El perdón comienza cuando usted…
1. Acepta que la vida no es justa y que otros pueden jugar con reglas distintas a las nuestras.
2. Deja de culpar a otros por sus circunstancias.
3. Entiende que no puede cambiar a la persona que le hirió; solo puede cambiar a sí mismo.
4. Reconoce la ira y el dolor que le está causando algún hecho desagradable o hasta dañino.
5.Transforma su historia de dolor, su «historia de agravio» al colocar los hechos dolorosos en un contexto más amplio que su actual punto de vista.
6.Reconoce que solo usted puede decidir perdonar.
7.Cambia su visión del ofensor al decidir con humildad identificarse con la situación de su vida.
8.Transforma a propósito el descontento en contentamiento.
9.Entiende que el perdón necesita de tiempo y no puede apresurarse.
10.Asume la responsabilidad por su vida y su futuro.
Una serendipia es ...
Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.
29 febrero 2012
28 febrero 2012
Cambio
Yo he descubierto que todo avance espiritual que he hecho ha venido precedido de algún tipo de caída; de hecho, es casi una ley universal que una caída de algún tipo precede a un gran cambio. La caída puede ser un suceso embarazoso que revela la exagerada influencia que el ego ha sido autorizado a jugar en la vida de uno, y eso en realidad me pasó a mí cuando sentí el impulso de dar por terminada mi relación con el alcohol. Otro tipo de caídas pueden implicar un accidente, un incendio que destruya todas las cosas que nos ha costado tanto esfuerzo acumular, una enfermedad, una relación fracasada, una muerte o un disgusto que nos cause una profunda tristeza, una bancarrota, o algo similar. De hecho, esos momentos bajos nos proporcionan la energía necesaria para hacer un cambio en una dirección que se desvía de una vida impulsada por el ego hacia una llena de sentido.
Cuando estaba en el instituto, yo era el saltador de altura del equipo juvenil de atletismo. Para impulsarme por encima de la barra, me acercaba al foso y me agachaba tanto como podía. Al agacharme, adoptaba la postura necesaria para darme suficiente impulso para volar por encima de la barra. Para mí, eso simboliza lo que pasa antes de un cambio: agacharse significa, en un sentido metafórico, que estamos lo suficientemente abajo para obtener la energía necesaria para cambiar la dirección de la vida.
Toda caída alberga en su interior el potencial para desplazarnos a un lugar más alto. Quizá necesitemos sumergirnos en la noche oscura del alma para liberarnos de la garra de un ego bien asentado. "Oculta en toda desgracia está la buena suerte" es un concepto del Tao que parece defender el valor de esas épocas de la vida en las que hemos experimentado una caída. Sin esa desgracia particular, no es posible tener buena suerte.
Las tormentas de la vida son sucesos positivos en potencia, y podemos utilizarlos para propulsarnos a nosotros mismos a los lugares más altos. De hecho, en mi opinión, cuanto mayor es el objetivo que nos hemos puesto en la vida, mayor y más dura será la caída que sufriremos.
Amo profundamente esta afirmación de Rumi, en la que manifiesta una verdad que considero esencial:
El sendero espiritual destroza el cuerpo y después le devuelve la salud.
Destruye la casa para desenterrar el tesoro, y con ese tesoro la construye mejor que antes.
Cada uno de los componentes del ego plantea exigencias completamente distintas a las del origen de nuestro ser. El espíritu nos llama a casa, a un alineamiento perfecto con nuestro Creador; el ego nos impulsa a gran velocidad en la dirección contraria. Debemos estar más familiarizados con el espíritu si deseamos hacer un cambio de sentido mientras aún estamos vivos... y experimentar plenamente la tarde de la vida.
Wayne W. Dyer
(El cambio)
Cuando estaba en el instituto, yo era el saltador de altura del equipo juvenil de atletismo. Para impulsarme por encima de la barra, me acercaba al foso y me agachaba tanto como podía. Al agacharme, adoptaba la postura necesaria para darme suficiente impulso para volar por encima de la barra. Para mí, eso simboliza lo que pasa antes de un cambio: agacharse significa, en un sentido metafórico, que estamos lo suficientemente abajo para obtener la energía necesaria para cambiar la dirección de la vida.
Toda caída alberga en su interior el potencial para desplazarnos a un lugar más alto. Quizá necesitemos sumergirnos en la noche oscura del alma para liberarnos de la garra de un ego bien asentado. "Oculta en toda desgracia está la buena suerte" es un concepto del Tao que parece defender el valor de esas épocas de la vida en las que hemos experimentado una caída. Sin esa desgracia particular, no es posible tener buena suerte.
Las tormentas de la vida son sucesos positivos en potencia, y podemos utilizarlos para propulsarnos a nosotros mismos a los lugares más altos. De hecho, en mi opinión, cuanto mayor es el objetivo que nos hemos puesto en la vida, mayor y más dura será la caída que sufriremos.
Amo profundamente esta afirmación de Rumi, en la que manifiesta una verdad que considero esencial:
El sendero espiritual destroza el cuerpo y después le devuelve la salud.
Destruye la casa para desenterrar el tesoro, y con ese tesoro la construye mejor que antes.
Cada uno de los componentes del ego plantea exigencias completamente distintas a las del origen de nuestro ser. El espíritu nos llama a casa, a un alineamiento perfecto con nuestro Creador; el ego nos impulsa a gran velocidad en la dirección contraria. Debemos estar más familiarizados con el espíritu si deseamos hacer un cambio de sentido mientras aún estamos vivos... y experimentar plenamente la tarde de la vida.
Wayne W. Dyer
(El cambio)
27 febrero 2012
La inteligencia siempre es original
Vuestro sistema educativo no tiene como fin ayudar a la gente a hacerse inteligente, sino impedir que sean inteligentes. Existe para reducir a todo el mundo a la mediocridad, para que todo el mundo pueda ser reducido a una erudición estúpida. Y veinticinco años de condicionamiento, desde el jardín de infancia hasta la universidad, pueden reducir a cualquiera a ser un erudito estúpido, pueden hacer mediocre a cualquiera, porque vuestra educación exige que la gente reproduzca lo que se le ha enseñado. Ese es el criterio para juzgar su inteligencia.
Ese puede ser el criterio para juzgar su memoria de loro, pero ése no es un criterio de inteligencia. La inteligencia es un fenómeno totalmente diferente. La inteligencia no tiene nada que ver con la repetición; de hecho, la inteligencia aborrece la repetición. La inteligencia siempre intentará vivir la vida a su manera. La inteligencia siempre querrá hacer sus propias cosas. La inteligencia querrá penetrar en los misterios de la vida sin seguir una serie de fórmulas o estrategias preestablecidas; la inteligencia siempre es original.
Las universidades no permiten que haya gente inteligente. Excluyen a la gente original; todo su esfuerzo consiste en destruir la originalidad, porque la gente original siempre creará problemas a la sociedad. No serán tan fáciles de manipular, y no será tan fácil reducirlos a ser empleados y profesores de escuela; no será fácil reducirlos a ser máquinas eficientes. Se afirmarán a sí mismos, intentarán vivir la vida no de acuerdo a un patrón, sino de acuerdo a su propia comprensión.
Si a un individuo le gusta la música, aunque tenga que ser un mendigo, seguirá viviendo su vida de músico. Aunque tenga la oportunidad de convertirse en primer ministro, prefiere vivir como un mendigo y seguir tocando su música. Eso es inteligencia, porque sólo cuando vives tu vida de acuerdo con tu propia luz, de acuerdo con tu propia comprensión, de acuerdo con tu propia voz interna, alcanzas la dicha, la realización.
Para convertirte en primer ministro no necesitas inteligencia. De hecho, si tienes inteligencia no puedes llegar a ser primer ministro, porque ¿qué persona inteligente querría entrar en política? ¿Quién querría entrar en un juego sucio? Uno puede querer ser poeta, o pintor, o bailarín, pero ¿quién querría ser político? No la persona inteligente, sino los que todavía son bárbaros, sólo esos que aún disfrutan de la violencia y de dominar a los demás.
Osho
Ese puede ser el criterio para juzgar su memoria de loro, pero ése no es un criterio de inteligencia. La inteligencia es un fenómeno totalmente diferente. La inteligencia no tiene nada que ver con la repetición; de hecho, la inteligencia aborrece la repetición. La inteligencia siempre intentará vivir la vida a su manera. La inteligencia siempre querrá hacer sus propias cosas. La inteligencia querrá penetrar en los misterios de la vida sin seguir una serie de fórmulas o estrategias preestablecidas; la inteligencia siempre es original.
Las universidades no permiten que haya gente inteligente. Excluyen a la gente original; todo su esfuerzo consiste en destruir la originalidad, porque la gente original siempre creará problemas a la sociedad. No serán tan fáciles de manipular, y no será tan fácil reducirlos a ser empleados y profesores de escuela; no será fácil reducirlos a ser máquinas eficientes. Se afirmarán a sí mismos, intentarán vivir la vida no de acuerdo a un patrón, sino de acuerdo a su propia comprensión.
Si a un individuo le gusta la música, aunque tenga que ser un mendigo, seguirá viviendo su vida de músico. Aunque tenga la oportunidad de convertirse en primer ministro, prefiere vivir como un mendigo y seguir tocando su música. Eso es inteligencia, porque sólo cuando vives tu vida de acuerdo con tu propia luz, de acuerdo con tu propia comprensión, de acuerdo con tu propia voz interna, alcanzas la dicha, la realización.
Para convertirte en primer ministro no necesitas inteligencia. De hecho, si tienes inteligencia no puedes llegar a ser primer ministro, porque ¿qué persona inteligente querría entrar en política? ¿Quién querría entrar en un juego sucio? Uno puede querer ser poeta, o pintor, o bailarín, pero ¿quién querría ser político? No la persona inteligente, sino los que todavía son bárbaros, sólo esos que aún disfrutan de la violencia y de dominar a los demás.
Osho
26 febrero 2012
El violinista en el metro
Un hombre se sentó en una estación de metro en Washington DC y comenzó a tocar el violín, era una fría mañana de enero. Interpretó seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese tiempo, ya que era hora pico, se calcula que 1.100 personas pasaron por la estación, la mayoría de ellos en su camino al trabajo.
Tres minutos pasaron, y un hombre de mediana edad de dio cuenta de que había un músico tocando. Disminuyó el paso y se detuvo por unos segundos, y luego se apresuró a cumplir con su horario.
Un minuto más tarde, el violinista recibió su primer dólar de propina: una mujer arrojó el dinero en la caja y sin parar, y siguió caminando.
Unos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escucharlo, pero el hombre miró su reloj y comenzó a caminar de nuevo. Es evidente que se le hizo tarde para el trabajo.
El que puso mayor atención fue un niño de 3 años. Su madre le apresuró, pero el chico se detuvo a mirar al violinista. Por último, la madre le empuja duro, y el niño siguió caminando, volviendo la cabeza todo el tiempo. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos sus padres, sin excepción, los forzaron a seguir adelante.
En los 45 minutos que el músico tocó, sólo 6 personas se detuvieron y permanecieron por un tiempo. Alrededor del 20 le dieron dinero, pero siguió caminando a su ritmo normal. Se recaudó $ 32. Cuando terminó de tocar y el silencio se hizo cargo, nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo ningún reconocimiento.
