Un árbol se inclinaba precariamente sobre el lugar donde el pez parecía estar en apuros. Con un considerable riesgo para sí mismo, el mono se movió al extremo de una de sus ramas, y extendiendo sus extremidades rescato al pez de las aguas.
Apresurándose de vuelta a su refugio seguro, el mono puso cuidadosamente al pez sobre la tierra seca. Por unos momentos, el pez mostró entusiasmo pero pronto se quedo quieto en un pacífico reposo.
¿Cual es la traducción de esta parábola asiática? El pez murió. Hay una diferencia fundamental entre ser empático y simpático. La diferencia estriba en que las personas y organizaciones empáticas reconocen que una relación se construye con preguntas y escuchando. La empatía supone un respeto por la otra persona, excluye los juicios a priori, y da el beneficio de la duda.
Una persona empática sabe preguntar y escuchar, habla poco, porque su objetivo es construir una relación real y segura. Por otro lado, las personas simpáticas tienden a ser más entrometidas, hablan mucho, y su ego es más importante que la relación. Tienden a juzgar más y a ser superficiales.
No soy particularmente afín, como entenderán, a los reinados de simpatía. Me interesan profundamente las personas indistintamente de su origen o características. Procuro recordar como Dios me hizo: con una sola lengua y boca y con dos orejas. El creador pretendía en su diseño humano que escuchara el doble de lo que hablara.
Pero, Dios no contaba con la capacidad humana para crear barreras en nuestras comunicaciones interpersonales a partir de nuestros complejos y carencias. El hombre en su afán de ser dios con minúscula estableció sus propias reglas y distorsionó el plan divino para el hombre y la mujer.
El mono en la parábola quería ayudar, sintió compasión por el pez, e hizo lo lógico humanamente: ayudar al pez a su manera. El pez se alegró, pero pronto pereció. A veces no entendemos porque la gente que intentas ayudar y hasta "arreglar" en nuestras fuerzas y entendimiento humano limitado es tan malagradecida y hasta hostil.
No estamos aquí para arreglarle la vida a nadie. Somos instrumentos de la gracia de Dios para ayudar a los que aceptan nuestra ayuda. Para ello, hay que aprender a escuchar el doble de lo que hablamos. Y nunca debemos actuar para satisfacer nuestro ego.
Usted y yo debemos trabajar en cambiar nosotros con la ayuda de Dios, para que los demás vean a través de nuestra vida cambiada que hay esperanza pedir ayuda. Deje de ser un proyecto de héroe de comic y conviértase en alguien empático, que se conecta con personas necesitadas pero que entiende el proceso en el cual solo Dios hace milagros.
Que al iniciar el 2014 tu alma se enfoque en ser empática, para que puedas entonces hacer una diferencia en otras vidas, una persona a la vez.
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