Para cultivar el amor altruísta debemos primero hacernos plenamente
conscientes de nuestro propio deseo de estar libres de sufrimiento y
experimentar bienestar. Este paso es especialmente importante para
aquellos que tienen una imagen negativa de sí mismos o que han sufrido
tanto que sienten que no están hechos para ser felices. Debemos generar
una actitud cálida, tolerante y benevolente hacia nosotros y tomar una
decisión de ser capaces de alcanzar lo que es realmente bueno para
nosotros.
Una vez que hemos reconocido esta aspiración,
debemos reconocer que es una aspiración compartida por todos los
seres. Es importante reconocer nuestra humanidad en común y hacernos
conscientes de nuestra interdependencia.
Enfoquemos primero nuestra meditación en un ser querido
Es
más sencillo el comenzar a entrenarnos en el amor altruísta si pensamos
en alguien que es muy querido para nosotros. Nos podemos imaginar a un
pequeño niño que viene hacia nosotros, sonriendo, lleno de inocencia.
Permitimos, entonces, que fluya hacia él el amor incondicional, ternura y
cariño, deséandole todo el bienestar que podamos: “que pueda contar con
seguridad, salud y que su vida florezca.” Nutramos este amor y
permitamos que inunde nuestro espacio mental.
Extiende tu meditación
Luego,
extiende este amor benevolente más allá de tus seres queridos hacia
extraños. Ellos también quieren ser felices, aunque, como nosotros,
también se encuentran confundidos del como eludir el sufrimiento.
Finalmente, extiende tu benevolencia a aquellos que te han lastimado y a
aquellos que han hecho daño a otros. Esto no significa que queremos
que tengan éxito en sus hazañas maliciosas. En lugar de eso, les
deseamos profundamente que el odio, crueldad, ambición o indiferencia
que habitan su mente puedan sosegarse. Obsérvalos como un doctor que
trataría a alguien con una grave condición mental.
Finalmente, acoge a todos los seres sensibles, humanos y animales, con amor inconmensurable.
Matthieu Ricard
Una serendipia es ...
Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
31 enero 2014
29 enero 2014
Soneto
Si para recobrar lo recobrado
Debí perder primero lo perdido
Si para conseguir lo conseguido
Tuve que soportar lo soportado
Si para estar ahora enamorado
Fue menester haber estado herido
Tengo por bien sufrido lo sufrido
Tengo por bien llorado lo llorado
Porque después de todo he comprobado
Que no se goza bien de lo gozado
Sino después de haberlo padecido
Porque después de todo he comprobado
Que lo que el árbol tiene de florido
Vive de lo que tiene sepultado
Francisco Luis Bernández
Debí perder primero lo perdido
Si para conseguir lo conseguido
Tuve que soportar lo soportado
Si para estar ahora enamorado
Fue menester haber estado herido
Tengo por bien sufrido lo sufrido
Tengo por bien llorado lo llorado
Porque después de todo he comprobado
Que no se goza bien de lo gozado
Sino después de haberlo padecido
Porque después de todo he comprobado
Que lo que el árbol tiene de florido
Vive de lo que tiene sepultado
Francisco Luis Bernández
27 enero 2014
Una oración para los vivos
Vida,
Deshaz en mí todo aquello que necesite ser deshecho.
Corrige mi esperanza de ser enmendado.
Úsame. Saca de mí cada ápice de creatividad. Ayúdame a vivir una vida radicalmente extraordinaria, forjando siempre un camino jamás-antes-transitado en el bosque.
Enséñame cómo amar con más profundidad, como nunca antes creí que fuera posible.
Cualquier cosa de la que siga huyendo, síguemela mostrando con absoluta evidencia.
En cualquier cosa con la que siga en conflicto, ayúdame a suavizarme en ella, a relajarme en ella, a abrazarla completamente.
En donde mi corazón continúe cerrado, muéstrame una forma de abrirlo sin recurrir a la violencia.
A todo aquello a lo que me siga aferrando, ayúdame a dejarlo ir.
Regálame desafíos, luchas y obstáculos aparentemente insuperables, si crees que eso me ayude a tener una más profunda humildad y confianza en la inteligencia de la vida.
Ayúdame a reírme de mi propia seriedad.
Permíteme encontrar el humor en los lugares más oscuros.
Muéstrame un profundo sentido de descanso en medio de cada tormenta.
No me libres de la verdad. Nunca.
Deja que la gratitud sea mi guía.
Deja que el perdón sea mi mantra.
Deja que este momento sea mi eterna compañía.
Permíteme ver tu rostro en cada rostro.
Permíteme sentir tu cálida presencia en mi propia presencia.
Sostenme cuando tropiece.
Respírame cuando yo no pueda respirar.
Permíteme morir viviendo, no vivir muriendo.
Amén.
- Jeff Foster
Deshaz en mí todo aquello que necesite ser deshecho.
Corrige mi esperanza de ser enmendado.
Úsame. Saca de mí cada ápice de creatividad. Ayúdame a vivir una vida radicalmente extraordinaria, forjando siempre un camino jamás-antes-transitado en el bosque.
Enséñame cómo amar con más profundidad, como nunca antes creí que fuera posible.
Cualquier cosa de la que siga huyendo, síguemela mostrando con absoluta evidencia.
En cualquier cosa con la que siga en conflicto, ayúdame a suavizarme en ella, a relajarme en ella, a abrazarla completamente.
En donde mi corazón continúe cerrado, muéstrame una forma de abrirlo sin recurrir a la violencia.
A todo aquello a lo que me siga aferrando, ayúdame a dejarlo ir.
Regálame desafíos, luchas y obstáculos aparentemente insuperables, si crees que eso me ayude a tener una más profunda humildad y confianza en la inteligencia de la vida.
Ayúdame a reírme de mi propia seriedad.
Permíteme encontrar el humor en los lugares más oscuros.
Muéstrame un profundo sentido de descanso en medio de cada tormenta.
No me libres de la verdad. Nunca.
Deja que la gratitud sea mi guía.
Deja que el perdón sea mi mantra.
Deja que este momento sea mi eterna compañía.
Permíteme ver tu rostro en cada rostro.
Permíteme sentir tu cálida presencia en mi propia presencia.
Sostenme cuando tropiece.
Respírame cuando yo no pueda respirar.
Permíteme morir viviendo, no vivir muriendo.
Amén.
- Jeff Foster
24 enero 2014
El apego
El desapego no es una condición negativa, sino una condición vigilante, positiva, que nos libera de algo que impide en nosotros el contacto con el alma, ese algo es el miedo de la libertad. Tenemos apego cuando tenemos miedo de la libertad. Tenemos apego cuando perdemos el poder interior. Tenemos apego cuando nos volvemos dependientes de una persona, de un evento, de una circunstancia; inclusive de la religión como una muleta exterior, no como un punto de apoyo interior.
El apoyo nos hace perder el poder, porque nos hace perder el punto de apoyo interior y este es autonomía. La autonomía es la condición del alma, del contacto de la personalidad con el alma. Solamente cuando seamos autónomos, nos aceptemos, nos reconozcamos, tengamos autonomía interior y seamos nosotros mismos; entonces recién el alma podrá anclarse en nuestro vehículo.
Nosotros somos fundamentalmente el alma que utiliza la personalidad. Pero el alma es virtual, es potencial, es como un futuro incierto cuando nosotros no somos libres. El alma solo se puede asentar, en medio de la libertad.
El apego negativo lo llamamos rechazo o aversión. Estamos apegados a un sentimiento que volvemos resentimiento. Y el resentimiento como una forma de aversión es el peor de los apegos. El apego no solo es la dependencia de otro, el apego siempre es la dependencia de un sentimiento. Los apegos se dan en el campo emocional o en el campo astral; que es el campo de los sentimientos.
En ambos casos nos separamos; porque no hay peor separación, que la de la proximidad física, cuando no hay libertad. Puede que estemos muy juntos y muy cerca. Puede que nos besemos, puede que nos abracemos, puede que ocupemos el mismo techo, pero si la relación se basa en el apego, estamos profundamente separados en nuestra esencia. Mientras más cerca estén nuestros cuerpos y nuestras personalidades; si hay apego, más lejanas están nuestras almas.
Mientras más cerca estemos, más prisioneros somos el uno del otro, si la relación es de apego. Una relación es de apego si produce sufrimiento; no hay sufrimiento, sin apego. La condición del sufrimiento es el apego. Tú puedes irte o puedes quedarte; pero si yo sufro es porque estoy apegado y si estoy apegado a ti es porque estoy inseguro de mí, porque necesito un punto de apoyo exterior. Si estoy apegado a ti, es porque estoy inseguro de mí. Si yo estoy apegado a ti estoy violando tu libertad, si tú estas apegado a mí, entonces también estas violando mi libertad.
