parecer ridícula, debe existir evidencia sólida.
Los científicos descubrieron que la falta de perdón enferma a las personas, deprime a las personas, los vuelve locos, neuróticos, sicóticos, psicópatas, etc... y que existen muchas enfermedades mentales y emocionales que son causadas por no haber perdonado ni haber recibido perdón, es decir, por estar atado y resistir la gracia de Dios.
Hemos sido entrenados para buscar la explicación a nuestros problemas, fracasos y circunstancias fuera de nosotros. Cuando tenemos éxito revelan las estadísticas literalmente nos consideramos la causa principal, pero cuando experimentamos pruebas, problemas y frustraciones buscamos chivos expiatorios o factores externos a los que culpar. Esto es producto de la continua afirmación que desde temprana infancia se nos inculca a tratar de tener el control de todo y movernos de acuerdo a nuestra voluntad.
La verdad es que la mayoría de las personas carecen de voluntad firme y fracasan al tratar de controlar sus vidas y circunstancias. Los científicos de Duke confirman el fruto de ese deseo de control y de vivir de acuerdo a nuestra voluntad. Nos hemos vuelto profundamente egoístas y auto gratificantes en nuestra búsqueda de felicidad y bienestar. Hemos sido heridos, pero entonces herimos a otros, no nos han perdonado, entonces no perdonamos, o nos volvemos vengativos y/o amargados.
En otras palabras vivimos a merced de los estímulos del entorno a los que respondemos más con nuestras emociones que con razonamientos lógicos o templanza espiritual. Vivimos egoístamente, pensando en nuestra autosatisfacción, no nos importan los demás a menos que queramos usarlos para nuestro beneficio. No todo el mundo es así, pero mientras más se comporte de esa manera, más propenso será a herir o dañar a otros, y en el proceso herirse y dañarse usted mismo.
No son heridas físicas, pero son más dolorosas. Empeoran con el tiempo, especialmente cuando las atesoramos, las escondemos, las reprimimos. La falta de perdón hacia los demás y hacia nosotros mismos nos encadena a una muerte lenta, que envenena todo y a todos a nuestro paso. Pero, hay una solución, hay esperanza aun para el duro de corazón. No requiere emociones que fueron las que en primer termino nos colocaron en la senda del no perdón. Requieren arrepentimiento, esto es dejar de hacer lo mismo, cambiar de camino, y segundo, decidir perdonar.
Usted no decide porque lo sienta, ya que sabemos que nadie siente perdonar cuando esta herido. Decidimos perdonar, porque ese el inicio del camino a la sanidad interior del alma herida. Permitimos así a Dios intervenir en nuestra vida, y traer el don del perdón, su gracia sanadora. Usted y yo podemos no sentir perdonar, pero si podemos decidir perdonar y renunciar a la causa de muerte física y espiritual, al asesino silencioso de la humanidad.
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