Piensa en ello. ¿Hay alguna garantía de que tal felicidad se halle exenta de deseos ocultos? ¿Se puede sostener por sí misma? ¿Puedes ser feliz simplemente porque sí? ¿O necesitas el apoyo de ciertas circunstancias? Por ejemplo, si tu felicidad proviene de comer cierto tipo de alimento, cuando esa comida no esté a la mano. tampoco estará la felicidad a tu disposición. Si tu felicidad proviene de trabajar en un determinado proyecto, cuando termines el proyecto, también terminará tu felicidad. Si tu felicidad se origina en el éxito de cierta empresa y no lo logras, te vas a sentir mal. Si tu felicidad viene de complacer a algunas personas y luego no te es posible complacerlas, por la causa que sea, quedarás frustrado y ansioso. ¿Dónde está tu felicidad?
Los sabios y santos definen esa clase de felicidad como placer, el placer de los sentidos. Los sentidos son felices pero no tu corazón. Esa felicidad no es profunda y, por lo tanto no es muy estable. No es verdadero contentamiento, ¿lo has notado? Muchas veces le das amor a alguien. Tu sabes que le estás dando amor pero no puede sentirlo. De hecho, se queja de que nunca le das amor. ¿Por qué no lo puede sentir? Porque su corazón no es feliz.
¿Cómo te diriges hacia la luz de la felicidad? Lo primero es aceptar la posibilidad -sólo la posibilidad- de qué Dios vive dentro de ti. No tienes que creerlo; sólo empieza con la posibilidad. Tan pronto como lo hagas, sentirás una dulce fuerza moverse en tu cuerpo. Esa experiencia es una vislumbre de la gran luz que existe dentro de ti.
Gurumayi Chidvilasananda
No hay comentarios.:
Publicar un comentario