De tal manera que la mejor manera de unirse es paradójicamente liberarse. La mejor manera de encontrarse es desaparecerse. La mejor manera de no rechazarte es paradójicamente aceptarme a mí mismo. Así se pueden ver las paradojas que se dan en una relación que tiene como punto de partida la reflexión; yo me miro y me observo en un espejo, pero yo me miro y me observo en un espejo que eres tú. Aquellas cosas a las que yo me apego son esas inseguridades y vacíos interiores que tengo. De manera que te estoy utilizando en la relación como un instrumento para compensar mis carencias. La relación no es un instrumento para compensar carencias, sino es un instrumento de liberación.
Si yo te necesito a ti para llenar mis vacíos, pobre de ti y de mí, porque te voy a atrapar en la prisión de mi vacío. Si tú me necesitas solo para compensar tus vacíos en la relación, no me vas a dar más que tu carencia, tu sombra y tu pobreza. No me vas a regalar lo mejor de ti mismo que es tu riqueza y todas aquellas cosas que ya has afirmado, aquello que traes para regalarle al mundo desde tu propio corazón
El apoyo nos hace perder el poder, porque nos hace perder el punto de apoyo interior y este es autonomía. La autonomía es la condición del alma, del contacto de la personalidad con el alma. Solamente cuando seamos autónomos, nos aceptemos, nos reconozcamos, tengamos autonomía interior y seamos nosotros mismos; entonces recién el alma podrá anclarse en nuestro vehículo.
Nosotros somos fundamentalmente el alma que utiliza la personalidad. Pero el alma es virtual, es potencial, es como un futuro incierto cuando nosotros no somos libres. El alma solo se puede asentar, en medio de la libertad.
El apego negativo lo llamamos rechazo o aversión. Estamos apegados a un sentimiento que volvemos resentimiento. Y el resentimiento como una forma de aversión es el peor de los apegos. El apego no solo es la dependencia de otro, el apego siempre es la dependencia de un sentimiento. Los apegos se dan en el campo emocional o en el campo astral; que es el campo de los sentimientos.
En ambos casos nos separamos; porque no hay peor separación, que la de la proximidad física, cuando no hay libertad. Puede que estemos muy juntos y muy cerca. Puede que nos besemos, puede que nos abracemos, puede que ocupemos el mismo techo, pero si la relación se basa en el apego, estamos profundamente separados en nuestra esencia. Mientras más cerca estén nuestros cuerpos y nuestras personalidades; si hay apego, más lejanas están nuestras almas.
Mientras más cerca estemos, más prisioneros somos el uno del otro, si la relación es de apego. Una relación es de apego si produce sufrimiento; no hay sufrimiento, sin apego. La condición del sufrimiento es el apego. Tú puedes irte o puedes quedarte; pero si yo sufro es porque estoy apegado y si estoy apegado a ti es porque estoy inseguro de mí, porque necesito un punto de apoyo exterior. Si estoy apegado a ti, es porque estoy inseguro de mí. Si yo estoy apegado a ti estoy violando tu libertad, si tú estas apegado a mí, entonces también estas violando mi libertad.
De tal manera que la mejor manera de unirse es paradójicamente liberarse. La mejor manera de encontrarse es desaparecerse. La mejor manera de no rechazarte es paradójicamente aceptarme a mí mismo. Así se pueden ver las paradojas que se dan en una relación que tiene como punto de partida la reflexión; yo me miro y me observo en un espejo, pero yo me miro y me observo en un espejo que eres tú. Aquellas cosas a las que yo me apego son esas inseguridades y vacíos interiores que tengo. De manera que te estoy utilizando en la relación como un instrumento para compensar mis carencias. La relación no es un instrumento para compensar carencias, sino es un instrumento de liberación.
Si yo te necesito a ti para llenar mis vacíos, pobre de ti y de mí, porque te voy a atrapar en la prisión de mi vacío. Si tú me necesitas solo para compensar tus vacíos en la relación, no me vas a dar más que tu carencia, tu sombra y tu pobreza. No me vas a regalar lo mejor de ti mismo que es tu riqueza y todas aquellas cosas que ya has afirmado, aquello que traes para regalarle al mundo desde tu propio corazón
23 enero 2014
Una meditación en el optimismo
Siéntate de manera comoda y respira de manera tranquila y natural. Por algunos momentos, concentra tu atención en el ir y venir de tu respiración. Se consciente de la sensación creada por el paso del aire en tus fosas nasales. Date cuenta del pequeño momento en el que la respiración queda brevemente suspendida entre la exhalación y la siguiente inhalación. Ya sea que tu respiración se desacelere o acelere, simplemente toma nota. Como resultado, tu mente se vuelve un poco más tranquila, clara y estable.
Reconoce que hay muchas maneras de experimentar el mundo. Viendo el lado positivo de las cosas es esencial para darnos cuenta que todos los seres, incluyéndonos, tenemos el potencial para una transformación interna y capacidad de actuar.
Entiende que las cirunstancias externas están constantemente cambiando y nada está grabado en piedra. Confía en el hecho de que es posible el alcanzar tus aspiraciones y que, con paciencia, determinación e inteligencia, en la mayoría de los casos, tú puedes eventualmente lograrlos.
Repítete a ti mismo que siempre puedes hacer las cosas de mejor manera, en lugar de sentirte resignado, deprimido o devastado. Limita el daño en lugar de permitirte ir a la deriva. Encuentra una alternativa en lugar de paralizarte a causa del fracaso. Reconstruye lo que ha sido destruído en lugar de exclamar “¡Todo ha terminado!”.
Entiende la necesidad de esforzarte hacia la dirección que mejor parezca y el usar cada momento para progresar mientras se cultiva la libertad interior en lugar de desperdiciar tu tiempo rumiando el pasado y temiendo el futuro.
Al final de esta corta meditación, descansa por algunos momentos en el estado de silenciosa simplicidad sin ningún constructo mental en particular, disfrutando de ese plácido lugar que se encuentra profundamente dentro de ti. Dedica esta práctica para la felicidad de todos los seres, incluyéndote a tí.
Matthieu Ricard
Reconoce que hay muchas maneras de experimentar el mundo. Viendo el lado positivo de las cosas es esencial para darnos cuenta que todos los seres, incluyéndonos, tenemos el potencial para una transformación interna y capacidad de actuar.
Entiende que las cirunstancias externas están constantemente cambiando y nada está grabado en piedra. Confía en el hecho de que es posible el alcanzar tus aspiraciones y que, con paciencia, determinación e inteligencia, en la mayoría de los casos, tú puedes eventualmente lograrlos.
Repítete a ti mismo que siempre puedes hacer las cosas de mejor manera, en lugar de sentirte resignado, deprimido o devastado. Limita el daño en lugar de permitirte ir a la deriva. Encuentra una alternativa en lugar de paralizarte a causa del fracaso. Reconstruye lo que ha sido destruído en lugar de exclamar “¡Todo ha terminado!”.
Entiende la necesidad de esforzarte hacia la dirección que mejor parezca y el usar cada momento para progresar mientras se cultiva la libertad interior en lugar de desperdiciar tu tiempo rumiando el pasado y temiendo el futuro.
Al final de esta corta meditación, descansa por algunos momentos en el estado de silenciosa simplicidad sin ningún constructo mental en particular, disfrutando de ese plácido lugar que se encuentra profundamente dentro de ti. Dedica esta práctica para la felicidad de todos los seres, incluyéndote a tí.
Matthieu Ricard
22 enero 2014
¿Cómo ayudar?
Tal vez sea momento de dejar de tratar de "arreglar" a quienes están frente a ti, dejar de tratar de darles respuestas o resolver sus problemas. No eres muy bueno en eso, mi amigo. Tu naturaleza no es la manipulación, sino la presencia; no es la división, sino la totalidad.
Quizás sea tiempo de dejar de pretender que eres la autoridad que todo lo sabe, el maestro infalible, el experto sanado. Incluso con la mejor de las intenciones, podrías estar inconscientemente interfiriendo con el proceso natural de sanación de los demás. Podrías estarles generando una dependencia en ti, distrayéndolos de la profunda confianza en su experiencia de primera mano.
Recuerda, ellos podrían necesitar sentirse peor, antes de empezar a sentirse mejor. Podrían necesitar sentir aún más su dolor, antes de abrirse a la verdadera fuente de sanación. Puede que necesiten morir a lo que creían ser, antes de que puedan vivir de verdad. Cierto para ellos. Cierto para ti.
Esto, sin duda, es algo a considerar.
Así que relájate. Respira. Sal de todo el drama. Reconoce tu deseo de cambiar o arreglar o incluso calmar a los demás. Ahora, simplemente escucha sin juzgar y trata de comprender en dónde están en este momento. Ponte en sus zapatos. Mira claramente quién y qué está frente a ti.
Tal vez la mayor ayuda que puedas ofrecer en estos momentos es tu claridad y tu atención libre de prejuicios - tu compasión natural. Transmite eso, sé esa presencia, ofrece esa apertura. Mantente completamente abierto a las soluciones que aún no han nacido. Confía en el extraño proceso. Sé la intención silenciosa - y las palabras, acciones, intervenciones, decisiones correctas, llegarán sin esfuerzo.
Santifica su momento quedándote ahí. Refleja su propia capacidad de estar presentes. Confía en el ancestral misterio de sanación.