Nadie lo sabía, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más talentosos del mundo. Él había interpretado sólo una de las piezas más complejas jamás escritas, en un violín por valor de 3,5 millones de dólares.
Dos días antes de su forma de tocar en el metro, Joshua Bell agotó en un teatro en Boston, donde los asientos tuvieron un promedio de $ 100.
Esta es una historia real. Joshua Bell tocando incógnito en la estación de metro fue organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de la gente. Las líneas generales fueron los siguientes: en un entorno común a una hora inapropiada: ¿Percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?
Una de las posibles conclusiones de esta experiencia podrían ser:
Si no tenemos un momento para detenerse y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocando la mejor música jamás escrita, ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?
Por: Josh Nonnenmocher
Tres minutos pasaron, y un hombre de mediana edad de dio cuenta de que había un músico tocando. Disminuyó el paso y se detuvo por unos segundos, y luego se apresuró a cumplir con su horario.
Un minuto más tarde, el violinista recibió su primer dólar de propina: una mujer arrojó el dinero en la caja y sin parar, y siguió caminando.
Unos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escucharlo, pero el hombre miró su reloj y comenzó a caminar de nuevo. Es evidente que se le hizo tarde para el trabajo.
El que puso mayor atención fue un niño de 3 años. Su madre le apresuró, pero el chico se detuvo a mirar al violinista. Por último, la madre le empuja duro, y el niño siguió caminando, volviendo la cabeza todo el tiempo. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos sus padres, sin excepción, los forzaron a seguir adelante.
En los 45 minutos que el músico tocó, sólo 6 personas se detuvieron y permanecieron por un tiempo. Alrededor del 20 le dieron dinero, pero siguió caminando a su ritmo normal. Se recaudó $ 32. Cuando terminó de tocar y el silencio se hizo cargo, nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo ningún reconocimiento.
Nadie lo sabía, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más talentosos del mundo. Él había interpretado sólo una de las piezas más complejas jamás escritas, en un violín por valor de 3,5 millones de dólares.
Dos días antes de su forma de tocar en el metro, Joshua Bell agotó en un teatro en Boston, donde los asientos tuvieron un promedio de $ 100.
Esta es una historia real. Joshua Bell tocando incógnito en la estación de metro fue organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de la gente. Las líneas generales fueron los siguientes: en un entorno común a una hora inapropiada: ¿Percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?
Una de las posibles conclusiones de esta experiencia podrían ser:
Si no tenemos un momento para detenerse y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocando la mejor música jamás escrita, ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?
Por: Josh Nonnenmocher
25 febrero 2012
Se feliz
Confía en que estas en el lugar perfecto, en el momento preciso.
Vive este presente como se te presenta.
Pon atención a cada detalle y siéntelo con plenitud, es único.
No lo desperdicies preocupándote por cosas del pasado o con ansiedad respecto al futuro, ni pensando en el lugar donde deberías estar o como deberías estar.
Siempre se encuentra en nuestros corazones, en nuestro interior, lo que estamos buscando en el exterior.
Aprende mas a aceptar que a esperar, así tendrás menos desilusiones.
Ama a las personas sin depender de ellas.
Confia en tu corazón.
Si sueltas el dolor puedes abrazar el gozo.
En este momento estas rodeado de las personas necesarias para tu crecimiento.
Fluye.
Vive.
Ten fe.
Se feliz
Vive este presente como se te presenta.
Pon atención a cada detalle y siéntelo con plenitud, es único.
No lo desperdicies preocupándote por cosas del pasado o con ansiedad respecto al futuro, ni pensando en el lugar donde deberías estar o como deberías estar.
Siempre se encuentra en nuestros corazones, en nuestro interior, lo que estamos buscando en el exterior.
Aprende mas a aceptar que a esperar, así tendrás menos desilusiones.
Ama a las personas sin depender de ellas.
Confia en tu corazón.
Si sueltas el dolor puedes abrazar el gozo.
En este momento estas rodeado de las personas necesarias para tu crecimiento.
Fluye.
Vive.
Ten fe.
Se feliz
24 febrero 2012
La generosidad
A
pesar de que el ser humano es intrínsecamente social, tenemos la paradójica
tendencia a buscar lo que, egocéntricamente, resulte mejor para nosotros
mismos. Puede ser que tengamos amigos, familia, pareja y, aún así, estemos en
esa constante lucha contra la “tiranía del yo”: se nos hace difícil optar por
actos nobles o inclusive básicos y necesarios, cuando éstos conllevan
frustración, o implican algún nivel de sacrificio o auto negación.
Ahora bien, así como el ser humano tiene una fuerte tendencia al egoísmo y a centrarse en sus propios antojos, también tiene un fuerte deseo de extender sus brazos: de amar y ser amado… de que su vida tenga sentido. Podemos describirlo como la disyuntiva entre dos imágenes: una persona que se encoge, se hace un ovillo y que, en posición fetal, encierra su vida en sí misma… o una persona que se extiende hacia arriba, estira los brazos y, como un árbol, da de su ser frutos, sombra y cobijo para los demás y para el mundo.
Evidentemente, ninguno de nosotros está, totalmente, en alguno de esos extremos, pero, en nuestro convivir cotidiano ¿estamos asumiendo el riesgo de perseguir la virtud de la generosidad?
¿Virtud en el siglo XXI?
Aristóteles decía: “nuestro carácter es resultado de nuestra conducta”. Cuando hablamos de la palabra “virtud”, podemos pensar que estamos refiriéndonos a términos idealistas, casi imposibles de alcanzar. Pero no es así. La “virtud” es una disposición o capacidad que se puede adquirir, gracias al aprendizaje y al ejercicio de habilidades humanitarias y buenas. Consiste en la disposición de carácter para sostener los principios que consideramos nobles y valiosos, aún en momentos difíciles. Las virtudes, contrarias a los vicios, son las que permiten que una persona viva de acuerdo con sus ideales.
El propósito de las virtudes es hacer lo que es moralmente bueno, en forma voluntaria y suponiendo el bien tanto personal como comunitario. El mismo Aristóteles definía cuatro virtudes necesarias para los seres humanos: la justicia, la fortaleza, la prudencia y la templanza (o dominio propio). Cuando hablamos de generosidad, nos remitimos a estos mismos ideales. El desprendimiento requiere fortaleza de carácter y templanza ante una cultura que es cada día más individualista.
Hablando de Hospitalidad
Si bien, existen muchos gestos y actividades que pueden permitirnos brindar actos de generosidad en momentos particulares, es muy importante que asumamos la generosidad como un rasgo del carácter que pueda ir empapando todas nuestras actitudes, metas y relaciones interpersonales. Entre los atributos que se consideraban honorables en la antigüedad, la hospitalidad era uno de los más importantes. Si hablamos de ser generosos, también estamos hablando de ser hospitalarios.
Hospitalidad quiere decir abrir las puertas a quien llega hasta nosotros para brindarle, gratuitamente, lo que necesita. La hospitalidad es uno de los atributos que nos caracteriza como seres humanos y que nos obliga a tener empatía (capacidad de ponerme en el lugar de la otra persona). El ofrecer un vaso con agua a quien tiene sed, el invitar a pasar a un visitante –aún cuando la visita no sea para nosotros, sino para algún otro familiar-, así como preguntar a alguien en la calle que está en problemas, si se le puede ayudar en algo, son pequeños gestos que muestran nuestra capacidad para ponernos en los zapatos de los otros.
Así también podemos dar un poco de nuestros bienes materiales, donando algunas de nuestras pertenencias, como ropa, juguetes o artefactos. Podemos hacer una disciplina de comprar un poco de comida mensualmente para donarla a alguna causa de ayuda social. Esos bienes materiales, que para nosotros pueden ser insignificantes, hacen una diferencia vital para muchas personas de escasos recursos.
Además de lo material, existen grandes riquezas, de las cuales podemos sacar oportunidades para ser generosos. El donar nuestro tiempo, el ser generosos con una sonrisa, el regalar períodos de escucha ininterrumpida a alguien que lo necesita, o acompañar a un ser querido a una actividad que no nos resulta tan atractiva, así como tomar fuerzas, cuando estamos cansados, para compartir en familia. Todas esas son maneras de ser generosos: de poner nuestros gustos y preferencias en un segundo plano, porque hay algo más importante que se le puede dar a los demás: un poco de uno mismo.
Generoso… ¿a cambio de qué?
En una sociedad cada vez más consumista, donde prima el individualismo, es difícil evitar preguntarse: ¿para qué tanto esfuerzo? ¿Qué gano yo con ser más generoso, más desprendido? ¿Para qué vale la pena el trabajo extra en ser íntegro y en ayudar a los demás? ¿Quién me ayuda A MÍ?
La respuesta, desalentadora para muchos, es que en esta vida es posible que no encontremos reconocimiento o retribución por ayudar a los demás (aunque, en ocasiones, sí sucede que una persona generosa recibe honor y agradecimiento. Sin embargo, la generosidad sí deja una recompensa de integridad, de sabiduría y de amor en nuestros corazones. Estos son los tesoros que nadie puede robar. Antoine de Saint Exûpery decía que “lo esencial es invisible a los ojos”. Esos secretos entre Dios y nuestro corazón son los que nos acercan cada vez más al gozo y a la paz del alma.
A lo largo de la historia, el ser humano ha probado su inclinación al egoísmo y a la muerte. Sin embargo, también ha probado, con importantes y heroicos gestos de bondad y valentía, su inclinación a brindar una mano a quien lo necesita. El desprendimiento, la pasión por una causa, el valor y el amor han dado frutos de generosidad y esperanza a lo largo del peregrinaje humano, generación tras generación. ¿Serán nuestras vidas parte de ese desafío?
Claire de Mézerville López
Ahora bien, así como el ser humano tiene una fuerte tendencia al egoísmo y a centrarse en sus propios antojos, también tiene un fuerte deseo de extender sus brazos: de amar y ser amado… de que su vida tenga sentido. Podemos describirlo como la disyuntiva entre dos imágenes: una persona que se encoge, se hace un ovillo y que, en posición fetal, encierra su vida en sí misma… o una persona que se extiende hacia arriba, estira los brazos y, como un árbol, da de su ser frutos, sombra y cobijo para los demás y para el mundo.
Evidentemente, ninguno de nosotros está, totalmente, en alguno de esos extremos, pero, en nuestro convivir cotidiano ¿estamos asumiendo el riesgo de perseguir la virtud de la generosidad?
¿Virtud en el siglo XXI?
Aristóteles decía: “nuestro carácter es resultado de nuestra conducta”. Cuando hablamos de la palabra “virtud”, podemos pensar que estamos refiriéndonos a términos idealistas, casi imposibles de alcanzar. Pero no es así. La “virtud” es una disposición o capacidad que se puede adquirir, gracias al aprendizaje y al ejercicio de habilidades humanitarias y buenas. Consiste en la disposición de carácter para sostener los principios que consideramos nobles y valiosos, aún en momentos difíciles. Las virtudes, contrarias a los vicios, son las que permiten que una persona viva de acuerdo con sus ideales.
El propósito de las virtudes es hacer lo que es moralmente bueno, en forma voluntaria y suponiendo el bien tanto personal como comunitario. El mismo Aristóteles definía cuatro virtudes necesarias para los seres humanos: la justicia, la fortaleza, la prudencia y la templanza (o dominio propio). Cuando hablamos de generosidad, nos remitimos a estos mismos ideales. El desprendimiento requiere fortaleza de carácter y templanza ante una cultura que es cada día más individualista.
