La
experiencia óptima.
¿Cuándo
fue la última vez que estabas tan inmerso en algo que sentiste que el tiempo
pasaba volando? ¿Qué estabas haciendo? ¿Por qué era interesante? ¿Qué
habilidades y fortalezas estabas empleando? Quizá estabas corriendo, bailando,
cocinando o en una conversación con un amigo. También es muy probable que
estuvieras trabajando.
En el
mundo de los cuentos y las películas algunos personajes tratan de conseguir un
tesoro o una fortuna que les permita pasarla bien sin tener que esforzarse.
Pero en realidad está comprobado que el trabajo no sólo es un intercambio
monetario que nos permite obtener recursos para vivir, sino que también nos provee
de sentido de vida, logros, relaciones. El Dr. Mihaly Cszikstentmihalyi, uno de
los fundadores de la psicología positiva, lo expresa así:
“El
trabajo es una experiencia extraña: nos da algunos de los momentos más intensos
y satisfactorios, nos da un sentido de orgullo e identidad, pero es algo que la
mayoría de nosotros estaríamos contentos de evitar”.
El
disfrute del esfuerzo
Esta
distorsión en la percepción de cómo pasa el tiempo mientras hacemos una
actividad que disfrutamos tanto, que no sentimos el cansancio ni el
hambre, se conoce con el nombre de flow o experiencia óptima. En ella
estamos completamente inmersos en lo que ocurre en el momento presente,
absortos en lo que hacemos. El Dr. Csziksentmihalyi es el principal
investigador sobre este tema. Comenzó observando a bailarines, pintores,
jugadores de ajedrez y escaladores, que decían obtener un gran disfrute en sus
actividades, a pesar de la demanda de energía psíquica y física que requerían.
A estas personas no les interesaba el pago, practicaban ese arte o deporte
principalmente por gusto, es decir, motivados intrínsecamente. En su
investigación, el Dr. Cszikstentmihalyi descubrió que las condiciones para
entrar en estado de flow, es decir, vivir la experiencia óptima,
incluían:
- Retos u oportunidades que no sobrepasaban las habilidades que la persona tenía;
- Metas claras y próximas, con retroalimentación inmediata acerca del avance.
Este
equilibrio entre el reto y las habilidades es sumamente importante. Por
ejemplo, una persona que tiene más capacitación de la que requieren sus tareas,
se aburre. Por el contrario, una persona que tiene menos habilidades de las que
requieren sus tareas, entra en un estado de ansiedad. Ninguno de estos dos
estados, el aburrimiento o la ansiedad, son placenteros. Vuelve a pensar en los
momentos en los que has estado completamente enfocado, disfrutando del trabajo
o de una actividad deportiva y artística. ¿Cómo te sentías ante el reto? Piensa
en los momentos en los que una tarea te haya parecido sumamente aburrida, ¿cómo
te sentías ante el reto?
¿Qué pasa
en el estado de flow?
En los
medios de comunicación se ha puesto de moda el término mindfulness o
atención plena. Lo relacionan con un estado de bienestar o relajación, que se
obtiene al enfocar la atención. Este estado de atención plena también se
relaciona con la experiencia óptima, pues cuando nos enfocamos por completo en
una tarea, absortos en el reto, obtenemos un estado de conciencia en el que
todo se ordena para alcanzar la meta: los pensamientos, los sentimientos, los
deseos y la acción están en consonancia y confluyen hacia el objetivo. Es una
experiencia integradora. Mejor aún, cuando el reto está a la altura de las
capacidades, éstas se hacen más fuertes, por lo que en la siguiente ocasión la
persona podrá obtener logros mayores.
Cszikstentmihalyi, M. Finding Flow. Basic Books. NY, 1997.
Tomado
de:
http://cienciasdelafelicidad.mx/blog/inmersion-total/#sthash.Ds2XlOrP.dpuf
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