Quizás, la verdadera medicina pueda emerger cuando 'tú' dejes de interponerte. Sí, las drogas y los buenos consejos pueden aletargar o incluso eliminar los síntomas pero la invitación a una sanación espiritual mucho más profunda podría estar ansiosa por salir a la superficie.
Jeff Foster
Quizás sea tiempo de dejar de pretender que eres la autoridad que todo lo sabe, el maestro infalible, el experto sanado. Incluso con la mejor de las intenciones, podrías estar inconscientemente interfiriendo con el proceso natural de sanación de los demás. Podrías estarles generando una dependencia en ti, distrayéndolos de la profunda confianza en su experiencia de primera mano.
Recuerda, ellos podrían necesitar sentirse peor, antes de empezar a sentirse mejor. Podrían necesitar sentir aún más su dolor, antes de abrirse a la verdadera fuente de sanación. Puede que necesiten morir a lo que creían ser, antes de que puedan vivir de verdad. Cierto para ellos. Cierto para ti.
Esto, sin duda, es algo a considerar.
Así que relájate. Respira. Sal de todo el drama. Reconoce tu deseo de cambiar o arreglar o incluso calmar a los demás. Ahora, simplemente escucha sin juzgar y trata de comprender en dónde están en este momento. Ponte en sus zapatos. Mira claramente quién y qué está frente a ti.
Tal vez la mayor ayuda que puedas ofrecer en estos momentos es tu claridad y tu atención libre de prejuicios - tu compasión natural. Transmite eso, sé esa presencia, ofrece esa apertura. Mantente completamente abierto a las soluciones que aún no han nacido. Confía en el extraño proceso. Sé la intención silenciosa - y las palabras, acciones, intervenciones, decisiones correctas, llegarán sin esfuerzo.
Santifica su momento quedándote ahí. Refleja su propia capacidad de estar presentes. Confía en el ancestral misterio de sanación.
Quizás, la verdadera medicina pueda emerger cuando 'tú' dejes de interponerte. Sí, las drogas y los buenos consejos pueden aletargar o incluso eliminar los síntomas pero la invitación a una sanación espiritual mucho más profunda podría estar ansiosa por salir a la superficie.
Jeff Foster
21 enero 2014
¿Cómo crear un hábito y cómo mantenerte en él?
Para lograr conseguir resultados positivos en aquello que deseas alcanzar, necesitas considerar los siguientes pasos:
PREPÁRATE:
Muchas veces cambiar de hábito te lleva a hacer modificaciones en tu forma de vida. Por ejemplo cuando decidí ir al gimnasio a las 6:00 A.m., esta acción me regalo una hora más de tiempo, que no tenía contemplando y a veces la desperdicie por falta de orden.
Si quieres cambiar un hábito viejo, tienes que saber con qué otras actividades puedes sustituirlo.
ENCUENTRA UN TIEMPO ESPECÍFICO:
Si bloqueas un hora o un rato del día, para darle espacio a ese nuevo hábito, probablemente, te será más fácil seguirlo.
IDENTIFICA TUS DISPARADORES:
Intenta este ejercicio, cierra los ojos y mentalmente visualiza tu rutina diaria, día a día. Piensa qué puede hacer que no mantengas este nuevo hábito... Qué situaciones, actividades, eventos, alrededor de ti, o pensamientos te mantienen en el viejo hábito. Si lo ves lo puedes resolver. Un hábito se establece después de hacerlo 21 días seguidos sin interrupción. Animo!!!!
TEN UN PLAN B
Si tu habito tiene que ver con correr en el parque, todos los días, ¿qué pasa si llueve? ¿ si te desvelaste? ... Establece qué vas hacer si esto sucede.
CONCÉNTRATE... EN UN HABITO A LA VEZ
Me he dado cuenta que al principio del año me siento mucho más entusiasmada para hacer cambios en mi vida en todas las áreas, aprender cosas nuevas, subir más montañas, escribir, crear un nuevo curso.... Cuando estoy en esto, me detengo y escribo cuál es mi prioridad, con ello creo pasos más consistentes para hacerlo de manera efectiva en poco tiempo.
CONVÉNCETE... NO HACERLO, NO ES UNA OPCIÓN
Si sigues tu palabra de los 21 días, darte por vencida no está en tu plan, sin excepciones.
ESCRIBE TUS MOTIVACIONES
¿Qué lograras con él?, ¿cuál es el beneficio?, eso que anotaste, léelo diariamente... es un estímulo.
ENCUENTRA EL PELIGRO EN EL HÁBITO VIEJO
La fruta prohibida siempre es la más dulce. El hecho de que te levantes muy temprano para hacer ejercicio, de repente hace que extrañes los días cuando podías dormir hasta tarde y quedarte en esas deliciosas cobijas calientitas. Concentra tu energía en las consecuencias de no hacerlo.
PIDE AYUDA
Aunque te parezca extraño, la mayoría de las veces la gente más cercana es la que te sabotean, a veces porque no te quieren ver sufriendo en lograrlo. La manera más fácil es pídeles su apoyo, crea tu equipo de soporte, amigos, compañeros de trabajo, en casa.
Espero que hoy empieces con algún hábito que te lleve a ser mejor que ayer.
Brilla siempre
MEG
PREPÁRATE:
Muchas veces cambiar de hábito te lleva a hacer modificaciones en tu forma de vida. Por ejemplo cuando decidí ir al gimnasio a las 6:00 A.m., esta acción me regalo una hora más de tiempo, que no tenía contemplando y a veces la desperdicie por falta de orden.
Si quieres cambiar un hábito viejo, tienes que saber con qué otras actividades puedes sustituirlo.
ENCUENTRA UN TIEMPO ESPECÍFICO:
Si bloqueas un hora o un rato del día, para darle espacio a ese nuevo hábito, probablemente, te será más fácil seguirlo.
IDENTIFICA TUS DISPARADORES:
Intenta este ejercicio, cierra los ojos y mentalmente visualiza tu rutina diaria, día a día. Piensa qué puede hacer que no mantengas este nuevo hábito... Qué situaciones, actividades, eventos, alrededor de ti, o pensamientos te mantienen en el viejo hábito. Si lo ves lo puedes resolver. Un hábito se establece después de hacerlo 21 días seguidos sin interrupción. Animo!!!!
TEN UN PLAN B
Si tu habito tiene que ver con correr en el parque, todos los días, ¿qué pasa si llueve? ¿ si te desvelaste? ... Establece qué vas hacer si esto sucede.
CONCÉNTRATE... EN UN HABITO A LA VEZ
Me he dado cuenta que al principio del año me siento mucho más entusiasmada para hacer cambios en mi vida en todas las áreas, aprender cosas nuevas, subir más montañas, escribir, crear un nuevo curso.... Cuando estoy en esto, me detengo y escribo cuál es mi prioridad, con ello creo pasos más consistentes para hacerlo de manera efectiva en poco tiempo.
CONVÉNCETE... NO HACERLO, NO ES UNA OPCIÓN
Si sigues tu palabra de los 21 días, darte por vencida no está en tu plan, sin excepciones.
ESCRIBE TUS MOTIVACIONES
¿Qué lograras con él?, ¿cuál es el beneficio?, eso que anotaste, léelo diariamente... es un estímulo.
ENCUENTRA EL PELIGRO EN EL HÁBITO VIEJO
La fruta prohibida siempre es la más dulce. El hecho de que te levantes muy temprano para hacer ejercicio, de repente hace que extrañes los días cuando podías dormir hasta tarde y quedarte en esas deliciosas cobijas calientitas. Concentra tu energía en las consecuencias de no hacerlo.
PIDE AYUDA
Aunque te parezca extraño, la mayoría de las veces la gente más cercana es la que te sabotean, a veces porque no te quieren ver sufriendo en lograrlo. La manera más fácil es pídeles su apoyo, crea tu equipo de soporte, amigos, compañeros de trabajo, en casa.
Espero que hoy empieces con algún hábito que te lleve a ser mejor que ayer.
Brilla siempre
MEG
20 enero 2014
El mono y el pez
Un tifón hizo encallar a un mono en una isla. En un lugar protegido sobre la costa, mientras esperaba que las aguas furiosas retrocedieran, localizó con su mirada un pez nadando contra la corriente. Al mono le pareció que el pez estaba en apuros y necesitaba ayuda. Teniendo un corazón amable, el mono resolvió ayudar al pescado.
Un árbol se inclinaba precariamente sobre el lugar donde el pez parecía estar en apuros. Con un considerable riesgo para sí mismo, el mono se movió al extremo de una de sus ramas, y extendiendo sus extremidades rescato al pez de las aguas.
Apresurándose de vuelta a su refugio seguro, el mono puso cuidadosamente al pez sobre la tierra seca. Por unos momentos, el pez mostró entusiasmo pero pronto se quedo quieto en un pacífico reposo.
¿Cual es la traducción de esta parábola asiática? El pez murió. Hay una diferencia fundamental entre ser empático y simpático. La diferencia estriba en que las personas y organizaciones empáticas reconocen que una relación se construye con preguntas y escuchando. La empatía supone un respeto por la otra persona, excluye los juicios a priori, y da el beneficio de la duda.
