"Es un hecho que hay muchas cosas que hacen crecer el PIB y que por ende son convencionalmente (y engañosamente) contabilizadas como señales positivas de una economía en expansión, significando en realidad, un descenso en el bienestar. A mayor crimen, contaminación, guerra y enfermedad, por ejemplo, mayor incremento del PIB, simplemente por el dinero que se invierte en prisiones, policías, armas, drogas, cigarros y contaminación y los costos de limpieza para manejar las consecuencias de estos males. Así que mientras gastemos dinero el PIB se incrementará sin tomar en cuenta si ese gasto significa una mejora o un decremento de bienestar. Así que el mero crecimiento del PIB no nos puede decir realmente si estamos mejor o peor.
El PIB considera como ganancia muchas de las cosas que en realidad significan un decremento en el bienestar, omitiendo por completo todo el rango de actividades económicamente productivas que genuinamente contribuyen a ese bienestar, ignorándolo simplemente porque no hay intercambio monetario. Así que, el trabajo voluntario, servicio comunitario y todo el trabajo vital no remunerado que se hace en los hogares no cuentan para nada en el PIB y el valioso tiempo que necesitamos para meditar, cuidar el jardín y socializar con la familia y amigos tampoco tiene relevancia alguna en el PIB.
Y como el desarrollo equitativo es uno de los principios básicos del FNB, es significativo que el PIB sólo mida el monto total de ingreso de lo que produce un país y no toma en cuenta cómo se compone ese ingreso. Así que los ricos pueden hacerse cada vez más ricos mientras los pobres se vuelven cada vez más pobres y el PIB continuará creciendo a la par de las crecientes desigualdades invisibles de nuestras cuentas corrientes.
Podría seguir listando muchos más de los defectos fundamentales de nuestra presente dependencia en los métodos contables del PIB los cuales, tristemente, mandan señales altamente engañosas a los tomadores de decisiones que continúan menoscabando las acciones oportunas en cuanto al cambio climático, prevención de enfermedades y otras acciones preventivas cruciales. Pero estos pocos ejemplos que he listado son suficientes para explicar lo que el arquitecto principal de la contabilidad del PIB (Producto Interno Bruto)/PNB (Producto Nacional Bruto), el premio Nobel Simon Kuznets sabía desde hace 60 años cuando advirtió que el PIB/PNB no debería de ser usado para evaluar el bienestar, prosperidad y progreso de una nación. Para lograr esto, Kuznets reconoció que siempre se tiene que preguntar, no qué tanto se ha crecido, sino qué ha crecido. Pero el mundo ha ignorado la sabia advertencia y siguen usando el PNB como su principal unidad de medición de bienestar, prosperidad y progreso."
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