Hablando de Hospitalidad
Si bien, existen muchos gestos y actividades que pueden permitirnos brindar actos de generosidad en momentos particulares, es muy importante que asumamos la generosidad como un rasgo del carácter que pueda ir empapando todas nuestras actitudes, metas y relaciones interpersonales. Entre los atributos que se consideraban honorables en la antigüedad, la hospitalidad era uno de los más importantes. Si hablamos de ser generosos, también estamos hablando de ser hospitalarios.
Hospitalidad quiere decir abrir las puertas a quien llega hasta nosotros para brindarle, gratuitamente, lo que necesita. La hospitalidad es uno de los atributos que nos caracteriza como seres humanos y que nos obliga a tener empatía (capacidad de ponerme en el lugar de la otra persona). El ofrecer un vaso con agua a quien tiene sed, el invitar a pasar a un visitante –aún cuando la visita no sea para nosotros, sino para algún otro familiar-, así como preguntar a alguien en la calle que está en problemas, si se le puede ayudar en algo, son pequeños gestos que muestran nuestra capacidad para ponernos en los zapatos de los otros.
Así también podemos dar un poco de nuestros bienes materiales, donando algunas de nuestras pertenencias, como ropa, juguetes o artefactos. Podemos hacer una disciplina de comprar un poco de comida mensualmente para donarla a alguna causa de ayuda social. Esos bienes materiales, que para nosotros pueden ser insignificantes, hacen una diferencia vital para muchas personas de escasos recursos.
Además de lo material, existen grandes riquezas, de las cuales podemos sacar oportunidades para ser generosos. El donar nuestro tiempo, el ser generosos con una sonrisa, el regalar períodos de escucha ininterrumpida a alguien que lo necesita, o acompañar a un ser querido a una actividad que no nos resulta tan atractiva, así como tomar fuerzas, cuando estamos cansados, para compartir en familia. Todas esas son maneras de ser generosos: de poner nuestros gustos y preferencias en un segundo plano, porque hay algo más importante que se le puede dar a los demás: un poco de uno mismo.
Generoso… ¿a cambio de qué?
En una sociedad cada vez más consumista, donde prima el individualismo, es difícil evitar preguntarse: ¿para qué tanto esfuerzo? ¿Qué gano yo con ser más generoso, más desprendido? ¿Para qué vale la pena el trabajo extra en ser íntegro y en ayudar a los demás? ¿Quién me ayuda A MÍ?
La respuesta, desalentadora para muchos, es que en esta vida es posible que no encontremos reconocimiento o retribución por ayudar a los demás (aunque, en ocasiones, sí sucede que una persona generosa recibe honor y agradecimiento. Sin embargo, la generosidad sí deja una recompensa de integridad, de sabiduría y de amor en nuestros corazones. Estos son los tesoros que nadie puede robar. Antoine de Saint Exûpery decía que “lo esencial es invisible a los ojos”. Esos secretos entre Dios y nuestro corazón son los que nos acercan cada vez más al gozo y a la paz del alma.
A lo largo de la historia, el ser humano ha probado su inclinación al egoísmo y a la muerte. Sin embargo, también ha probado, con importantes y heroicos gestos de bondad y valentía, su inclinación a brindar una mano a quien lo necesita. El desprendimiento, la pasión por una causa, el valor y el amor han dado frutos de generosidad y esperanza a lo largo del peregrinaje humano, generación tras generación. ¿Serán nuestras vidas parte de ese desafío?
Claire de Mézerville López
23 febrero 2012
El sabio y el té
En la antigua China, un campesino se encontraba en
serios problemas económicos, tenía una numerosa familia y debido a sus
problemas, su salud empezó a empeorar.
Cierto día mientras caminaba preocupado por el
camino hacia el pueblo, el campesino encontró a un hombre con el cual empezó a
hablar mientras se dirigían al pueblo.
Este le indicó al campesino a un sabio que vivía
lejos del pueblo, pero que quizás podía ayudarlo con sus problemas de salud,
económicos y familiares.
El campesino, al otro día se dirigió a la morada
del sabio, cuando llegó la puerta estaba abierta, el sabio desde adentro le
permitió pasar.
El campesino muy preocupado entró tímidamente, fue
entonces que vio al sabio sentado tranquilamente bebiendo una taza de té. Este
lo invitó a sentarse y compartir el té.
El campesino nervioso le dijo que no tenía tiempo,
que tenía muchos problemas y no podía esperar, entonces rápidamente le contó
sobre su salud, miserias, preocupaciones, conflictos, etc.
El sabio bebía el té pero prestaba atención al hombre,
dejándolo hablar.
Cuando finalizó con todos los problemas, el sabio
volvió a invitarlo a beber té. Entonces el campesino enojado le replicó: “No
has escuchado todos mis problemas, no hay tiempo para el té”
El sabio le contestó: “Tómate tiempo para pensar,
eso no va a agravar tus problemas, es la única forma de que llegues a la
solución.”
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problemas,
solución,
tiempo,
ver
22 febrero 2012
Arriesgar
Cuenta La Odiesea que durante una travesía de Ulises, su nave debía pasar forzosamente cerca de la isla donde monstruos devoradores de hombres capturaban a los marineros para comérselos. La forma en que los monstruos obtenían su alimento era tan astuta como malévola: éstos adoptaban el aspecto de hermosas sirenas que cantaban sobre las rocas una melodía tan bella que los que la escuchaban no podían resistir la tentación de acercarse, aunque supieran que era peligroso...
Ulises no puede elegir otra ruta si quiere llegar a tiempo para salvar a Ítaca de sus enemigos. Él es un héroe, en el sentido mitológico, pero no es tonto, y conoce sus limitaciones. Su espíritu rebelde y aventurero se niega a renunciar, por lo que decide escuchar por lo menos una vez el famoso y magnético canto de las sirenas, aunque su deseo de volver a los brazos de Penélope lo impulsa a no renunciar a la loca idea, por lo que arma un plan para alcanzar lo que tanto anhela.
Entonces ordena a los marineros que lo aten con sogas al palo mayor de la nave y les exige que, pase lo que pase y sin tener en cuenta lo que vean que él haga, no lo suelten hasta no estar en mar abierto. Por último, obliga a todos los miembros de la tripulación a ponerse tapones de cera en los oídos hasta que hayan dejado, muy atrás, las islas. Las órdenes se cumplen y la nave cruza el estrecho. A bordo, una tripulación completamente sorda ve a lo lejos a las hermosas sirenas que los llaman y ven a Ulises retorciéndose entre las sogas que lo sujetan, vociferando insultos que nadie escucha y dando órdenes que nadie acata, pidiendo que lo desaten para poder ir hacia las sirenas...
Una vez lejos, los marineros desatan a su capitán y éste les quita la cera de los oídos. Ulises ha corrido un riesgo por escuchar el canto, ha sufrido y disfrutado de la travesía pero, sobre todo, conseguirá llegar a tiempo para cumplir con su destino, reunirse con su amada Penélope y salvar su reino.
Me emociona la pasión impuesta en la decisión de Ulises. Apostando todo a la vanidad y a la tentación de escuchar el canto de las sirenas, sin hacer oídos sordos a su destino y responsabilidad. Definitivamente se hará cargo de ser quien es y no huirá de la posibilidad que le propone la vida de transitar espacios que nadie ha recorrido antes. Espacios tan fascinantes como riesgosos, tan agradables como dolorosos. Yo nunca he sido un héroe ni querría serlo, pero creo encontrar en este planteo mitológico un reflejo de la historia de muchos. Soy de los que no quieren conformarse con mirar la vida por televisión ni quieren abandonar a los demás a su suerte sabiendo que quizás pueden hacer algo para ayudar, aunque sea un poco.
Si después del camino recorrido, lleno de satisfacciones y sinsabores, uno sabe que ha podido escuchar el hermoso canto de saber que a algunos ha servido y sigue con vida, deberá concluir que correr el riesgo de ser herido ha valido la pena.
Jorge Bucay
Ulises no puede elegir otra ruta si quiere llegar a tiempo para salvar a Ítaca de sus enemigos. Él es un héroe, en el sentido mitológico, pero no es tonto, y conoce sus limitaciones. Su espíritu rebelde y aventurero se niega a renunciar, por lo que decide escuchar por lo menos una vez el famoso y magnético canto de las sirenas, aunque su deseo de volver a los brazos de Penélope lo impulsa a no renunciar a la loca idea, por lo que arma un plan para alcanzar lo que tanto anhela.
Entonces ordena a los marineros que lo aten con sogas al palo mayor de la nave y les exige que, pase lo que pase y sin tener en cuenta lo que vean que él haga, no lo suelten hasta no estar en mar abierto. Por último, obliga a todos los miembros de la tripulación a ponerse tapones de cera en los oídos hasta que hayan dejado, muy atrás, las islas. Las órdenes se cumplen y la nave cruza el estrecho. A bordo, una tripulación completamente sorda ve a lo lejos a las hermosas sirenas que los llaman y ven a Ulises retorciéndose entre las sogas que lo sujetan, vociferando insultos que nadie escucha y dando órdenes que nadie acata, pidiendo que lo desaten para poder ir hacia las sirenas...
Una vez lejos, los marineros desatan a su capitán y éste les quita la cera de los oídos. Ulises ha corrido un riesgo por escuchar el canto, ha sufrido y disfrutado de la travesía pero, sobre todo, conseguirá llegar a tiempo para cumplir con su destino, reunirse con su amada Penélope y salvar su reino.
Me emociona la pasión impuesta en la decisión de Ulises. Apostando todo a la vanidad y a la tentación de escuchar el canto de las sirenas, sin hacer oídos sordos a su destino y responsabilidad. Definitivamente se hará cargo de ser quien es y no huirá de la posibilidad que le propone la vida de transitar espacios que nadie ha recorrido antes. Espacios tan fascinantes como riesgosos, tan agradables como dolorosos. Yo nunca he sido un héroe ni querría serlo, pero creo encontrar en este planteo mitológico un reflejo de la historia de muchos. Soy de los que no quieren conformarse con mirar la vida por televisión ni quieren abandonar a los demás a su suerte sabiendo que quizás pueden hacer algo para ayudar, aunque sea un poco.
Si después del camino recorrido, lleno de satisfacciones y sinsabores, uno sabe que ha podido escuchar el hermoso canto de saber que a algunos ha servido y sigue con vida, deberá concluir que correr el riesgo de ser herido ha valido la pena.
Jorge Bucay
21 febrero 2012
Camino Sinuoso
¿Qué es la vida sino un sinuoso camino en el que valles y colinas se entrecruzan al azar y las tormentas se diluyen bajo el sol?
Alegrías y tristezas, triunfos y fracasos, luz y oscuridad, pasean tomados de la mano.
Amaneceres y ocasos,
comienzo y final,
dicha y quebranto,
se contraponen
y se complementan.
Y a lo largo de ese camino,
nos perdemos y nos encontramos,
reímos y lloramos,
aprendemos que a veces
ganar es perder y perder ganar,
que hemos de saber
aceptar sin cuestionar,
valorar lo que en verdad cuenta,
vivir a plenitud,
y amar a cabalidad…..
Alegrías y tristezas, triunfos y fracasos, luz y oscuridad, pasean tomados de la mano.
Amaneceres y ocasos,
comienzo y final,
dicha y quebranto,
se contraponen
y se complementan.
