La Navidad nunca fue planeada para ser una carga.
Pagar un envío express para lograr que algo sea mágico y estresarse por endeudarse *más* y mantenerse al día con todas las fotos que vemos en las redes sociales es una estafa absoluta.
Una estafa de proporciones diabólicas.
No me malinterpretes.
Lo he hecho. Por eso lo sé… es una estafa.
Tenemos que soltar todo eso.
No pretendo saber lo que eso significa para todos, pero espero que por lo menos se den permiso de liberarse de tantas cosas superficiales y de todas las exigencias que nunca terminan.
Jesús vino a liberarnos.
Por favor, no te agobies.
Esta Navidad, y durante toda la temporada navideña, recuerda que:
Cristo nació en un pesebre humilde y sencillo.
Vivió su vida como hijo de un simple carpintero.
Pasó sus días con las personas sin hogar, los enfermos, los no amados, no bienvenidos, y no deseados.
Los Magos de Oriente le dieron 3 regalos especiales que bendecirían su vida, pero nunca vivió como rey, al contrario, sirvió a los demás sin cesar y lavó los pies de sus apóstoles.
La Navidad se trata de recordar, honrar, y celebrar que Él vino a nacer, y nuestro deseo es llegar a ser como Él.
Porque la Navidad SIEMPRE se trata de Él, de Jesús.
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