Una persona empática sabe preguntar y escuchar, habla poco, porque su objetivo es construir una relación real y segura. Por otro lado, las personas simpáticas tienden a ser más entrometidas, hablan mucho, y su ego es más importante que la relación. Tienden a juzgar más y a ser superficiales.
No soy particularmente afín, como entenderán, a los reinados de simpatía. Me interesan profundamente las personas indistintamente de su origen o características. Procuro recordar como Dios me hizo: con una sola lengua y boca y con dos orejas. El creador pretendía en su diseño humano que escuchara el doble de lo que hablara.
Pero, Dios no contaba con la capacidad humana para crear barreras en nuestras comunicaciones interpersonales a partir de nuestros complejos y carencias. El hombre en su afán de ser dios con minúscula estableció sus propias reglas y distorsionó el plan divino para el hombre y la mujer.
El mono en la parábola quería ayudar, sintió compasión por el pez, e hizo lo lógico humanamente: ayudar al pez a su manera. El pez se alegró, pero pronto pereció. A veces no entendemos porque la gente que intentas ayudar y hasta "arreglar" en nuestras fuerzas y entendimiento humano limitado es tan malagradecida y hasta hostil.
No estamos aquí para arreglarle la vida a nadie. Somos instrumentos de la gracia de Dios para ayudar a los que aceptan nuestra ayuda. Para ello, hay que aprender a escuchar el doble de lo que hablamos. Y nunca debemos actuar para satisfacer nuestro ego.
Usted y yo debemos trabajar en cambiar nosotros con la ayuda de Dios, para que los demás vean a través de nuestra vida cambiada que hay esperanza pedir ayuda. Deje de ser un proyecto de héroe de comic y conviértase en alguien empático, que se conecta con personas necesitadas pero que entiende el proceso en el cual solo Dios hace milagros.
Que al iniciar el 2014 tu alma se enfoque en ser empática, para que puedas entonces hacer una diferencia en otras vidas, una persona a la vez.
Un árbol se inclinaba precariamente sobre el lugar donde el pez parecía estar en apuros. Con un considerable riesgo para sí mismo, el mono se movió al extremo de una de sus ramas, y extendiendo sus extremidades rescato al pez de las aguas.
Apresurándose de vuelta a su refugio seguro, el mono puso cuidadosamente al pez sobre la tierra seca. Por unos momentos, el pez mostró entusiasmo pero pronto se quedo quieto en un pacífico reposo.
¿Cual es la traducción de esta parábola asiática? El pez murió. Hay una diferencia fundamental entre ser empático y simpático. La diferencia estriba en que las personas y organizaciones empáticas reconocen que una relación se construye con preguntas y escuchando. La empatía supone un respeto por la otra persona, excluye los juicios a priori, y da el beneficio de la duda.
Una persona empática sabe preguntar y escuchar, habla poco, porque su objetivo es construir una relación real y segura. Por otro lado, las personas simpáticas tienden a ser más entrometidas, hablan mucho, y su ego es más importante que la relación. Tienden a juzgar más y a ser superficiales.
No soy particularmente afín, como entenderán, a los reinados de simpatía. Me interesan profundamente las personas indistintamente de su origen o características. Procuro recordar como Dios me hizo: con una sola lengua y boca y con dos orejas. El creador pretendía en su diseño humano que escuchara el doble de lo que hablara.
Pero, Dios no contaba con la capacidad humana para crear barreras en nuestras comunicaciones interpersonales a partir de nuestros complejos y carencias. El hombre en su afán de ser dios con minúscula estableció sus propias reglas y distorsionó el plan divino para el hombre y la mujer.
El mono en la parábola quería ayudar, sintió compasión por el pez, e hizo lo lógico humanamente: ayudar al pez a su manera. El pez se alegró, pero pronto pereció. A veces no entendemos porque la gente que intentas ayudar y hasta "arreglar" en nuestras fuerzas y entendimiento humano limitado es tan malagradecida y hasta hostil.
No estamos aquí para arreglarle la vida a nadie. Somos instrumentos de la gracia de Dios para ayudar a los que aceptan nuestra ayuda. Para ello, hay que aprender a escuchar el doble de lo que hablamos. Y nunca debemos actuar para satisfacer nuestro ego.
Usted y yo debemos trabajar en cambiar nosotros con la ayuda de Dios, para que los demás vean a través de nuestra vida cambiada que hay esperanza pedir ayuda. Deje de ser un proyecto de héroe de comic y conviértase en alguien empático, que se conecta con personas necesitadas pero que entiende el proceso en el cual solo Dios hace milagros.
Que al iniciar el 2014 tu alma se enfoque en ser empática, para que puedas entonces hacer una diferencia en otras vidas, una persona a la vez.
17 enero 2014
Los visitantes
"Incluso si una madre puede olvidar a su hijo, yo no te olvidaré. Os he esculpido en la palma de mi mano." - Isaías 49
Ayer creíste estar despierto. Pero hoy te diste cuenta que habían oleadas de dolor, miedo, cansancio, soledad, aburrimiento, pena o frustración surgiendo en ti, sin previo aviso. Amigo, estas no son ningún enemigo ni tampoco ningún signo de tu fracaso, sino viajeros exhaustos, anhelando la íntima calidez de tu presencia. No ignores a tus visitantes, no te distraigas con comida, internet, drogas, compras o con el próximo 'subidón' espiritual. Recuerda tu compromiso original de encontrarte con la vida bajo sus propios términos. Tómate el tiempo de recibir a estos visitantes, estas partes de ti mismo que habías ignorado, contáctate con ellas a través de tu cuerpo para que puedas darles vida en donde quiera que aparezcan. La Resurrección está muy cerca.
No te olvides de ti mismo cuando más te necesitas. Rompe el ciclo de abuso justo en donde comenzó. Abraza el dolor, el miedo, la soledad como abrazarías a tu hijo recién nacido. Los visitantes no se quedarán para siempre, tampoco se irán cuando tú digas, porque son anteriores al libre albedrío o a la ausencia de éste. Los visitantes desean tu presencia, desean ser vistos como olas en la inmensidad de tu océano, no como amenazas para la consciencia, sino expresiones de la consciencia.
A las sensaciones hormigueando, ardiendo, danzando en tu estómago, pecho, garganta, susúrrales: 'Estoy aquí. No las abandonaré. Hay dignidad en su danza, mis pequeñas...'.
Jeff Foster
Ayer creíste estar despierto. Pero hoy te diste cuenta que habían oleadas de dolor, miedo, cansancio, soledad, aburrimiento, pena o frustración surgiendo en ti, sin previo aviso. Amigo, estas no son ningún enemigo ni tampoco ningún signo de tu fracaso, sino viajeros exhaustos, anhelando la íntima calidez de tu presencia. No ignores a tus visitantes, no te distraigas con comida, internet, drogas, compras o con el próximo 'subidón' espiritual. Recuerda tu compromiso original de encontrarte con la vida bajo sus propios términos. Tómate el tiempo de recibir a estos visitantes, estas partes de ti mismo que habías ignorado, contáctate con ellas a través de tu cuerpo para que puedas darles vida en donde quiera que aparezcan. La Resurrección está muy cerca.
No te olvides de ti mismo cuando más te necesitas. Rompe el ciclo de abuso justo en donde comenzó. Abraza el dolor, el miedo, la soledad como abrazarías a tu hijo recién nacido. Los visitantes no se quedarán para siempre, tampoco se irán cuando tú digas, porque son anteriores al libre albedrío o a la ausencia de éste. Los visitantes desean tu presencia, desean ser vistos como olas en la inmensidad de tu océano, no como amenazas para la consciencia, sino expresiones de la consciencia.
A las sensaciones hormigueando, ardiendo, danzando en tu estómago, pecho, garganta, susúrrales: 'Estoy aquí. No las abandonaré. Hay dignidad en su danza, mis pequeñas...'.
Jeff Foster
16 enero 2014
Las acciones físicas...
"Las acciones físicas (una mirada, un gesto de la mano, o la manera de permanecer de pie) manifiestan también el estado de nuestra mente.
Cada gesto revela alegría, tristeza, amor u odio, una mente consciente o distraída. Cuando somos conscientes, iluminamos todo cuanto estamos haciendo, nuestra forma de mantenernos de pie o de sentarnos, de mirar a los demás, de sonreír o de fruncir el ceño.
Cuando la luz de la plena consciencia está presente reconocemos qué acciones son benéficas y cuáles son perjudiciales. Las acciones que nos benefician, benefician también a los demás. Las acciones que nos perjudican, perjudican también a los demás"
Thich Nhat Hanh
Cada gesto revela alegría, tristeza, amor u odio, una mente consciente o distraída. Cuando somos conscientes, iluminamos todo cuanto estamos haciendo, nuestra forma de mantenernos de pie o de sentarnos, de mirar a los demás, de sonreír o de fruncir el ceño.
