¡Cuántas empresas humanas y causas nobles han fracasado debido a tales complicaciones innecesarias! Necesitamos simplificar nuestros pensamientos, simplificar nuestras palabras y simplificar nuestras acciones. Debemos evitar caer en la rumia mental circular, las conversaciones inútiles y las actividades vanas que desperdician nuestro precioso tiempo y generan todo tipo de situaciones disfuncionales.
Tener una mente simple no es lo mismo que ser ingenuo. La simplicidad de la mente se refleja en la lucidez, la fuerza interior, la flotabilidad y una satisfacción saludable que soporta los tormentos de la vida con un corazón ligero. La simplicidad revela la naturaleza de la mente detrás del velo de pensamientos inquietos. Reduce la exacerbada sensación de autoimportancia y abre nuestro corazón al altruismo genuino.
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