El ser humano es similar a una casa de huéspedes.
Cada día llega alguien nuevo a su puerta: una alegría, una decepción, algo difícil o doloroso se presentarán como visitantes inesperados.
Dales la bienvenida y acógelos a todos ellos,
incluso si son un grupo penoso que desvalija completamente tu casa.
Trata a cada huésped honorablemente pues podría estar haciendo espacio para una nueva delicia.
El pensamiento oscuro, lo vergonzante, lo malvado,
recíbelos en tu puerta sonriendo e invítalos a entrar.
Agradece a todos los que vengan
Pues se puede decir de ellos que han sido enviados
Como guías del más allá.
Rumi
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