¿Tienes
alguna comida favorita? ¿Podrías explicarme a qué sabe, qué textura tiene, por
qué la disfrutas tanto? Hace muchos años, durante mi primer embarazo, viví en
otro país. Recurrentemente soñaba con dos cosas que nunca pensé que extrañaría:
el mole negro de Oaxaca y los mangos de Manila. La añoranza por estos sabores me
hizo reflexionar acerca de mi gusto por ellos. En ese país en el que vivía
había mangos, pero su textura no era tan delicada, sino un poco más fibrosa
y aunque eran muy dulces les hacía falta el toque ácido que tienen los
mangos de Manila.
Cuando
tenemos una mala experiencia, por ejemplo un problema con un equipo de trabajo
o con alguien de la familia, por lo general solemos darle vueltas en nuestra
cabeza, para tratar de entender qué pasó. Una y otra vez revivimos el momento,
lo cual a veces hasta nos impide un buen descanso por la noche, pues nos
concentramos en entender por qué y cómo nos sentimos mal, buscando una manera
de mejorarlo. Sin embargo, muy pocas veces hacemos lo mismo cuando tenemos una
buena experiencia, como un logro, un viaje por un lugar muy bonito o una charla
agradable con una persona querida.
Paladea
las buenas experiencias
Los
psicólogos positivos han descubierto que saborear las buenas experiencias es
una manera comprobada de aumentar el bienestar. Chris Peterson define a la
intervención positiva de saborear como “la conciencia del placer y el atento
deliberado de prolongarlo”. Pareciera que más que
apreciar los bellos momentos de la vida, los damos por sentados o los
sobrellevamos. A veces es por un concepto equivocado de lo que es el orgullo y
lo que es la humildad, pues el orgullo sano es sentir satisfacción por un logro,
y la humildad bien entendida no sólo toma en cuenta las carencias o los
defectos, sino también las cualidades y las fortalezas. Otras veces es porque
vivimos fuera de tiempo, es decir, sin poner atención a lo que ocurre en el
presente, añorando el pasado o anticipando el futuro. Una razón más es lo que
yo llamo “multi-atasquin”; ya sé que en inglés la palabra es multitasking, que
se refiere a hacer varias tareas al mismo tiempo. Sin embargo, a veces esto se
convierte en un atascamiento de actividades en el que no disfrutamos ninguna y
todas las hacemos a medias.
Te invito
a saborear
La
próxima vez que ocurra algo bueno, pon atención. Quizá sea una comida con
amigos, una conversación interesante, o un buen avance en un proyecto. Chris
Peterson, uno de los fundadores de la psicología positiva, sugiere que usemos
estas estrategias para saborear el momento:
- Compartir. Comenta con otros tú experiencia y qué hace valioso a este momento.
- Recordar. Toma “fotos mentales” de la situación, o guarda un recuerdo físico del misma.
- Felicitarte. Reconoce lo que has hecho bien, sin temor a un falso orgullo.
- Agudizar la percepción. Distingue los elementos que conformaron el momento, lo que pasó, tus emociones.
- Absorber. Sumérgete en el placer de esta experiencia, sin preocuparte por otras cosas.
¡Disfruta
el momento y enriquece tu vida con un álbum de buenos recuerdos!
Peterson, Chris. A Primer in Positive Psychology. Oxford University
Press. NY, 2006.
Tomado de:
http://cienciasdelafelicidad.mx/blog/podrias-explicarme-a-que-saben-los-mangos/#sthash.3Hfn4NdR.dpuf
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