Y a lo largo de ese camino,
nos perdemos y nos encontramos,
reímos y lloramos,
aprendemos que a veces
ganar es perder y perder ganar,
que hemos de saber
aceptar sin cuestionar,
valorar lo que en verdad cuenta,
vivir a plenitud,
y amar a cabalidad…..
20 febrero 2012
¡La gente vive en el futuro!
"Una de las primeras cosas que aprende un niño judío en su instrucción bíblica es: "Honrarás a tu padre y a tu madre...¡o si no!". A Herschel, un niño de seis años, el mandamiento le hizo recordar el día que su padre llegó a casa y anunció que había decidido comprar un coche, el primer coche de la familia.
El padre estaba ilusionado: "Fijaos, sólo llevamos unos años en este país y pronto tendremos un coche nuevo -dijo orgulloso-. Ya nos imagino dando una vuelta por Central Park. Yo conduciendo delante, a mi lado mamá, y en el asiento de atrás, nuestro pequeño Herschel".
Mamá asintió y sonrió en aprobación: "Bueno, ¿y cuándo piensas comprar el coche?", le preguntó.
"En un par de semanas, puede que un mes, no más tarde".
La plácida conversación fue interrumpida por un afligido grito de Herschel: "¡Yo no quiero ir en el asiento de atrás! ¡Quiero sentarme delante y ayudar a conducir!".
- "En esta familia con un conductor es suficiente -le recordó el padre al niño-. Mamá se sienta delante y tú te sientas detrás".
"¡Si tengo que ir detrás daré cabezazos contra la pared, ya lo verás! - dijo Herschel quejándose. Fue corriendo hacia la pared y adoptó una postura amenazante, dispuesto a poner en acción sus palabras-. ¡Mamá va detrás y yo voy delante".
"No, Herschel, tú detrás -le dijo el padre autoritariamente.
"¡Detrás no, delante! -empezó a gritar Herschel- ¡Yo no quiero ir detrás!".
El padre, enfadado, extendió el brazo y señaló con el dedo imperativamente: "Herschel, -dijo friamente-, ¡haz el favor de salir de mi coche!".
¡La gente vive en el futuro!
Osho
El padre estaba ilusionado: "Fijaos, sólo llevamos unos años en este país y pronto tendremos un coche nuevo -dijo orgulloso-. Ya nos imagino dando una vuelta por Central Park. Yo conduciendo delante, a mi lado mamá, y en el asiento de atrás, nuestro pequeño Herschel".
Mamá asintió y sonrió en aprobación: "Bueno, ¿y cuándo piensas comprar el coche?", le preguntó.
"En un par de semanas, puede que un mes, no más tarde".
La plácida conversación fue interrumpida por un afligido grito de Herschel: "¡Yo no quiero ir en el asiento de atrás! ¡Quiero sentarme delante y ayudar a conducir!".
- "En esta familia con un conductor es suficiente -le recordó el padre al niño-. Mamá se sienta delante y tú te sientas detrás".
"¡Si tengo que ir detrás daré cabezazos contra la pared, ya lo verás! - dijo Herschel quejándose. Fue corriendo hacia la pared y adoptó una postura amenazante, dispuesto a poner en acción sus palabras-. ¡Mamá va detrás y yo voy delante".
"No, Herschel, tú detrás -le dijo el padre autoritariamente.
"¡Detrás no, delante! -empezó a gritar Herschel- ¡Yo no quiero ir detrás!".
El padre, enfadado, extendió el brazo y señaló con el dedo imperativamente: "Herschel, -dijo friamente-, ¡haz el favor de salir de mi coche!".
¡La gente vive en el futuro!
Osho
19 febrero 2012
Un año
Hace un año, y gracias a la insistencia de mi amigo Guillem, inicié este blog que ha sido toda una aventura para mi el compartir reflexiones, al igual que lo he hecho por e-mail por mucho tiempo, pero aquí viendo muy variados puntos de vista. Todas y cada una de estas reflexiones han llegado en su momento a mi vida y han sido de provecho para mi, y siempre me da gusto saber que lo es para quien las lee aquí. No sabía que habría tanto para compartir, pero esto simplemente no ha dejado de fluir, así que mientras haya una palabra de reflexión, la seguiré compartiendo. ¡Gracias por leerme!
Y como he procurado hacerlo una vez por semana les dejo un vídeo, en esta ocasión de un violinista que me encanta David Garret, quien tiene un talento impresionante y además de ser muy simpático..... la 5ta sinfonía de Beethoven, una versión que trasmite mucha energía!!
Enjoy! Feliz Día!
Y como he procurado hacerlo una vez por semana les dejo un vídeo, en esta ocasión de un violinista que me encanta David Garret, quien tiene un talento impresionante y además de ser muy simpático..... la 5ta sinfonía de Beethoven, una versión que trasmite mucha energía!!
Enjoy! Feliz Día!
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18 febrero 2012
El caballo y el cerdo
Había una vez un criador de caballos al que le faltaba uno de una determinada raza. Un día se dio cuenta que su vecino tenía este caballo y lo convenció para que se lo vendiera.
Un mes después el caballo enfermó y llamó al veterinario que le dijo:
-"su caballo está con un virus y es necesario que tome este medicamento por tres días consecutivos. Después de los tres días veremos si ha mejorado, si no lo ha hecho no nos quedará más remedio que sacrificarlo".
En ese mismo momento un cerdo escuchaba la conversación. Al siguiente día le dieron el medicamento al caballo y se fueron. El cerdo se le acercó y le dijo:
-¡"fuerza amigo caballo" ! ¡¡¡Levántate de ahí sino vas a ser sacrificado!!!.
Al segundo día le dieron nuevamente el medicamento y se fueron. El cerdo se acercó y le dijo: -"¡vamos mi gran amigo! ¡¡ Levántate sino vas a morir, vamos yo te ayudo !!."
Al tercer día le dieron el medicamento y el veterinario dijo:
-"probablemente vamos a tener que sacrificarlo mañana porque puede contagiarle el virus a los demás caballos".
Cuando se fueron el cerdo se acercó y le dijo:
-"vamos amigo es ahora o nunca"
- ¡¡¡ Ánimo...fuerza...Yo te ayudo... vamos....un, dos, tres...despacio...ya casi...eso...eso...ahora corre despacio... más rápido... fantástico... corre... corre...!!!
-¡¡Venciste campeón!!!...
En eso llega el dueño del caballo y ve al caballo corriendo y dice:
-"¡¡ Milagro !! el caballo se ha curado... hay que hacer una fiesta...
¡¡vamos a matar al cerdo para celebrarlo!!"
Sabemos estar agradecidos porque nuestro Dios es la fuente principal de los milagros que experimentamos diariamente, pero nos olvidamos a menudo de que Dios usa las manos y los pies de personas ordinarias como usted y como yo para extender su favor, para hacer milagros, para hacer cosas extraordinarias.
Dios usa circunstancias, problemas, enfermedades, personas y lo que sea necesario para que seamos parte activa de los milagros diarios. Igual que el cerdo con el caballo, nuestra actitud debe ser proactiva, generosa, compasiva tanto en oración como en acción.
Al cerdo lo iban a matar para celebrar la sanidad del caballo por el que había trabajado tanto. Vaya paradoja. Pero no es similar a la situación que se da cuando hacemos un favor a alguien y nos paga mal.
Nuestra fe debe ser activa, no muerta. Nuestras obras deben hablar más fuerte que nuestras palabras. Ser testigo de los milagros de Dios, implica ser facilitador de la gracia, la compasión y el favor de Dios.
Por eso cuando extendamos nuestros brazos y recursos a otros hagámoslo con liberalidad, sin malicia, y sin esperar nada a cambio. Dios esta sonriendo desde el cielo cuando amamos y nos extendemos a otros como El.
Que hoy puedas ser un facilitador de los milagros diarios de Dios.
Un mes después el caballo enfermó y llamó al veterinario que le dijo:
-"su caballo está con un virus y es necesario que tome este medicamento por tres días consecutivos. Después de los tres días veremos si ha mejorado, si no lo ha hecho no nos quedará más remedio que sacrificarlo".
En ese mismo momento un cerdo escuchaba la conversación. Al siguiente día le dieron el medicamento al caballo y se fueron. El cerdo se le acercó y le dijo:
-¡"fuerza amigo caballo" ! ¡¡¡Levántate de ahí sino vas a ser sacrificado!!!.
Al segundo día le dieron nuevamente el medicamento y se fueron. El cerdo se acercó y le dijo: -"¡vamos mi gran amigo! ¡¡ Levántate sino vas a morir, vamos yo te ayudo !!."
Al tercer día le dieron el medicamento y el veterinario dijo:
-"probablemente vamos a tener que sacrificarlo mañana porque puede contagiarle el virus a los demás caballos".
Cuando se fueron el cerdo se acercó y le dijo:
-"vamos amigo es ahora o nunca"
- ¡¡¡ Ánimo...fuerza...Yo te ayudo... vamos....un, dos, tres...despacio...ya casi...eso...eso...ahora corre despacio... más rápido... fantástico... corre... corre...!!!
-¡¡Venciste campeón!!!...
En eso llega el dueño del caballo y ve al caballo corriendo y dice:
-"¡¡ Milagro !! el caballo se ha curado... hay que hacer una fiesta...
¡¡vamos a matar al cerdo para celebrarlo!!"
Sabemos estar agradecidos porque nuestro Dios es la fuente principal de los milagros que experimentamos diariamente, pero nos olvidamos a menudo de que Dios usa las manos y los pies de personas ordinarias como usted y como yo para extender su favor, para hacer milagros, para hacer cosas extraordinarias.
Dios usa circunstancias, problemas, enfermedades, personas y lo que sea necesario para que seamos parte activa de los milagros diarios. Igual que el cerdo con el caballo, nuestra actitud debe ser proactiva, generosa, compasiva tanto en oración como en acción.
Al cerdo lo iban a matar para celebrar la sanidad del caballo por el que había trabajado tanto. Vaya paradoja. Pero no es similar a la situación que se da cuando hacemos un favor a alguien y nos paga mal.
Nuestra fe debe ser activa, no muerta. Nuestras obras deben hablar más fuerte que nuestras palabras. Ser testigo de los milagros de Dios, implica ser facilitador de la gracia, la compasión y el favor de Dios.
Por eso cuando extendamos nuestros brazos y recursos a otros hagámoslo con liberalidad, sin malicia, y sin esperar nada a cambio. Dios esta sonriendo desde el cielo cuando amamos y nos extendemos a otros como El.
Que hoy puedas ser un facilitador de los milagros diarios de Dios.
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17 febrero 2012
El pequeño murciélago
Cuenta la leyenda que existió un dragón negro que tenía aterrorizada a la región de Hung, en China.
El animal acostumbraba atacar a cualquier ser vivo, comía bueyes enteros y los aldeanos estaban aterrorizados porque el dragón escupía fuego y sobrevolaba la aldea diariamente.
En el frío invierno, el emperador envió a esa región a sus mejores soldados, fuertemente armados y dispuestos a matar al dragón, sin embargo sus esfuerzos fueron en vano.
El animal descubrió las intenciones de los soldados y atacó rápidamente, lanzando fuego sobre ellos y masacrando con sus garras a los que quedaban vivos.
