Por Matthieu Ricard
La mera acumulación de conocimiento no es suficiente. Mi maestro, Khyentse Rinpoche decía: “Si amasas aprendizaje intelectual solo para que puedas ser influyente y famoso, tu estado mental no será diferente del de un mendigo que depende de la gente rica. Tal conocimiento no te ofrece ninguna ventaja para tí o para los demás. Como dice el proverbio: ‘Mucho conocimiento, mucho orgullo’. ¿Cómo puedes ser de ayuda a otros a menos de que subyugues las tendencias negativas que están ancladas en lo más profundo de tu ser? El pensar que lo puedes lograr es una broma: como si un mendigo empobrecido invitara a todo el pueblo a un festín.”
Existen muchos indicios de éxito en la vida contemplativa. Pero lo más importante es que tras muchos meses o años, tu egoísmo se habrá disminuído y tu altruismo se habrá incrementado. Si el apego, odio, orgullo o envidia aún se mantienen tan poderosos como antes, entonces habras perdido tu tiempo: como si hubieras caminado hacia un callejón sin salida y hubieras engañado a otras personas.
El conocimiento científico no tiene en sí o por sí mismo ninguna conexión particular con los valores morales. Así que necesitamos cultivar valores interiores a través de la reflexión y el entrenamiento mental para ser capaces de disipar las ideas fundamentales confusas y erróneas que producen la mayoría de nuestro sufrimiento y el de los demás.
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