Cuando la luz de la plena consciencia está presente reconocemos qué acciones son benéficas y cuáles son perjudiciales. Las acciones que nos benefician, benefician también a los demás. Las acciones que nos perjudican, perjudican también a los demás"
Thich Nhat Hanh
15 enero 2014
El violinista
Esta historia es sobre un hombre que reflejaba en su forma de vestir y actuar la derrota y la mediocridad total. Ocurrió en Paris, en una calle céntrica aunque secundaria. Estaba un hombre con un viejo violín. Frente a él y sobre el suelo estaba su boina, con la esperanza de que vieran su condición y le arrojaran algunas monedas para llevar a casa.
El pobre hombre trataba de sacar una melodía, pero era del todo imposible identificarla en su instrumento por la forma displicente y aburrida con que lo tocaba. Un famoso violinista con su esposa y unos amigos salían de un teatro cercano, y pasaron frente al mendigo musical que producía aquellos sonidos tan discordantes.
La esposa del músico se detuvo frente al mendigo y le pidió al concertista que tocara algo. El hombre echó una mirada a la boina del mendigo, y decidió hacer algo. Le solicitó el violín a lo que accedió el mendigo. Lo primero que hizo el concertista fue afinar sus cuerdas. Y entonces, vigorosamente toco una melodía fascinante con el viejo instrumento. Los amigos comenzaron a aplaudir mientras la gente empezó a arremolinarse para ver el improvisado espectáculo.
Al escuchar la música, la gente de la cercana calle principal acudió también y la multitud escuchaba arrobada el extraño concierto. La boina se lleno no solamente de monedas de todas las denominaciones, mientras el maestro sacaba una melodía tras otra, y el mendigo estaban aun más feliz de ver lo que ocurría y no cesaba de dar saltos de contento gritando “!Mi violín! ¡Ese es mi violín!” Lo cual por supuesto era rigurosamente cierto.
Dios nos da a todos un “violín”. Son nuestros conocimientos, habilidades y experiencias. El nos da la libertad de tocar “ese violín” como nos plazca. Algunos, por pereza, ni siquiera se esfuerzan despreciando la disciplina, el aprendizaje y el mejoramiento de las habilidades necesarias para ejecutar un buen concierto con lo que hemos recibido.
Pretenden llenar una boina con dinero, entregando a cambio discordante melodías. Son personas que hacen su trabajo de mala forma, y que curiosamente creen que la humanidad tiene la obligación de cuidarlos. Por su baja ejecución viven solo para cubrir sus necesidades esperando la ayuda de los demás sin percatarse de que uno recoge solo lo que siembra.
Debemos ser compasivos, pero no debemos olvidar que todos sin excepción hemos recibidos talentos de parte de Dios y es exclusivamente nuestra responsabilidad desarrollarlos y usarlos responsablemente para bien de todos y no solo para nuestro beneficio.
La historia humana está llena de ejemplos de personas con pocas o ninguna probabilidad y que sin embargo pudieron levantarse y contribuir encontrando el violín que debían tocar, pero también hay igual número de ejemplos de mendigos musicales. Tu y yo podemos hacer grandes cosas en la vida…a partir de actos incondicionales de amor a otros dando lo mejor que tenemos. Dios ya lo hizo por nosotros dando a Su hijo para que tuviéramos vida eterna. Solo evita compararte con otros y encuentra tu propia melodía.
Hoy tienes la oportunidad de dejar de quejarte de lo que no tienes, para reconocer tus fortalezas, y trabajar en ellas para dar lo mejor con lo que tienes. La recompensa va mas allá de lo material, porque solo así encontraras paz, sentido de auto valía y contentamiento en esta vida.
13 enero 2014
El trauma de la sanación
Toda sanación implica un trauma, la reapertura de viejas heridas. La sanación no siempre se ve o se siente bien, agradable o amable.
Uno de los mitos más dañinos que hemos heredado es que el sanar debería 'sentirse bien'. No. A veces nuestro dolor incluso se incrementa conforme la oscuridad va emergiendo hacia la luz. Pero el dolor realmente indica que el proceso de sanación se está intensificando, no deteniéndose.
En nuestra cultura existe la tendencia de evitar el sufrimiento, de distraernos de él, de etiquetarlo como algo 'equivocado' o 'negativo, de tratar de desembarazarnos de él a través de la meditación o de la medicación, de evitar experimentarlo (¡y por supuesto, en esto también hay una gran inteligencia!). Gran parte de nuestra medicina occidental se orienta hacia la supresión de los síntomas, a calmar todas las incomodidades, a aminorar el caos y a construir caminos que nos lleven hacia una idea socialmente aceptable de 'normalidad'.
Sin embargo, amigos, ¡nosotros ya no tenemos ningún interés de 'volver a la normalidad'! ¡La 'normalidad' fue el problema, no la solución! El status quo necesitaba un cambio. Siempre fue inestable y falso.
A veces nuestra frágil 'normalidad' tiene que abrirse al caos, el dolor necesita ser sentido aún más, el corazón tiene que romperse con más intensidad. Nada de esto es con el fin de destruirnos, sino para destruir formas no auténticas de ser.
El sufrimiento no es un castigo que provenga de un dios que nos juzga, no es un error en un universo descompuesto, no es la evidencia de nuestro fracaso o de nuestra ignorancia aún no iluminada, sino una viva enseñanza profundamente espiritual. Observa a Jesús en la cruz. El recurso de su tortura se convirtió en su más grande invitación para sanar - en el descubrimiento de su propia e inquebrantable Presencia, previa a su encarnación humana, previa al tiempo. La crucifixión fue la invitación para el redescubrimiento de Dios.
¡Todos estamos con Jesús en esa misma cruz! ¡Esa cruz que jamás discrimina!
Considera la posibilidad de que dentro de tu sufrimiento estás siendo invitado a dejar ir, a 'hacer un lado las cosas de niños', a despertar del sueño de la normalidad y abrazar la vida con todo su dolor y maravilla. A enamorarte del lugar en donde te encuentras. A ser aquí, ahora.
Deja que los vientos soplen, deja que las tempestades rujan, deja que todo lo que es falso se purifique, deja que todo lo que está muerto permanezca muerto, permite que la vida estalle justo donde estás. Tan sólo estás siendo invitado a recibir una sanación más profunda, aunque se sienta parecido al dolor, aunque el corazón se sienta expuesto y en carne viva, aunque no puedas sentir la esperanza de un mañana.
Dios está aquí.
Jeff Foster
Uno de los mitos más dañinos que hemos heredado es que el sanar debería 'sentirse bien'. No. A veces nuestro dolor incluso se incrementa conforme la oscuridad va emergiendo hacia la luz. Pero el dolor realmente indica que el proceso de sanación se está intensificando, no deteniéndose.
En nuestra cultura existe la tendencia de evitar el sufrimiento, de distraernos de él, de etiquetarlo como algo 'equivocado' o 'negativo, de tratar de desembarazarnos de él a través de la meditación o de la medicación, de evitar experimentarlo (¡y por supuesto, en esto también hay una gran inteligencia!). Gran parte de nuestra medicina occidental se orienta hacia la supresión de los síntomas, a calmar todas las incomodidades, a aminorar el caos y a construir caminos que nos lleven hacia una idea socialmente aceptable de 'normalidad'.
Sin embargo, amigos, ¡nosotros ya no tenemos ningún interés de 'volver a la normalidad'! ¡La 'normalidad' fue el problema, no la solución! El status quo necesitaba un cambio. Siempre fue inestable y falso.
A veces nuestra frágil 'normalidad' tiene que abrirse al caos, el dolor necesita ser sentido aún más, el corazón tiene que romperse con más intensidad. Nada de esto es con el fin de destruirnos, sino para destruir formas no auténticas de ser.
El sufrimiento no es un castigo que provenga de un dios que nos juzga, no es un error en un universo descompuesto, no es la evidencia de nuestro fracaso o de nuestra ignorancia aún no iluminada, sino una viva enseñanza profundamente espiritual. Observa a Jesús en la cruz. El recurso de su tortura se convirtió en su más grande invitación para sanar - en el descubrimiento de su propia e inquebrantable Presencia, previa a su encarnación humana, previa al tiempo. La crucifixión fue la invitación para el redescubrimiento de Dios.
¡Todos estamos con Jesús en esa misma cruz! ¡Esa cruz que jamás discrimina!
Considera la posibilidad de que dentro de tu sufrimiento estás siendo invitado a dejar ir, a 'hacer un lado las cosas de niños', a despertar del sueño de la normalidad y abrazar la vida con todo su dolor y maravilla. A enamorarte del lugar en donde te encuentras. A ser aquí, ahora.
Deja que los vientos soplen, deja que las tempestades rujan, deja que todo lo que es falso se purifique, deja que todo lo que está muerto permanezca muerto, permite que la vida estalle justo donde estás. Tan sólo estás siendo invitado a recibir una sanación más profunda, aunque se sienta parecido al dolor, aunque el corazón se sienta expuesto y en carne viva, aunque no puedas sentir la esperanza de un mañana.
Dios está aquí.
Jeff Foster
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10 enero 2014
Estudiar Zen
Un joven occidental se presentó una mañana a la puerta de un monasterio zen de las cercanías de Kyoto. Deseaba ver al maestro, cuya reputación se había extendido mucho más allá de las fronteras del Japón.