Finalmente, cansado y con frío el dragón negro se refugió en una amplia cueva que parecía estar desocupada. Se acomodó en un rincón y se dispuso a dormir, pero vio en un rincón una pequeña mancha negra que se agitaba.
El dragón acercó su cara a ella y notó que la mancha era un pequeño murciélago y con desprecio le dijo: “Desaparece de aquí, esta ahora es mi cueva.”
El pequeño murciélago ni se inmutó, y el dragón enfurecido lanzó fuego para asustarlo.
El murciélago le contestó: “Esta es mi cueva y serás tú quien se irá.”
El dragón estalló en carcajadas y contestó: “¿a mí me vas a expulsar? He arrasado con ejércitos de humanos, destrozado aldeas enteras y un ser insignificante como tú me expulsará…”
El murciélago contestó: “¡si quieres guerra, te la daré!”
Fue entonces que el animalito se lanzó como un rayo sobre el dragón y le mordió con sus afilados colmillos detrás de la oreja. El dragón desesperado de dolor lanzaba fuego en todas las direcciones pero el pequeño murciélago continuaba atacándolo.
Las escamas del dragón eran muy duras, pero los agudos colmillos del murciélago atacaban entre ellas causando gran dolor y desesperación.
Finalmente, el dragón muy dolorido y cansado de luchar se retiró de la cueva, mientras el murciélago orgulloso salió a proclamar su victoria a los cuatro vientos sin percatarse de la cantidad de telas de arañas que lo atraparon, allí pereció de hambre y frío.
“En la guerra, no hay enemigo pequeño ni lugar para el descuido…”
Leyenda de China
El animal acostumbraba atacar a cualquier ser vivo, comía bueyes enteros y los aldeanos estaban aterrorizados porque el dragón escupía fuego y sobrevolaba la aldea diariamente.
En el frío invierno, el emperador envió a esa región a sus mejores soldados, fuertemente armados y dispuestos a matar al dragón, sin embargo sus esfuerzos fueron en vano.
El animal descubrió las intenciones de los soldados y atacó rápidamente, lanzando fuego sobre ellos y masacrando con sus garras a los que quedaban vivos.
Finalmente, cansado y con frío el dragón negro se refugió en una amplia cueva que parecía estar desocupada. Se acomodó en un rincón y se dispuso a dormir, pero vio en un rincón una pequeña mancha negra que se agitaba.
El dragón acercó su cara a ella y notó que la mancha era un pequeño murciélago y con desprecio le dijo: “Desaparece de aquí, esta ahora es mi cueva.”
El pequeño murciélago ni se inmutó, y el dragón enfurecido lanzó fuego para asustarlo.
El murciélago le contestó: “Esta es mi cueva y serás tú quien se irá.”
El dragón estalló en carcajadas y contestó: “¿a mí me vas a expulsar? He arrasado con ejércitos de humanos, destrozado aldeas enteras y un ser insignificante como tú me expulsará…”
El murciélago contestó: “¡si quieres guerra, te la daré!”
Fue entonces que el animalito se lanzó como un rayo sobre el dragón y le mordió con sus afilados colmillos detrás de la oreja. El dragón desesperado de dolor lanzaba fuego en todas las direcciones pero el pequeño murciélago continuaba atacándolo.
Las escamas del dragón eran muy duras, pero los agudos colmillos del murciélago atacaban entre ellas causando gran dolor y desesperación.
Finalmente, el dragón muy dolorido y cansado de luchar se retiró de la cueva, mientras el murciélago orgulloso salió a proclamar su victoria a los cuatro vientos sin percatarse de la cantidad de telas de arañas que lo atraparon, allí pereció de hambre y frío.
“En la guerra, no hay enemigo pequeño ni lugar para el descuido…”
Leyenda de China
16 febrero 2012
Sabiduría
Sohpia para los griegos, sapientia para los latinos, la sabiduría es lo que todos los grandes filósofos ha buscado. Tiene mucho que ver con el pensamiento, la inteligencia y el conocimiento de la realidad. Pero es un tipo de saber que ninguna demostración prueba, que ningún laboratorio analiza o verifica, que ninguna titulación universitaria puede acreditar. Descartes la entendió como el arte de juzgar correctamente para obrar correctamente. Y eso no es una ciencia ni una técnica, dijo Aristóteles. Es, más bien, un curioso tipo de saber práctico: no tanto un saber pensar como un saber vivir.
Más allá de los números y las demostraciones científicas, la sabiduría apunta al arte de vivir. Filosofamos porque queremos una vida más equilibrada, más lúcida, más libre, más humana. Está claro que jamás alcanzaremos plenamente esa meta, pero eso no impide que nos aproximemos a ella. Se trata en el fondo, de pensar mejor para vivir mejor. Por eso la filosofía es útil a cualquier edad. Si estudias física, matemáticas, informática o solfeo, ¿por qué no vas a estudiar filosofía? Está claro que has de ganarte la vida, pero eso no te dispensa de vivirla. ¿Y cómo vas a vivir de forma inteligente sin tiempo para reflexionar sobre la vida, sin preguntarte por ella, sin razonar y argumentar de la forma más radical y rigurosa posible? Nunca es demasiado tarde ni demasiado pronto para filosofar, decía Epicuro, pues nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para ser feliz.
Los filósofos griegos y romanos entendieron la filosofía como sabiduría, como una reflexión sobre la conducta humana orientada a resolver algunos problemas fundamentales: cómo llevar las riendas de la propia conducta superando nuestra constitutiva animalidad; cómo integrar los intereses individuales en un proyecto común que haga posible la convivencia social; cómo alcanzar la felicidad. Una felicidad que estóicos y epicúreos concebirán más tarde como tranquilidad de espíritu, y que dará origen a la célebre expresión "tomarse las cosas con filosofía".
En una de sus Epístolas a Lucilo, Séneca escribe: "La filosofía no es una actividad agradable al público, ni se presta a la ostentación. No se funda en las palabras, sino en las obras. Ni se emplea para que transcurra el día con algún entretenimiento o para eliminar el fastidio del ocio: configura y modela el espíritu, ordena la vida, rige las acciones, muestra lo que se debe hacer y lo que se debe omitir, se sienta en el timón y a través de los peligros dirige el rumbo de los que vacilan. Sin ella nadie puede vivir sin temor, nadie con seguridad; inumerables sucesos acaecen cada hora que exigen un consejo, y hay que recabarlo de ella".
Solo desde la sabiduría se puede decir, como Marco Aurelio, que "la muerte y la vida, la buena fama y la mala, el sufrimiento y el placer, la riqueza y la pobreza son cosas que sobrevienen a todo el mundo, tanto a los buenos como a los malos, y por eso no son hermosas ni vergonzosas, no son buenas ni malas".
(555 Joyas de la sabiduría)
Más allá de los números y las demostraciones científicas, la sabiduría apunta al arte de vivir. Filosofamos porque queremos una vida más equilibrada, más lúcida, más libre, más humana. Está claro que jamás alcanzaremos plenamente esa meta, pero eso no impide que nos aproximemos a ella. Se trata en el fondo, de pensar mejor para vivir mejor. Por eso la filosofía es útil a cualquier edad. Si estudias física, matemáticas, informática o solfeo, ¿por qué no vas a estudiar filosofía? Está claro que has de ganarte la vida, pero eso no te dispensa de vivirla. ¿Y cómo vas a vivir de forma inteligente sin tiempo para reflexionar sobre la vida, sin preguntarte por ella, sin razonar y argumentar de la forma más radical y rigurosa posible? Nunca es demasiado tarde ni demasiado pronto para filosofar, decía Epicuro, pues nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para ser feliz.
Los filósofos griegos y romanos entendieron la filosofía como sabiduría, como una reflexión sobre la conducta humana orientada a resolver algunos problemas fundamentales: cómo llevar las riendas de la propia conducta superando nuestra constitutiva animalidad; cómo integrar los intereses individuales en un proyecto común que haga posible la convivencia social; cómo alcanzar la felicidad. Una felicidad que estóicos y epicúreos concebirán más tarde como tranquilidad de espíritu, y que dará origen a la célebre expresión "tomarse las cosas con filosofía".
En una de sus Epístolas a Lucilo, Séneca escribe: "La filosofía no es una actividad agradable al público, ni se presta a la ostentación. No se funda en las palabras, sino en las obras. Ni se emplea para que transcurra el día con algún entretenimiento o para eliminar el fastidio del ocio: configura y modela el espíritu, ordena la vida, rige las acciones, muestra lo que se debe hacer y lo que se debe omitir, se sienta en el timón y a través de los peligros dirige el rumbo de los que vacilan. Sin ella nadie puede vivir sin temor, nadie con seguridad; inumerables sucesos acaecen cada hora que exigen un consejo, y hay que recabarlo de ella".
Solo desde la sabiduría se puede decir, como Marco Aurelio, que "la muerte y la vida, la buena fama y la mala, el sufrimiento y el placer, la riqueza y la pobreza son cosas que sobrevienen a todo el mundo, tanto a los buenos como a los malos, y por eso no son hermosas ni vergonzosas, no son buenas ni malas".
(555 Joyas de la sabiduría)
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15 febrero 2012
Deja de discutir con la vida
Una gran proporción de la falta de felicidad que sentimos en nuestras vidas es consecuencia de nuestros juicios de valor. Tendemos a juzgarlo todo. A las personas que nos rodean, las circunstancias que presentan éstas, los hechos del momento y, naturalmente, a nosotros mismos.
Hay personas que no pierden una sola oportunidad de adoptar su postura de juicio de valor. Es casi como si estuvieran juzgando la vida misma. Constantemente.
Lo que resulta especialmente interesante acerca de la mayoría de los juicios humanos es que la gente ni siquiera se basa en una medida objetiva para llegar a sus conclusiones. En general, aplican una vivencia anterior, sus ideas propias, su propia "historia", como base para tomar una decisión sobre otra persona.
Naturalmente, nunca se les ocurre que bien podrían ser sus propias vivencias, sus ideas, su "historia", las que estén algo desviadas. He observado esto con el distanciamiento suficiente para llegar a la conclusión de que probablemente yo mismo lo esté haciendo así. Por eso me he esforzado mucho en sustituir los juicios a los demás por la reflexión sobre mí mismo.
Cuando siento la tentación de juzgar a los demás, miro dentro de mí para determinar cuándo obré yo de esa manera en mi vida; cuándo produje yo esos resultados en mi vida; cómo es posible que yo cometiera tales errores en mi vida. De pronto, me llega una oleada de compasión que barre los juicios de valor y que hace imposible una condena por mi parte.
Lo que estoy diciendo aquí es que en un corazón que tiene amor no hay lugar para los juicios de valor. Pero recuerda que juzgar no es discernir, y observar no es juzgar. Saber discernir es muy saludable, y hacer observaciones es muy natural. Una observación dice: "Esto es así". Un juicio de valor dice: "Esto no debe ser así".
Neale Donald Walsch
(Dios es felicidad)
Hay personas que no pierden una sola oportunidad de adoptar su postura de juicio de valor. Es casi como si estuvieran juzgando la vida misma. Constantemente.
Lo que resulta especialmente interesante acerca de la mayoría de los juicios humanos es que la gente ni siquiera se basa en una medida objetiva para llegar a sus conclusiones. En general, aplican una vivencia anterior, sus ideas propias, su propia "historia", como base para tomar una decisión sobre otra persona.
