Creemos que la distancia no está en el espacio sino en el corazón, es es ahí donde estamos juntos, unidos, latiendo y mirando el futuro con esperanza y amor.
Muchos nos dicen que somos valientes por una decisión así, y yo creo que sí lo somos, porque nuestra fuerza no es propia, sabemos que somos parte de un plan de Dios, que nos permitió vivir muy diversas situaciones y hoy caminamos juntos con más amor consciente, sabiendo que Dios camina con nosotros.
Decidimos casarnos porque nos amamos, y porque entendimos que en un mundo de caos necesitamos estructuras, y porque aunque seamos dos, somos ahora una familia, un núcleo que es muy necesario en nuestra sociedad, y nosotros necesitamos ser ese núcleo de amor que sea benéfico para la comunidad, para los amigos, para los vecinos, para la familia, para todos los que nos ven.
Estaremos aquí en mi ciudad (Monterrey) y también en su ciudad (San Antonio), y caminamos seguros que al vivir un día a la vez, disfrutamos hoy, en nuestro presente y plenamente, ya sea estando juntos o cada quien en su casa también.
Estamos muy felices de estar viviendo esto hoy, mañana traerá su propio afán, y nuestro futuro está en manos de Dios así que descansamos y disfrutamos un día a la vez.
El 9 de agosto fue el día de la ceremonia civil formal, y lo vivimos plenos, con un poquito de nervios, pero muy seguros del paso que damos, se me olvidó la cámara, y los anillos, pero ya nos los entregaremos posteriormente en la ceremonia de agradecimiento a Dios, en el 2020.
Días antes Valdemar compuso esta invitación a Dios a nuestra nueva familia (Villarreal Reyna), a que sea el invitado principal a nuestro hogar:
Bienvenido seas Señor
cena en nuestra mesa Jesús
Gracias por la vida hasta hoy
Por tu amor en nuestro amor
Bendícenos
Te alabamos Señor
Edith Reyna
09082019
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