- ¿Qué deseas, extranjero? -preguntó Gozan, que le recibió con cortesía.
-Maestro -dijo el joven-, he venido de muy lejos para estudiar el zen bajo vuestra dirección...
- ¿Cuál es tu religión?
-Soy cristiano, Maestro.
- ¿Llevas contigo los textos sagrados de tu fe?
-Sí, Maestro, una Biblia.
-No conozco la Biblia de los cristianos, léeme un trozo.
-Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque se les dará misericordia.
Bienaventurados los corazones puros, porque verán a Dios.
Bienaventurados los artesanos de paz, porque serán llamados hijos de Dios.
- ¡Interesante! -dijo el maestro zen-. Léeme otra cosa...
-Habéis aprendido que se ha dicho: «Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo», pero yo os digo: «Amad a vuestros enemigos, rogad por los que os persiguen».
- ¡Excelente! -dijo el maestro-. Practica lo que está escrito en la Biblia de los cristianos. No necesitas mi enseñanza.
Y tras decir estas palabras, sonriendo, se retiró.
- ¿Qué deseas, extranjero? -preguntó Gozan, que le recibió con cortesía.
-Maestro -dijo el joven-, he venido de muy lejos para estudiar el zen bajo vuestra dirección...
- ¿Cuál es tu religión?
-Soy cristiano, Maestro.
- ¿Llevas contigo los textos sagrados de tu fe?
-Sí, Maestro, una Biblia.
-No conozco la Biblia de los cristianos, léeme un trozo.
-Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque se les dará misericordia.
Bienaventurados los corazones puros, porque verán a Dios.
Bienaventurados los artesanos de paz, porque serán llamados hijos de Dios.
- ¡Interesante! -dijo el maestro zen-. Léeme otra cosa...
-Habéis aprendido que se ha dicho: «Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo», pero yo os digo: «Amad a vuestros enemigos, rogad por los que os persiguen».
- ¡Excelente! -dijo el maestro-. Practica lo que está escrito en la Biblia de los cristianos. No necesitas mi enseñanza.
Y tras decir estas palabras, sonriendo, se retiró.
09 enero 2014
La sonrisa
Cuenta Antoine de Saint-Exupery, autor de "El Principito" que una vez fue capturado por el enemigo cuando servía como piloto durante la primera guerra mundial y arrojado a una celda. Por las miradas despectivas y el trato duro que recibía de sus carceleros, estaba seguro que sería ejecutado al día siguiente. A partir de aquí sus palabras...
“Estaba seguro de que me matarían. Me puse terriblemente nervioso e inquieto. Revolví mis bolsillos para ver si algún cigarrillo había escapado al registro. Encontré uno y me temblaban las manos que apenas pude llevármelo a los labios. Pero no tenía fósforos, se los habían quedado mis captores.
Mire a mi carcelero a través de los barrotes. No hizo contacto visual conmigo. Después de todo, nadie hacia contacto visual con una cosa, con un cadáver.
Le grite: “¿Tiene fuego, por favor?”. Me miro, se encogió de hombros y se acerco para encenderme el cigarrillo. Al acercarse y encender el fosforo, sus ojos accidentalmente se cruzaron con los míos.
En ese momento, sonreí. No sé por qué lo hice. Tal vez fue por el nerviosismo, tal vez fue porque, cuando dos personas se acercan mucho, cuesta no sonreír. Sea como fuere, sonreí. En ese instante, fue como si una chispa hubiera saltado la brecha entre nuestros corazones, nuestras dos almas humanas. Sé que él no quería, pero mi sonrisa atravesó los barrotes y genero otra sonrisa en sus labios.
Me encendió el cigarrillo pero se quedo cerca, mirándome directamente a los ojos y sin dejar de sonreír. Seguir sonriéndole, consciente de él como persona y no ya solo como carcelero. Y su mirada pareció adquirir una nueva dimensión. -“¿Tienes hijos?” preguntó.
-“Si, aquí, aquí”. Saque mi billetera y busque tembloroso las fotos de mi familia.
El también saco las fotos de sus hijos y empezó a hablar sobre sus planes y esperanzas con respecto a ellos. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Dije que temía no volver a ver a mi familia, no tener la oportunidad de verlos crecer. A él también se le llenaron los ojos de lágrimas. De pronto, sin decir una palabra, abrió la celda y en silencio me llevo afuera. Salimos de la cárcel, y, despacio y por calles laterales, salimos de la ciudad. Allí, en las afueras de la ciudad, me libero. Y sin decir una palabra, regreso a la ciudad´.
-¡Una sonrisa me salvo la vida!”.
Sí, la sonrisa, la conexión sincera, espontanea, natural y divina a la vez entre los seres humanos. Repito esta historia porque usted y yo deberíamos considerar que debajo de las apariencias que construimos para protegernos diariamente: nuestra dignidad, nuestros títulos, nuestros diplomas, nuestro estatus y la necesidad de que nos vea de determinadas maneras, debajo de todo eso, está el yo auténtico y esencial. Dios lo llama alma desde el Génesis.
“Estaba seguro de que me matarían. Me puse terriblemente nervioso e inquieto. Revolví mis bolsillos para ver si algún cigarrillo había escapado al registro. Encontré uno y me temblaban las manos que apenas pude llevármelo a los labios. Pero no tenía fósforos, se los habían quedado mis captores.
Mire a mi carcelero a través de los barrotes. No hizo contacto visual conmigo. Después de todo, nadie hacia contacto visual con una cosa, con un cadáver.
Le grite: “¿Tiene fuego, por favor?”. Me miro, se encogió de hombros y se acerco para encenderme el cigarrillo. Al acercarse y encender el fosforo, sus ojos accidentalmente se cruzaron con los míos.
En ese momento, sonreí. No sé por qué lo hice. Tal vez fue por el nerviosismo, tal vez fue porque, cuando dos personas se acercan mucho, cuesta no sonreír. Sea como fuere, sonreí. En ese instante, fue como si una chispa hubiera saltado la brecha entre nuestros corazones, nuestras dos almas humanas. Sé que él no quería, pero mi sonrisa atravesó los barrotes y genero otra sonrisa en sus labios.
Me encendió el cigarrillo pero se quedo cerca, mirándome directamente a los ojos y sin dejar de sonreír. Seguir sonriéndole, consciente de él como persona y no ya solo como carcelero. Y su mirada pareció adquirir una nueva dimensión. -“¿Tienes hijos?” preguntó.
-“Si, aquí, aquí”. Saque mi billetera y busque tembloroso las fotos de mi familia.
El también saco las fotos de sus hijos y empezó a hablar sobre sus planes y esperanzas con respecto a ellos. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Dije que temía no volver a ver a mi familia, no tener la oportunidad de verlos crecer. A él también se le llenaron los ojos de lágrimas. De pronto, sin decir una palabra, abrió la celda y en silencio me llevo afuera. Salimos de la cárcel, y, despacio y por calles laterales, salimos de la ciudad. Allí, en las afueras de la ciudad, me libero. Y sin decir una palabra, regreso a la ciudad´.
-¡Una sonrisa me salvo la vida!”.
Sí, la sonrisa, la conexión sincera, espontanea, natural y divina a la vez entre los seres humanos. Repito esta historia porque usted y yo deberíamos considerar que debajo de las apariencias que construimos para protegernos diariamente: nuestra dignidad, nuestros títulos, nuestros diplomas, nuestro estatus y la necesidad de que nos vea de determinadas maneras, debajo de todo eso, está el yo auténtico y esencial. Dios lo llama alma desde el Génesis.
La psicología desde Freud también usa la palabra griega para alma “psique” aunque más recientemente. Realmente, creo que si esa parte tuya y esa parte mía pudieran reconocerse, no seríamos enemigos.
No podríamos sentir odio, ni envidia, ni miedo. Llego a la triste conclusión de que todas esas otras capas, que construimos con tanto esmero o a lo largo de nuestras vidas, nos distancian e impiden que nos pongamos en contacto real con los demás.
La historia del aviador y escritor Saint-Exupery habla de ese momento mágico en que dos almas se reconocen.
¿Has tenido momentos así? Al enamorarnos por ejemplo.
Al mirar a un bebe. ¿Por qué sonreímos cuando vemos un bebe?
A menudo al pensar en Dios sonrío, aun en tiempo difíciles, y me imagino que El también me devuelve la sonrisa, me viste de su dignidad sencilla y fortaleza compasiva.
Tal vez sea porque vemos a alguien sin todas esas capas defensivas, alguien cuya sonrisa nos resulta genuina y sin engaños. Tal vez porque entonces Dios nos ve como un niño, desnudo, sin ocultar nada, solo vestidos con nuestra sonrisa.
Y el alma de niño, y el alma de hijo e hija de Dios que llevamos dentro sonríe anhelante en reconocimiento al milagro de la vida y el Hacedor de la Vida sonríe de vuelta.
No se trata de detenerse hoy y sonreír para el mundo sonría de vuelta. Es un poco más profundo y sencillo a la vez. Cuando sonríes asumes un riesgo, haces una inversión eterna, y te conectas a la creación y al plan de Dios para el mundo.