Naturalmente, nunca se les ocurre que bien podrían ser sus propias vivencias, sus ideas, su "historia", las que estén algo desviadas. He observado esto con el distanciamiento suficiente para llegar a la conclusión de que probablemente yo mismo lo esté haciendo así. Por eso me he esforzado mucho en sustituir los juicios a los demás por la reflexión sobre mí mismo.
Cuando siento la tentación de juzgar a los demás, miro dentro de mí para determinar cuándo obré yo de esa manera en mi vida; cuándo produje yo esos resultados en mi vida; cómo es posible que yo cometiera tales errores en mi vida. De pronto, me llega una oleada de compasión que barre los juicios de valor y que hace imposible una condena por mi parte.
Lo que estoy diciendo aquí es que en un corazón que tiene amor no hay lugar para los juicios de valor. Pero recuerda que juzgar no es discernir, y observar no es juzgar. Saber discernir es muy saludable, y hacer observaciones es muy natural. Una observación dice: "Esto es así". Un juicio de valor dice: "Esto no debe ser así".
Neale Donald Walsch
(Dios es felicidad)
14 febrero 2012
Crecer en Amor
¿Qué prefieres: que aumente tu cuenta del Banco o
que aumente el amor en ti?
Si dices que la dos cosas, me temo que te interese
más la cuenta del Banco que el amor. Y
ya sabes: la cuenta del Banco te da posibilidades de más comodidades; y el amor
te da más felicidad. Oímos a veces: Yo o amo o no amo.
A primera vista es una simple perogrullada.
Pero las personas que dicen eso suelen querer
decir: yo cuando amo, amo completamente y perfectamente. Y no es así, ni puede
ser así.
Todos los valores y cualidades humanas aumentan y
disminuyen. Todo admite más. También el
amor.
Quizás podemos hablar de algunos casos
excepcionales en que podríamos decir que ya no se puede amar más. Es el caso de
la entrega de todo, incluso la propia vida, por el ser amado. Pero nosotros normalmente cuando amamos,
deseamos el bien de la persona amada y hacemos algunos sacrificios por ella. Es
que la amamos. Pero no en el grado máximo.
El amor, pues, como todo en la vida tiene grados.
El amor a una persona crece y disminuye.
El grado de amor que tenemos a una persona es
distinto del que tenemos a otras.
No disminuyas tu amor.
A nadie. A nada.
En amor sólo debiera existir el verbo crecer.
Nos dan en T.V. los aumentos y disminuciones de la
temperatura, de la humedad...etc. Sería muy consolador que nos pudieran decir que
cada día aumenta el grado de amor en el mundo.
Pero esto que no es fácil decirlo del mundo, tú puedes decirlo de ti.
Sólo depende de ti.
Lo que tú amas, no depende de lo que digan o hagan
los demás. Ni siquiera de que te amen
los demás. Porque si amas cuando te aman
o porque te aman, tu amor ya no es tal amor. O por lo menos no es el más
verdadero amor.
El amor más verdadero es desinteresado y sin
condiciones.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Si no creces en amor no creces como persona.
Puede crecer tu cuerpo, tus posesiones, tus cosas,
tu éxito, tus conocimientos...
Pero lo que de verdad te hace crecer como persona
es el amor.
Es lo más propio, lo más específico, lo
verdaderamente humano.
Cuando alguien toma venganza de alguna ofensa que
le han hecho suele decirse: Es natural. Es muy lógico, muy humano que haga eso. Pero más bien la venganza es poco humana. La venganza puede ser propia del animal
bruto. No del hombre.
Lo que destruye a un ser no es propio de él. Va
contra su naturaleza.
Y el odio, la venganza en el ser humano destruye.
Aunque de momento parezca que deja una satisfacción.
¿Amas hoy más que ayer? ¿Más que hace un año? A los
que amabas ¿los amas, un poco más? ¿Amas a más personas?
Si no aumentas en amor no te extrañe que no seas
más feliz. No te extrañe sorprenderte triste sin saber por qué.
Mucho deseamos que nos quieran más.
Pero aunque sea tan agradable ser amado, lo que
realmente nos hace felices es amar.
Ser amados depende de que los demás quieran
amarnos. Amar, en cambio, sólo depende de ti. Que tú quieras amar.
La mejor manera de llegar a ser amado es amar.
Muchos esperan ser amados para amar. Muchos
también, cuando aman no quieren expresar ese amor. El temor a no ser correspondido,
los convencionalismos sociales, la vergüenza, la timidez...
Y el amor como todo lo activo y positivo tiene que
expresarse. Sin ridículos complejos y absurdos miedos.
Los modos de expresión del amor serán
diversos.
Cada uno verá en cada momento y en cada caso cuál
es la mejor expresión de su amor. Dependerá de muchas circunstancias. Pero de
una y otra forma deberá expresarse.
En nuestros tiempos, como parece que ha habido
siempre hay personas que creen que la expresión única del amor es la relación
sexual.
Desgraciadamente, muchas, por no decir la mayor
parte de las relaciones sexuales suelen ser sólo expresión de un deseo de
satisfacer la pasión sensual egoísta.
Crecer siempre en amor activo debiera ser la
consigna en todos.
Crece en amor activo y crecerás también en amor
pasivo.
La mejor garantía para ser amado es amar.
Pero no exijas, no pidas la recompensa, la paga, la
correspondencia.
Frecuentemente cuanto más se espera esa
correspondencia en el amor, más tarda en llegar. Si quieres aumentar tu grado de felicidad,
aumenta tu grado de amor. De tu amor activo.
Al amar no pienses en la recompensa, la
correspondencia a tu amor. Cuando el amor es verdadero, tarde o temprano llega.
Quizás no de la persona a quien tú amas. Pero te llegará de la mejor manera.
Esto no es pura teoría.
Compruébalo en ti mismo.
Los sentimientos no se pueden conocer sólo
intelectualmente, racionalmente. Sólo se conocen y comprenden vivencialmente.
Hazte el gran favor de aumentar tu amor.
Aumenta tu amor activo, el que tú tienes.
No esperes a amar tú después que otros te amen. No
pongas condiciones para amar.
Ese es un error muy general. No caigas tú en él.
¿Amas hoy más que ayer?
¿Amas hoy a más personas que ayer?
CRECE en AMOR cada día.
Darío Lostado
(La
Alegría De Ser Tú Mismo)13 febrero 2012
Trabajar en equipo
Cuando nadie se preocupa de quién se lleva los honores, no hay límite de lo que se puede alcanzar. Un gran ejemplo de esto es la vida de Tenzing Norgay, un sherpa nacido en Nepal. Él cuenta cómo él y Edmund Hillary, neocelandés, consiguieron lo que nadie antes había conseguido: CONQUISTAR EL MONTE EVEREST.
Relata Tenzing: "Para cada nueva altura que alcanzábamos, se requería un mayor grado de trabajo en equipo". Un grupo hacía lo imposible para subir el equipo necesario un poco más arriba para el grupo siguiente; equipos de dos personas trabajaban para buscar un sendero, o hacerlo, o asegurar las cuerdas, dándolo todo para facilitar a otros el siguiente tramo de la escalada.
No puedes escalar una montaña como el Everest corriendo tú solo y adelantándote a los demás, ni compitiendo con tus compañeros. Hay que hacerlo despacio y cuidadosamente, trabajando desinteresadamente en equipo. Yo mismo había querido alcanzar la meta; era lo que siempre había soñado. Pero si la suerte de hacerlo le caía a otra persona, lo aceptaría como un hombre, no como un niño llorón. ¿Dónde habríamos estado Hillary y yo sin los demás compañeros: los escaladores que facilitaron la ruta, los sherpas que llevaron las cargas, los que fueron haciendo el sendero?. Fué únicamente gracias al sacrificio y al trabajo duro de todos ellos que nosotros pudimos alcanzar la cima. "CON ESO EN MENTE HOY, INTENTA TRABAJAR EN EQUIPO"
Relata Tenzing: "Para cada nueva altura que alcanzábamos, se requería un mayor grado de trabajo en equipo". Un grupo hacía lo imposible para subir el equipo necesario un poco más arriba para el grupo siguiente; equipos de dos personas trabajaban para buscar un sendero, o hacerlo, o asegurar las cuerdas, dándolo todo para facilitar a otros el siguiente tramo de la escalada.
No puedes escalar una montaña como el Everest corriendo tú solo y adelantándote a los demás, ni compitiendo con tus compañeros. Hay que hacerlo despacio y cuidadosamente, trabajando desinteresadamente en equipo. Yo mismo había querido alcanzar la meta; era lo que siempre había soñado. Pero si la suerte de hacerlo le caía a otra persona, lo aceptaría como un hombre, no como un niño llorón. ¿Dónde habríamos estado Hillary y yo sin los demás compañeros: los escaladores que facilitaron la ruta, los sherpas que llevaron las cargas, los que fueron haciendo el sendero?. Fué únicamente gracias al sacrificio y al trabajo duro de todos ellos que nosotros pudimos alcanzar la cima. "CON ESO EN MENTE HOY, INTENTA TRABAJAR EN EQUIPO"
12 febrero 2012
Sueña
Una bella canción... una hermosa voz... y lindas imagenes... es importante soñar para poder motivarnos a lograr alcanzar los sueños.
Enjoy!
Enjoy!
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11 febrero 2012
Mira en ti mismo
El sabio Confuncio hace unas útiles y prácticas reflexiones:
Si alguien ama a los otros y no es amado, debe examinar si su amor y bondad es perfecta.
Si alguien gobierna a otros y no logra mejorar su conducta, debe examinar si su prudencia es perfecta.
Si alguien es cortés y no es correspondido en su cortesía, debe examinar si su respeto hacia los otros es perfecto.
Si alguien, con sus actos no alcanza el fin que se propone, debe examinar y buscar en su propia conducta la causa de su fracaso.
Confuncio quiere indicarnos, en esencia, que la causa de que nuestra relación con los demás no sea adecuada y correcta, está en nosotros mismos.
Darío Lostado
(Mensajes Para Elevar La Conciencia)
Si alguien ama a los otros y no es amado, debe examinar si su amor y bondad es perfecta.
Si alguien gobierna a otros y no logra mejorar su conducta, debe examinar si su prudencia es perfecta.
Si alguien es cortés y no es correspondido en su cortesía, debe examinar si su respeto hacia los otros es perfecto.
Si alguien, con sus actos no alcanza el fin que se propone, debe examinar y buscar en su propia conducta la causa de su fracaso.
Confuncio quiere indicarnos, en esencia, que la causa de que nuestra relación con los demás no sea adecuada y correcta, está en nosotros mismos.
Darío Lostado
(Mensajes Para Elevar La Conciencia)
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10 febrero 2012
Canta
Canta. Quiero que me prometas que vas a cantar una vez al día por lo menos. Prométemelo. Lo cambiará todo. No puedes cantar con mala disposición. Y no puedes mantener una mala disposición mientras cantas.
¡Canta todas las mañanas en la ducha! ¡Canta en el coche! Canta bajito al oído de tu persona amada. Canta en voz alta en el parque. ¡Mira cómo se ilumina lo que te rodea! ¡Mira cómo aparecen las sonrisas! ¿Crees que alguien puede resistirse a una persona que está cantando? ¿Crees que puede resistírsele el mundo?
Cantar conecta la mente con el corazón y el corazón con la mente. De manera que canta. ¡Te reto a que lo hagas!
