Obsequia a la vida tu aroma. Engalana con tus encantos las circunstancias que te forjan. Tiñe con el candor inocente de la exuberancia, la armonía de tus encantos y seduce hacia tus entrañas la energía que inflame los más bellos sentimientos.
La vida es hermosa. Si tan solo uno se abandona y deja uno que la vida lo viva. Pero nada, nosotros queremos vivir la vida según nuestro acondicionamiento y lo único que logramos es entorpecer su fluir.
Venimos completos con todo lo que necesitamos. Tenemos dos hemisferios, masculino y femenino y tenemos también corazón y mente, femenino y masculino. Y nuestra tarea. Fundir esos dos entes internos en uno.
Hombre o mujer que fueres, obséquianos el encanto de tu brillo…
Donnato de la O. El Caminante
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