No podríamos sentir odio, ni envidia, ni miedo. Llego a la triste conclusión de que todas esas otras capas, que construimos con tanto esmero o a lo largo de nuestras vidas, nos distancian e impiden que nos pongamos en contacto real con los demás.
La historia del aviador y escritor Saint-Exupery habla de ese momento mágico en que dos almas se reconocen.
¿Has tenido momentos así? Al enamorarnos por ejemplo.
Al mirar a un bebe. ¿Por qué sonreímos cuando vemos un bebe?
A menudo al pensar en Dios sonrío, aun en tiempo difíciles, y me imagino que El también me devuelve la sonrisa, me viste de su dignidad sencilla y fortaleza compasiva.
Tal vez sea porque vemos a alguien sin todas esas capas defensivas, alguien cuya sonrisa nos resulta genuina y sin engaños. Tal vez porque entonces Dios nos ve como un niño, desnudo, sin ocultar nada, solo vestidos con nuestra sonrisa.
Y el alma de niño, y el alma de hijo e hija de Dios que llevamos dentro sonríe anhelante en reconocimiento al milagro de la vida y el Hacedor de la Vida sonríe de vuelta.
No se trata de detenerse hoy y sonreír para el mundo sonría de vuelta. Es un poco más profundo y sencillo a la vez. Cuando sonríes asumes un riesgo, haces una inversión eterna, y te conectas a la creación y al plan de Dios para el mundo.
08 enero 2014
Me reservo el derecho de admissión
El día de hoy, decido reservarme el derecho de admisión de pensamientos que me desgasten y de recuerdos innecesarios. Cuando éstos lleguen intempestivamente a mi mente, les diré que no son bienvenidos. Hoy no puedo hacer nada por ellos. Pensaré en lo que si puedo hacer, no en el pasado desgastante que no puedo cambiar ni en el futuro incierto que no depende de mi.
Hoy me reservo el derecho de admitir críticas inmerecidas de quienes lo único que buscan es quitarme mi equilibrio emocional y mi paz interior.
Confío una vez mas en que lo bueno y lo mejor siempre está por venir!
Hoy me reservo el derecho de admisión de personas que no tienen nada que hacer en mi vida. Diré un simple no cuando mi voz interior me lo sugiera y evitaré comprometerme en lo que de antemano se que no puedo ni quiero cumplir.
Hoy me reservo el derecho de admitir críticas inmerecidas de quienes lo único que buscan es quitarme mi equilibrio emocional y mi paz interior.
Confío una vez mas en que lo bueno y lo mejor siempre está por venir!
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07 enero 2014
¿Qué es la abundancia?
"Otra vez os digo, es más fácil que un camello pase través del ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos " - Jesús
¿Qué es la abundancia? ¿Se trata de tener más dinero, más fama, más reconocimiento, más 'cosas' de las que realmente necesitas? ¿Se trata de adquirir una riqueza personal innecesaria, acumular montones de objetos para ti y pata tu íntimo círculo de amistades privilegiadas?
No, no, no. ¡Se trata más bien del fuego que ruge en tu corazón! ¡De la inexplicable alegría que estalla en tu vientre! ¡De esa desgarradora gratitud que sientes al caminar, al darte cuenta que se te ha regalado un día más para explorar este loco, maravilloso, enredado mundo, independientemente de la cantidad de dinero que tengas en tu cuenta bancaria, independientemente de cuántos certificados cuelguen de tu pared!
Es la inmensa dicha de dar sin esperar nada a cambio, de amar sin necesidad, de abrirte a las aventuras que jamás pensaste posibles, de sentir el miedo y aún así dar el salto a pesar de las palabras de advertencia de aquellos que se hacen llamar 'normales'. Es zambullirse locamente en lo desconocido, es la oleada de vida que sientes al inhalar, el profundo descanso que sientes al exhalar, es la emoción de saber que nada que sea real puede perderse, y nada de lo que se perdió fue tuyo, en primera instancia. Es sentirse profundamente vivo, conectado, en Casa, sin importar las circunstancias, independientemente de lo fuertes que parezcan ser los desafíos, sin importar lo imposible que parezcan las probabilidades.
Puedes tener todas las riquezas terrenales imaginables, puedes encontrarte en la parte más elevada de la escalera del mundo del éxito, y sin embargo, si no estás en sintonía con la abundancia universal, si no estás en sincronía con lo más precioso de la existencia, si no estás en contacto con lo que realmente eres, si no estás enamorado con el simple sentimiento de estar vivo, estás en la más profunda de las pobrezas.
No es la riqueza mundana la que nos saca de la pobreza, sino el hecho de despertar a nuestra inmensidad. No es más dinero lo que necesitamos, finalmente, sino más Amor, ese Amor universal que acoge a todos los seres de todos los mundos en su infinito abrazo. Sí, el dinero ayuda. Aumenta las comodidades mundanas. Y sí, no hay nada malo en trabajar para ganar más dinero. Detrás del deseo de más dinero podría estar el deseo de aumentar la prosperidad de todo el mundo, de elevar a todos y a todo hacia un estado de abundancia. Pero si estamos hablando de la verdadera felicidad, debemos mirar más allá de lo visible, hacia los ojos del Amado.
Dejemos que este 2014 sea el año en que nos riamos más, lloremos más, caigamos de rodillas por tanta gratitud, por tantos disparates y ver la maravillosa transitoriedad de todas las cosas. Cuando te vuelvas como niño pequeño entrarás al Reino de los Cielos, y el Reino ya está aquí, amigo, disfrazado de un año común y corriente, de un día como cualquier otro, de un momento ordinario, esperando a que tus ojos se abran de par en par a sus abundantes tesoros.
Jeff Foster
¿Qué es la abundancia? ¿Se trata de tener más dinero, más fama, más reconocimiento, más 'cosas' de las que realmente necesitas? ¿Se trata de adquirir una riqueza personal innecesaria, acumular montones de objetos para ti y pata tu íntimo círculo de amistades privilegiadas?
No, no, no. ¡Se trata más bien del fuego que ruge en tu corazón! ¡De la inexplicable alegría que estalla en tu vientre! ¡De esa desgarradora gratitud que sientes al caminar, al darte cuenta que se te ha regalado un día más para explorar este loco, maravilloso, enredado mundo, independientemente de la cantidad de dinero que tengas en tu cuenta bancaria, independientemente de cuántos certificados cuelguen de tu pared!
Es la inmensa dicha de dar sin esperar nada a cambio, de amar sin necesidad, de abrirte a las aventuras que jamás pensaste posibles, de sentir el miedo y aún así dar el salto a pesar de las palabras de advertencia de aquellos que se hacen llamar 'normales'. Es zambullirse locamente en lo desconocido, es la oleada de vida que sientes al inhalar, el profundo descanso que sientes al exhalar, es la emoción de saber que nada que sea real puede perderse, y nada de lo que se perdió fue tuyo, en primera instancia. Es sentirse profundamente vivo, conectado, en Casa, sin importar las circunstancias, independientemente de lo fuertes que parezcan ser los desafíos, sin importar lo imposible que parezcan las probabilidades.
Puedes tener todas las riquezas terrenales imaginables, puedes encontrarte en la parte más elevada de la escalera del mundo del éxito, y sin embargo, si no estás en sintonía con la abundancia universal, si no estás en sincronía con lo más precioso de la existencia, si no estás en contacto con lo que realmente eres, si no estás enamorado con el simple sentimiento de estar vivo, estás en la más profunda de las pobrezas.
No es la riqueza mundana la que nos saca de la pobreza, sino el hecho de despertar a nuestra inmensidad. No es más dinero lo que necesitamos, finalmente, sino más Amor, ese Amor universal que acoge a todos los seres de todos los mundos en su infinito abrazo. Sí, el dinero ayuda. Aumenta las comodidades mundanas. Y sí, no hay nada malo en trabajar para ganar más dinero. Detrás del deseo de más dinero podría estar el deseo de aumentar la prosperidad de todo el mundo, de elevar a todos y a todo hacia un estado de abundancia. Pero si estamos hablando de la verdadera felicidad, debemos mirar más allá de lo visible, hacia los ojos del Amado.
Dejemos que este 2014 sea el año en que nos riamos más, lloremos más, caigamos de rodillas por tanta gratitud, por tantos disparates y ver la maravillosa transitoriedad de todas las cosas. Cuando te vuelvas como niño pequeño entrarás al Reino de los Cielos, y el Reino ya está aquí, amigo, disfrazado de un año común y corriente, de un día como cualquier otro, de un momento ordinario, esperando a que tus ojos se abran de par en par a sus abundantes tesoros.
Jeff Foster
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06 enero 2014
"Estoy para lo que necesites"
Muchas veces, amigos o personas cercanas pasan por momentos desolados, y uno suele decirles “estoy aquí para lo que necesites”. Pero, ¿además, tomas acción? Te damos una breve lista de las maneras en que puedes demostrar tu amor y darle un respiro a tu amigo desconsolado, para que pueda simplemente disfrutar de tu amabilidad.