Lo que estoy diciendo aquí es que las herramientas y los recursos con los que podemos crear la felicidad son muy sencillos, tienen una sencillez elegante. Y los tenemos delante. ¿De qué estamos hablando aquí? De dar. Observar. Escuchar. Sentir. Sonreir. Cantar. ¡Dios mío, son cosas que no nos cuestan nada!
Neale Donald Walsch
(Dios es felicidad)
¡Canta todas las mañanas en la ducha! ¡Canta en el coche! Canta bajito al oído de tu persona amada. Canta en voz alta en el parque. ¡Mira cómo se ilumina lo que te rodea! ¡Mira cómo aparecen las sonrisas! ¿Crees que alguien puede resistirse a una persona que está cantando? ¿Crees que puede resistírsele el mundo?
Cantar conecta la mente con el corazón y el corazón con la mente. De manera que canta. ¡Te reto a que lo hagas!
Lo que estoy diciendo aquí es que las herramientas y los recursos con los que podemos crear la felicidad son muy sencillos, tienen una sencillez elegante. Y los tenemos delante. ¿De qué estamos hablando aquí? De dar. Observar. Escuchar. Sentir. Sonreir. Cantar. ¡Dios mío, son cosas que no nos cuestan nada!
Neale Donald Walsch
(Dios es felicidad)
09 febrero 2012
Ama por encima de todo
La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...
Por eso, canta, ríe, baila, llora,
y vive intensamente cada momento de tu vida...
antes que el telón baje,
y la obra termine sin aplausos.
¡Hey, hey, sonríe!
más no te escondas detrás de esa sonrisa...
Muestra aquello que eres, sin miedo.
Existen personas que sueñan,
con tu sonrisa, así como yo.
¡Vive! ¡Intenta!
La vida no pasa de una tentativa.
¡Ama!
Ama por encima de todo,
ama a todo y a todos.
No cierres los ojos a la suciedad del mundo,
no ignores el hambre!
Olvida la bomba,
pero antes haz algo para combatirla,
aunque no te sientas capaz.
¡Busca !
Busca lo que hay de bueno en todo y todos.
No hagas de los defectos una distancia,
y si, una aproximación.
¡Acepta !
La vida, las personas,
haz de ellas tu razón de vivir.
¡Entiende !
Entiende a las personas que piensan diferente a ti,
no las repruebes.
¡Eh ! Mira...
Mira a tu espalda, cuantos amigos...
¿Ya hiciste a alguien feliz hoy?
¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?
¡Eh ! No corras...
¿Para que tanta prisa?
Corre apenas dentro tuyo.
¡Sueña !
Pero no perjudiques a nadie y
no transformes tu sueño en fuga.
¡Cree ! ¡Espera !
Siempre habrá una salida,
siempre brillará una estrella.
¡Llora ! ¡Lucha !
Haz aquello que te gusta,
siente lo que hay dentro de ti.
Oye...
Escucha lo que las otras personas
tienen que decir, es importante.
Sube...
Haz de los obstáculos escalones
para aquello que quieres alcanzar.
Mas no te olvides de aquellos
que no consiguieron subir
en la escalera de la vida.
¡Descubre !
Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.
Procura por encima de todo ser una buena persona,
yo también voy a intentarlo.
¡Hey ! Tú...
ahora ve en paz.
Yo preciso decirte que... TE AMO,
simplemente porque existes.
Charles Chaplin
Por eso, canta, ríe, baila, llora,
y vive intensamente cada momento de tu vida...
antes que el telón baje,
y la obra termine sin aplausos.
¡Hey, hey, sonríe!
más no te escondas detrás de esa sonrisa...
Muestra aquello que eres, sin miedo.
Existen personas que sueñan,
con tu sonrisa, así como yo.
¡Vive! ¡Intenta!
La vida no pasa de una tentativa.
¡Ama!
Ama por encima de todo,
ama a todo y a todos.
No cierres los ojos a la suciedad del mundo,
no ignores el hambre!
Olvida la bomba,
pero antes haz algo para combatirla,
aunque no te sientas capaz.
¡Busca !
Busca lo que hay de bueno en todo y todos.
No hagas de los defectos una distancia,
y si, una aproximación.
¡Acepta !
La vida, las personas,
haz de ellas tu razón de vivir.
¡Entiende !
Entiende a las personas que piensan diferente a ti,
no las repruebes.
¡Eh ! Mira...
Mira a tu espalda, cuantos amigos...
¿Ya hiciste a alguien feliz hoy?
¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?
¡Eh ! No corras...
¿Para que tanta prisa?
Corre apenas dentro tuyo.
¡Sueña !
Pero no perjudiques a nadie y
no transformes tu sueño en fuga.
¡Cree ! ¡Espera !
Siempre habrá una salida,
siempre brillará una estrella.
¡Llora ! ¡Lucha !
Haz aquello que te gusta,
siente lo que hay dentro de ti.
Oye...
Escucha lo que las otras personas
tienen que decir, es importante.
Sube...
Haz de los obstáculos escalones
para aquello que quieres alcanzar.
Mas no te olvides de aquellos
que no consiguieron subir
en la escalera de la vida.
¡Descubre !
Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.
Procura por encima de todo ser una buena persona,
yo también voy a intentarlo.
¡Hey ! Tú...
ahora ve en paz.
Yo preciso decirte que... TE AMO,
simplemente porque existes.
Charles Chaplin
08 febrero 2012
Di tu verdad en cuanto la conozcas
La mayor lección que he aprendido en mi vida está relacionada con la verdad. No existe la Verdad Absoluta en el sentido objetivo; pero sí existe la verdad subjetiva; existe lo que es verdad para ti; y esto tiene una importancia extraordinaria para tu vida.
Aspira a vivir de manera auténtica; aspira a ser plenamente tú mismo; pues cuando vives enseñando sólo la mitad de ti, es cuando tienes garantizada la infelicidad.
No ocultes a nadie tu verdad persona, tus sentimientos auténticos, tu vivencia aquí-y-ahora; ni mucho menos los ocultes a tus seres más queridos ni a tu persona amada.
Es interesante que éstas suelen ser las personas a las que más cosas ocultamos. Solemos hacerlo porque no queremos herirlas en sus sentimientos. O quizá porque no queremos perder a esas personas.
Por eso las mantenemos en su lugar a base de mantenerlas en duda, de tenerlas a oscuras, de no decirles todo lo que es nuestra verdad. Esto es exactamente lo contrario de lo que más nos puede beneficiar; pero vivimos como recluidos de la expresión de nuestros sentimientos, esperanzas, temores y deseos más auténticos. Y eso no es vivir en absoluto; eso es morir.
Es una muerte lenta, pero segura. Y una mañana nos despertamos y, sencillamente, ya no nos sentimos vivos.
Así pues, di tu verdad en cuanto la conozcas. No te pienses que estás protegiendo los sentimientos de otra persona a base de callarte o de guardarte cosas. Un maestro maravilloso me dijo una vez: "Di tu verdad, pero alivia tus palabras con paz". Puedes exponer la más difícil de las verdades con delicadeza. Hazlo así. No te pienses que estás evitando dolor a otros a base de callarte tu verdad. No es así. Los estás matando dulcemente con tu canción. Y eso es falso y poco sincero por tu parte.
Lo que estoy diciendo aquí es que el camino para ser más felices que Dios es el camino de la verdad. Di la verdad a todos acerca de todo, y vive tu verdad a cada momento y de todas las maneras, y así serás feliz para siempre en tu corazón; pues la verdad eleva el espíritu, la verdad libera la mente, la verdad abre el corazón y la verdad enciende la pasión y libera el amor del alma.
Neale Donald Walsch
(Dios es felicidad)
Aspira a vivir de manera auténtica; aspira a ser plenamente tú mismo; pues cuando vives enseñando sólo la mitad de ti, es cuando tienes garantizada la infelicidad.
No ocultes a nadie tu verdad persona, tus sentimientos auténticos, tu vivencia aquí-y-ahora; ni mucho menos los ocultes a tus seres más queridos ni a tu persona amada.
Es interesante que éstas suelen ser las personas a las que más cosas ocultamos. Solemos hacerlo porque no queremos herirlas en sus sentimientos. O quizá porque no queremos perder a esas personas.
Por eso las mantenemos en su lugar a base de mantenerlas en duda, de tenerlas a oscuras, de no decirles todo lo que es nuestra verdad. Esto es exactamente lo contrario de lo que más nos puede beneficiar; pero vivimos como recluidos de la expresión de nuestros sentimientos, esperanzas, temores y deseos más auténticos. Y eso no es vivir en absoluto; eso es morir.
Es una muerte lenta, pero segura. Y una mañana nos despertamos y, sencillamente, ya no nos sentimos vivos.
Así pues, di tu verdad en cuanto la conozcas. No te pienses que estás protegiendo los sentimientos de otra persona a base de callarte o de guardarte cosas. Un maestro maravilloso me dijo una vez: "Di tu verdad, pero alivia tus palabras con paz". Puedes exponer la más difícil de las verdades con delicadeza. Hazlo así. No te pienses que estás evitando dolor a otros a base de callarte tu verdad. No es así. Los estás matando dulcemente con tu canción. Y eso es falso y poco sincero por tu parte.
Lo que estoy diciendo aquí es que el camino para ser más felices que Dios es el camino de la verdad. Di la verdad a todos acerca de todo, y vive tu verdad a cada momento y de todas las maneras, y así serás feliz para siempre en tu corazón; pues la verdad eleva el espíritu, la verdad libera la mente, la verdad abre el corazón y la verdad enciende la pasión y libera el amor del alma.
Neale Donald Walsch
(Dios es felicidad)
07 febrero 2012
Nueva experiencia
Lo más seguro es que al entrar a una fiesta busques a alguien conocido. Cuando conoces a alguien intentas buscar qué similitudes hay entre los dos. Cuando sabes la manera en que resultará algo te sientes seguro. Te sientes más seguro en tu casa de lo que jamás te sentirás en algún país extraño.
Si piensas en la condición básica del cerebro, te darás cuenta de su determinación por buscar algo: la familiaridad. Cualquier cosa que resulte familiar o conocida es más atractiva. Se invierten millones de pesos en publicidad solo para aumentar la familiaridad con los productos. Parece que, de forma natural, a la mente le encanta la familiaridad.
Sin embargo si piensas en tu pasado descubrirás un hecho interesante. Cada vez que aprendiste algo fue a partir de algo nuevo, algo que no habías intentado. Piensa en el primer paso que diste cuando eras un bebé, estabas lleno de incertidumbre, pero poco a poco y a pesar de las caídas aprendiste a caminar como los expertos.
Tu vida puede ser juzgada por las experiencias nuevas que has tenido. Por ejemplo, el Sr. X sigue una rutina durante seis días a la semana para todo el año. Pero el Sr. Z vive cada día de manera diferente. Si consideras sus experiencias verás que el señor Z ha vivido mucho más.
Estás creciendo cada vez que entras en contacto con lo nuevo. Lo cual, por sí mismo, debería ser la mayor sensación de seguridad para ti cuando "te enfrentas" a algo nuevo. Tu mente se resistirá a la idea de la novedad y querrá que regreses a los viejos hábitos, pero tu determinación debe ganar. Finalmente, ¡no tienes nada que perder! Lo único que tienes que hacer es intentar algo que no habías tratado antes.
