Ser orgulloso es una bufonada cómica.
Mi amigo era un hombre de éxito. Con sincera modestia me confesó. He experimentado todo, lo dulce y lo amargo. He vivido en la pobreza y también en la abundancia, en el poder y la gloria lo mismo que en el fracaso y soledad, en los halagos y aplausos lo mismo que en el desprecio indiferente... Y después de todo eso, ahora veo que todo éxito mundano es volátil como el humo y deja un aterrador vacío cuando te enfrentas contigo mismo.
De niños nos enseñan y preparan para triunfar en algo, como el objetivo fundamental de nuestra vida. Nos dicen que lo importante es destacarse de los demás, ser los primeros...
Después vamos viendo en la vida de cada día, que existe, a todos los niveles, una competencia para ver quién es mejor y quién vale más o quién puede más...
Los artistas suelen tener como objetivo principal cosechar triunfos y aplausos.
Otros quieren ver sus nombres en las revistas, periódicos, carteleras...
Todos ansían aparecer como importantes...
Cuando este ridículo y necio espectáculo de la comedia humana se observa con atención serena, da pena y risa a la vez.
Si el orgulloso viera su postura cómica, tendría lástima de sí mismo y de su orgullo vano.
Quienes realmente son o fueron superiores a los demás jamás se pavonearon de nada. Por eso son superiores.
Las alabanzas y aplausos del mundo entero no añaden ni un ápice a nuestro verdadero ser real. No somos más con alabanzas que sin ellas, aunque para muchos aparentemente pareciera que con alabanzas se sienten dueños del mundo y sin ellas, caen en una profunda depresión.
Sería bueno que cada uno distinguiera bien que el éxito interno del ser humano consiste en ser y hacer lo que tenemos que ser y hacer en cada momento. Este es el auténtico éxito.
El éxito externo es el reconocimiento de los demás. Pero este éxito jamás será total porque siempre habrá quien piense y sienta de otra manera, y lo que otros consideran plausible, ellos lo consideren detestable. Este éxito externo es, como todo lo humano, fugaz, veleidoso y volátil como el humo. Hoy está y mañana ha desaparecido.
Quien sabe buscar el éxito interno de ser y hacer lo que debe ser y hacer, jamás sentirá desilusiones, desengaños o depresiones. Solamente se desengaña quien previamente se engañó.
No seas cómicamente orgulloso.
Darío Lostado
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