Ese es el mundo de un niño. Se mueve sin propósito en medio de su juego. El juego de por sí es suficiente.
Si logras volver a ser niño, habrás logrado todo. Si no logras volver a ser niño, te habrás perdido todo. El sabio es un niño nacido dos veces. Los niños nacidos una vez no son niños de verdad porque crecen. El segundo nacimiento es el verdadero nacimiento, porque cuando alguien nace dos veces, es porque se ha dado nacimiento a sí mismo. Es una transformación a través de la cual ha vuelto a ser niño. No pide razones ni pregunta por qué, sencillamente vive. Fluye con el momento independientemente de lo que éste traiga; no tiene planes ni proyecciones. Vive sin esperar nada, y esa es la única forma de vivir; de lo contrario, se vive simplemente en apariencia sin estar vivo de verdad. Para el niño no hay bueno ni malo, no hay Dios ni demonio; un niño lo acepta todo. El sabio lo acepta todo. Por eso, puede decir que Dios es el invierno y el verano, la paz y la guerra, maldad y bondad a la vez. Para un niño todo es santo y cada sitio es sagrado".
Osho
Photo by Edith |
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