• Llévale de cenar. Cuando atravesamos un gran dolor, a veces hasta olvidamos comer, o perdemos el apetito. Sin embargo, si una comida caliente está enfrente de nosotros nos la comemos. Si tienes tiempo, llévale algo de cenar a tu amigo. Es uno de los gestos más fáciles amorosos.
• Ofrece un espacio para los familiares de lejos. Si puedes, ofrécete a pagar un par de días de hotel para cubrir la estancia de algún familiar que tenga que venir desde lejos. O bien ofrécele espacio en tu casa.
• Ayudar a organizar la comida. Ofrécete a conseguir los utensilios necesarios, y llega temprano para ayudar con la comida, así tu amigo no se tiene que preocupar por eso y puede centrarse en su propia sanación.
• Ofrece un oído atento y un hombro para llorar. Por supuesto, es una de las mejores maneras de ayudar a un amigo desconsolado. No hacen falta palabras, sólo la voluntad de acompañar, en silencio, sin juicio y sin dar consejos.
¿Qué otras maneras se te ocurren de ayudar a un amigo triste?
• Llévale de cenar. Cuando atravesamos un gran dolor, a veces hasta olvidamos comer, o perdemos el apetito. Sin embargo, si una comida caliente está enfrente de nosotros nos la comemos. Si tienes tiempo, llévale algo de cenar a tu amigo. Es uno de los gestos más fáciles amorosos.
• Ofrece un espacio para los familiares de lejos. Si puedes, ofrécete a pagar un par de días de hotel para cubrir la estancia de algún familiar que tenga que venir desde lejos. O bien ofrécele espacio en tu casa.
• Ayudar a organizar la comida. Ofrécete a conseguir los utensilios necesarios, y llega temprano para ayudar con la comida, así tu amigo no se tiene que preocupar por eso y puede centrarse en su propia sanación.
• Ofrece un oído atento y un hombro para llorar. Por supuesto, es una de las mejores maneras de ayudar a un amigo desconsolado. No hacen falta palabras, sólo la voluntad de acompañar, en silencio, sin juicio y sin dar consejos.
¿Qué otras maneras se te ocurren de ayudar a un amigo triste?
03 enero 2014
El lugar adecuado para la vida
Tu corazón está roto. Ya no te sientes como en casa. El mundo tal y como lo conoces se está desmoronando. Sientes que has perdido algo sumamente valioso. La vida no parece justa, ni amable, ni adecuada. Quisieras escapar. Retroceder las cosas a como eran antes o adelantarlas hacia lo que pudieran llegar a ser. Te sientes desconectado, solo y perdido, incluso más allá de toda ayuda.
Detente. Respira. Así, exactamente, es como las cosas tienen que ser ahora. Esto es vida, no una violación a la vida. Un Universo jamás podría estar 'equivocado'. La vida sólo está 'mal' en nuestro pensamiento.
Sal de la película del pasado y del futuro, del tiempo y el espacio, y vuelve tu atención a este momento sagrado, a este momento, el único momento que hay. Recuerda tu presencia, aquí y ahora. Siente el pulso de tu cuerpo. Siente los latidos de tu corazón, la expansión y la contracción de tu pecho. Siente la vida, cruda, que hay aquí, envolviéndote, llenándote, animándote, siendo tú. Siente tus pies en la tierra.
Sé consciente de que el siguiente paso sólo puede darse desde aquí, desde donde estás, desde el suelo que es real. Descansa en la incertidumbre de cuál será el siguiente paso... hasta que se dé. Confía en que, en este momento, no puedes confiar. Quédate aquí. Sí, sé aquí.
Tu corazón podrá destrozarse, amigo, tus sueños podrán convertirse en polvo, sin embargo, siempre estás en el lugar adecuado para la vida.
Jeff Foster
Detente. Respira. Así, exactamente, es como las cosas tienen que ser ahora. Esto es vida, no una violación a la vida. Un Universo jamás podría estar 'equivocado'. La vida sólo está 'mal' en nuestro pensamiento.
Sal de la película del pasado y del futuro, del tiempo y el espacio, y vuelve tu atención a este momento sagrado, a este momento, el único momento que hay. Recuerda tu presencia, aquí y ahora. Siente el pulso de tu cuerpo. Siente los latidos de tu corazón, la expansión y la contracción de tu pecho. Siente la vida, cruda, que hay aquí, envolviéndote, llenándote, animándote, siendo tú. Siente tus pies en la tierra.
Sé consciente de que el siguiente paso sólo puede darse desde aquí, desde donde estás, desde el suelo que es real. Descansa en la incertidumbre de cuál será el siguiente paso... hasta que se dé. Confía en que, en este momento, no puedes confiar. Quédate aquí. Sí, sé aquí.
Tu corazón podrá destrozarse, amigo, tus sueños podrán convertirse en polvo, sin embargo, siempre estás en el lugar adecuado para la vida.
Jeff Foster
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02 enero 2014
Llénate de entusiasmo
Otro año maravillosos ha comenzado. ¿Qué guarda para ti? ¿Qué gran magia revelará? ¿Qué destino deplegará ante tus ojos? ¿Qué tesoros contiene? ¿Va a estar a la altura de tus más altas esperanzas y a cumplir tus anhelos más profundos? Este año que ha llegado ¿qué llevará en su seno para ti?
Hay otro modo de ver esto: ¿Cómo planeas tú dar la bienvenida al nuevo año? ¿Te has preparado para recibir de la manera más propicia el año que está entrando? En vez de cifrar todas tus expectativas en el año nuevo ¿has pensado en hacer algo con respecto a la forma en que das la bienvenida al futuro? ¿Estás preparado para olvidar el pasado? ¿Estás totalmente listo para dar un nuevo paso adelante?
Por eso el mensaje para este año requiere tanto de la gracia benevolente como del dulce esfuerzo. El mensaje de Año Nuevo es "Llénate de entusiasmo y canta la gloria de Dios".
El entusiasmo danza en la sangre de los grandes santos y sabios, y de todos los verdaderos guías del mundo. El entusiasmo le permite a una persona alcanza su meta. El entusiasmo te hace volar en lo alto.
Todos buscan una manera de vivir que sea significativa, dedicada y llena de asombro. Todos quieren estar llenos de felicidad y amor, llevar una vida armoniosa, con grandes amigos, placeres agradables, un sentimiento de abundancia y gran sabiduría, no interrumpido por la pérdida. Todo el mundo en realidad quiere todo esto.
Sin embargo, la mayoría de la gente parece buscar significado fuera de sí misma. Piensa que la abundancia, el propósito y el placer están ocultos en algún otro lugar del mundo y que necesita ir a buscarlos. Olvida que cada ser humano es el factor crucial de su propia vida. Cada persona contiene dentro de sí aquello que busca. A fin de que tu vida sea de la manera que quieres que sea, tienes que llenarte de entusiasmo. Tienes que convertirte en la vasija perfecta para contener la luz dorada de la gracia.
Así que no tienes que dejar que el destino decida lo que traerá para ti el año que comienza. Si obtienes lo mejor de cada momento, entonces cada año se convertirá en el año más grande y lleno de maravillas de tu vida.
Swami Chidvilsananda
(Entusiasmo)
Hay otro modo de ver esto: ¿Cómo planeas tú dar la bienvenida al nuevo año? ¿Te has preparado para recibir de la manera más propicia el año que está entrando? En vez de cifrar todas tus expectativas en el año nuevo ¿has pensado en hacer algo con respecto a la forma en que das la bienvenida al futuro? ¿Estás preparado para olvidar el pasado? ¿Estás totalmente listo para dar un nuevo paso adelante?
Por eso el mensaje para este año requiere tanto de la gracia benevolente como del dulce esfuerzo. El mensaje de Año Nuevo es "Llénate de entusiasmo y canta la gloria de Dios".
El entusiasmo danza en la sangre de los grandes santos y sabios, y de todos los verdaderos guías del mundo. El entusiasmo le permite a una persona alcanza su meta. El entusiasmo te hace volar en lo alto.
Todos buscan una manera de vivir que sea significativa, dedicada y llena de asombro. Todos quieren estar llenos de felicidad y amor, llevar una vida armoniosa, con grandes amigos, placeres agradables, un sentimiento de abundancia y gran sabiduría, no interrumpido por la pérdida. Todo el mundo en realidad quiere todo esto.
Sin embargo, la mayoría de la gente parece buscar significado fuera de sí misma. Piensa que la abundancia, el propósito y el placer están ocultos en algún otro lugar del mundo y que necesita ir a buscarlos. Olvida que cada ser humano es el factor crucial de su propia vida. Cada persona contiene dentro de sí aquello que busca. A fin de que tu vida sea de la manera que quieres que sea, tienes que llenarte de entusiasmo. Tienes que convertirte en la vasija perfecta para contener la luz dorada de la gracia.
Así que no tienes que dejar que el destino decida lo que traerá para ti el año que comienza. Si obtienes lo mejor de cada momento, entonces cada año se convertirá en el año más grande y lleno de maravillas de tu vida.
Swami Chidvilsananda
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