Los juicios que hacemos sobre los demás suelen ser poyecciones de nuestros propios defectos, de nuestra propia sombra.
Si lo observas bien, advertirás que la sinceridad que has de tener contigo mismo es muy valiosa para reconocer y eliminar esos defectos de tu sombra cuando los proyectas sobre los demás.
Puede ser que sea verdad que el otro a quien juzgas también tenga ese defecto que le señalas. Pero mírate a ti con sinceridad y verás cómo asoma tu sombra en tu juicio crítico del otro.
Es propio de inteligentes y sabios reconocer la propia sombra en las críticas que se hacen a otros. Por el contrario, es propio de necios, ignorantes y orgullosos el negarse a reconocer en sí mismos lo que se critica en los otros.
El reconocimiento y la aceptación de nuestra sombra son un excelente medio de mejoramiento de sí mismo.
Es propio de necios ver sólo los defectos ajenos como mayores y más numerosos que los propios.
La sinceridad es una puerta abierta a la sabiduría.
Dario Lostado
(Despertar a la conciencia día a día)
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