"Yo nací con mala estrella", contaba la chica al iniciar su sesión:
soy la sexta de seis hermanos, pero nací 8 años después del quinto., mi madre no sabia que estaba embarazada y nunca se cuido, vivía en un pueblo y un día, sintió un dolor inmenso en el vientre y la llevaron en una camioneta prestada y sucia a la ciudad, pero antes de llegar, a orillas de la carretera yo estaba naciendo, ante la sorpresa y la angustia de mi madre, que solo pensaba: ¿otro hijo más?
- ¿Y eso es lo que tú llamas mala estrella? le preguntó con interés su terapeuta.
- Por supuesto, todos mis hermanos de alguna manera fueron esperados y nacieron en casa, mientras yo... (comenzó a llorar bajando la cabeza)
- Pero, ¿acaso nunca has visto el otro lado de la moneda? le dijo, con una sonrisa en el rostro.
- ¿A que se refiere Usted?
- Indudablemente a que nada pudo haber detenido tu llegada, a la fuerza que requeriste para nacer sin ayuda profesional a que desde el inicio, estaba previsto que sabes improvisar, (le dijo mientras levantaba su barbilla), a que faltabas tú para completar la misión de tu madre y a que, lejos de ser un mal designio, es una muestra de que tu fuerza es grande, pues naciste sana, la sorpresa o incluso el enojo de tu madre era natural y aún asi no fuiste abandonada, fuiste criada igual que tus hermanos.
- No, nunca lo había visto así, (dijo la chica secándose sus lágrimas) y comenzando a pensar.
"En la vida, aquello que nos duele puede convertirse en aquello que nos hace grandes" de caminos tristes está lleno el mundo, hace falta gente que entienda que son ellos los que nos han llevado a crear, a improvisar, a sentirnos orgullosos de ser quienes somos y no dignos de pena, y en ocasiones es tan simple como comenzar "a vernos con buenos ojos, con ojos de bondad y de amor propio"
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