Para
los chinos, el último de los 24 ciclos de su calendario antes de la
entrada de su año nuevo a principios de febrero, es conocido como "el
Gran Frio", y son dos semanas donde la naturaleza nos enseña a
desprendernos de las cosas, son los días más frios del año y nadie
siembra en esas épocas y se espera que luego llegue la primavera.
La época del Gran Frio nos enseña a dejar ir aquellas
cosas que se han vuelto inamovibles en nuestras vidas, aquellas que ya
no es posible que den más y es momento de dejar que se vayan para dar
paso a la luz de los días siguientes.
Practiquemos ese arte
confiado de "dejar ir", esperanzados en los nuevos retoños, no podemos
ir contra los ciclos naturales y cada situación tiene los suyos propios,
una cosa es ser perseverantes y otra muy diferente, ser ingenuos, lo
que ha de irse debe hacerlo y nada podrá impedirlo cuando ha agotado lo
que tenia para dar.
Pero es esa aparente "muerte" la que dará
paso a la vida, irremediablemente también lo que ha de llegar, llegará,
con nuevas ilusiones y esperanzas, el Gran Frio es tiempo de cosecha
para bien o para mal, pero no olvidemos que cada invierno, tiene también
su primavera.
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