Desarrollé un principio que es particularmente útil, se llama "actúa ya". Muchas veces en la vida te enfrentas a una elección desafiante, en cuanto la acción que debes tomar. Por lo general, ambas opciones serán algo nuevo y algo viejo -lo ya probado y lo no probado. Tu primera respuesta será retardar la acción lo más que puedas y quedarte inmóvil.
En un momento como ese, recuerda la primera palabra: actúa. Significa que debes actuar. Debes elegir acción y no inacción.
Pero de nada sirve que elijas actuar si lo pospones. La acción debe ser inmediata: YA. Usemos un ejemplo de la vida real para comprender mejor. Cuando solía viajar en autobús, veía gente amable que me sonreía con alegría. Siempre quise hablarle, pero al final me convencía de no hacerlo. Elegí la inacción. Y eso sucedió hasta que aprendí el mantra; ahora voy y les hablo. Muchas veces he recibido una respuesta triste, pero no me da miedo puesto que ha habido ocasiones en las que he descubierto gente maravillosa.
Tu nueva experiencia para hoy puede ser cualquier cosa, puedes comer algo que nunca hayas probado. O puedes explorar un lugar al que nunca hayas ido. O puedes conocer gente nueva y hablar con ella. Puedes intentar desarrollar una habilidad nueva. Es muy fácil una vez que te familiarizas. Pero no olvides que debe ser algo nuevo.
Debido a la manera en que se desenvuelven nuestras vidas, dentro de una rutina, nos sentimos incómodos con cualquier cosa que sea nueva. Fíjate en alguien anciano y verás qué está "hecho" a su rutina. Si hay alguna pequeña alteración se siente irritado. Cuando sucede algo nuevo en realidad estás creciendo, aumentando los recuerdos que tanto valorarás cuando seas anciano. Así que comienza hoy y empieza a buscar nuevas experiencias.
Abhishek Thakore
Si piensas en la condición básica del cerebro, te darás cuenta de su determinación por buscar algo: la familiaridad. Cualquier cosa que resulte familiar o conocida es más atractiva. Se invierten millones de pesos en publicidad solo para aumentar la familiaridad con los productos. Parece que, de forma natural, a la mente le encanta la familiaridad.
Sin embargo si piensas en tu pasado descubrirás un hecho interesante. Cada vez que aprendiste algo fue a partir de algo nuevo, algo que no habías intentado. Piensa en el primer paso que diste cuando eras un bebé, estabas lleno de incertidumbre, pero poco a poco y a pesar de las caídas aprendiste a caminar como los expertos.
Tu vida puede ser juzgada por las experiencias nuevas que has tenido. Por ejemplo, el Sr. X sigue una rutina durante seis días a la semana para todo el año. Pero el Sr. Z vive cada día de manera diferente. Si consideras sus experiencias verás que el señor Z ha vivido mucho más.
Estás creciendo cada vez que entras en contacto con lo nuevo. Lo cual, por sí mismo, debería ser la mayor sensación de seguridad para ti cuando "te enfrentas" a algo nuevo. Tu mente se resistirá a la idea de la novedad y querrá que regreses a los viejos hábitos, pero tu determinación debe ganar. Finalmente, ¡no tienes nada que perder! Lo único que tienes que hacer es intentar algo que no habías tratado antes.
Desarrollé un principio que es particularmente útil, se llama "actúa ya". Muchas veces en la vida te enfrentas a una elección desafiante, en cuanto la acción que debes tomar. Por lo general, ambas opciones serán algo nuevo y algo viejo -lo ya probado y lo no probado. Tu primera respuesta será retardar la acción lo más que puedas y quedarte inmóvil.
En un momento como ese, recuerda la primera palabra: actúa. Significa que debes actuar. Debes elegir acción y no inacción.
Pero de nada sirve que elijas actuar si lo pospones. La acción debe ser inmediata: YA. Usemos un ejemplo de la vida real para comprender mejor. Cuando solía viajar en autobús, veía gente amable que me sonreía con alegría. Siempre quise hablarle, pero al final me convencía de no hacerlo. Elegí la inacción. Y eso sucedió hasta que aprendí el mantra; ahora voy y les hablo. Muchas veces he recibido una respuesta triste, pero no me da miedo puesto que ha habido ocasiones en las que he descubierto gente maravillosa.
Tu nueva experiencia para hoy puede ser cualquier cosa, puedes comer algo que nunca hayas probado. O puedes explorar un lugar al que nunca hayas ido. O puedes conocer gente nueva y hablar con ella. Puedes intentar desarrollar una habilidad nueva. Es muy fácil una vez que te familiarizas. Pero no olvides que debe ser algo nuevo.
Debido a la manera en que se desenvuelven nuestras vidas, dentro de una rutina, nos sentimos incómodos con cualquier cosa que sea nueva. Fíjate en alguien anciano y verás qué está "hecho" a su rutina. Si hay alguna pequeña alteración se siente irritado. Cuando sucede algo nuevo en realidad estás creciendo, aumentando los recuerdos que tanto valorarás cuando seas anciano. Así que comienza hoy y empieza a buscar nuevas experiencias.
Abhishek Thakore
06 febrero 2012
El beneficio de la risa
“El hacer reir a aquellos que regresan del campo con sus manos tan rígidas que no las pueden cerrar, aquellos que salen de su oficina con su pequeño pecho tan contraído que olvidaron el sabor del viento, aquellos que regresan de las fábricas cabizbajos y con la espalda quebrada con aceite negro embuido en las cortadas de sus dedos, hacer reír a aquellos que se aproximan a la muerte, aquellos que han perdido a su madre. Aquel que es capaz de hacerlos olvidar por un momento sus miserias, fatiga, ansiedad y muerte misma, aquel que hace reír a aquellos que tienen tantas razones para llorar y les da la fortaleza de vivir y es amado como un benefactor.” Marcel Pagnol – Le Schpountz -
Resulta que la risa es también buena para la salud. Al producir un estado de relajación y bienestar, la risa reduce el nivel de estrés. Diversos estudios han mostrado que la risa fortalece el sistema inmunológico, baja el ritmo cardiaco, reduce la presión arterial y minimiza la sensibilidad al dolor. El efecto colateral se relaciona con la producción de endorfinas liberadas al reír, que tienen un efecto analgésico.
En India, la gente practica “la yoga de la risa”. Me tocó presenciar este feliz evento en un parquet en Delhi. Un grupo de gente mayor estaban sentadas en círculo en el pasto bajo la sombra de un gran árbol. El maestro de ceremonias comenzó a reír. Por unos segundos su risa parecía un tanto artificial pero rapidamente cambió y comenzó a reír sinceramente. Luego se unieron los demás miembros del grupo y no tomó mucho tiempo antes de que todos ellos se estuvieran carcajeando. Existen ahora talleres de risa en el occidente y varias publicaciones que abordan directamente el tema de los muchos beneficios de la risa.
Matthieu Ricard
Del nuevo libro fotográfico 108 Sonrisas.
Etiquetas:
bienestar,
Matthieu Ricard,
risa,
salud,
sonrisa
05 febrero 2012
Quimera
Muy bonita canción de Juanes...lo único que está en nuestras manos hacer es amar e iniciar los cambios de adentro hacia afuera... de mi hacia mi entorno.
Enjoy!
Enjoy!
Etiquetas:
amar,
amor,
cambios,
video musical
04 febrero 2012
El esfuerzo necesario
Estación de esquí. Al iniciar el descenso, escoges una pista. Y dentro de esa pista eliges rutas. En tu descenso hay libertad. La vida es también elección libre de caminos, pero no con la facilidad del que se desliza cuesta abajo: no es libertad en lo fácil sino en lo arduo. Marco Aurelio dice que el arte de vivir se parece más a la lucha que a la danza. Lo escribió en campaña, pero su mensaje es necesario para los tiempos de paz, porque nuestro cuerpo es vulnerable siempre; porque nadie nacería sin la fortaleza de la mujer en el parto, nadie comería sin el esfuerzo del que trabaja la tierra o del que arriesga su vida en la mar. Así que no es aventurado afirmar que la sociedad siempre ha descansado sobre las espaldas de los fuertes.
Es bueno esforzarse por las cosas que merecen ser poseídas y conservadas: la vida, la salud, la buena fama, la amistad, el bienestar, la paz, la justicia... Pero las dificultades pueden convertir su consecución en dura conquista, y su conservación en esforzada defensa. Ser fuerte significa aceptar esas penas por las cosas que merecen la pena.
(555 Joyas de la sabiduría)
Es bueno esforzarse por las cosas que merecen ser poseídas y conservadas: la vida, la salud, la buena fama, la amistad, el bienestar, la paz, la justicia... Pero las dificultades pueden convertir su consecución en dura conquista, y su conservación en esforzada defensa. Ser fuerte significa aceptar esas penas por las cosas que merecen la pena.
(555 Joyas de la sabiduría)
03 febrero 2012
Espejito, espejito
Tener un pequeño albergue y vivir en una zona por la cual paran mochileros de todos los rincones del mundo significa encontrarse con mucha gente bendita de las miles de variedades de sus propias formas de ser.
Seguramente nos ha pasado a todos; con algunas personas nos sentimos conectados de inmediato y otras, por alguna razón, nos irritan y nos queremos alejar de ellas. Quería averiguar a qué se debe esta sensación de incomodidad inexplicable, ya que soy una de estas personas a que le gusta llevarse bien con todo el mundo, no lo soporto cuando hay tensión en el aire.
¿Cómo es posible que una persona a la que apenas conozco me provoque emociones negativas de este tipo?
Observando mis reacciones con mayor atención, me di cuenta que dichas personas suelen tener un rasgo de personalidad pronunciado del cual me gustaría tener una ración extra para mí misma. Otras tienen caracteres tan parecidos al mío y descubro que de hecho son las fachadas de mi propia forma de ser que menos me gustan, que se reflejan en el otro.
En mi percepción personal destacan por ejemplo las personas súper extrovertidas y seguras de sí mismas, las que están tan disciplinadas que me mareo al observarlos y las que son extremadamente perfeccionistas. ¡Yo quiero un extra cacho de esto!
Una vez albergaba a un huésped, que tenía que comentar cada cosita y cada movimiento que hacía en voz alta. Me estaba volviendo loca, era como tener una radio en el fondo que emitía un debate que no me interesaba para nada. La radio se puede apagar apretando un botón, pero a una persona no. ¡Que risa cuando un día descubrí que a menudo hago exactamente la misma cosa, sobre todo cuando hay otra gente alrededor!
Todo el mundo es perfecto tal como es y estoy convencida de que cada uno hace las cosas lo mejor posible. Soy yo la que deja surgir mi conflicto interior, por juzgar y así frenar la opción de aceptar al otro tal como es. Así que las personas con las que no conecto en un principio son unos de mis mejores maestros. Me ofrecen aprender algo nuevo sobre mí misma, poder trabajar en ello y en algunos casos se han convertidos en íntimos amigos míos.
El otro día una amiga me dijo que tenía razón, que la disciplina no era precisamente mi lado fuerte, pero que yo era muy espontánea y que esto valía mucho. ¡Ojalá hubiera algo como la disciplina espontánea! Voy a poner manos a la obra para averiguar cómo se pueden combinar las dos cosas.
Como dicen aquí en la India:
¡Sabkuch Milega! – ¡Todo es posible!
Escrito por Isabelle Collmer, vivo en la India donde me llaman Uma.
Tomado de sloyu.com
Seguramente nos ha pasado a todos; con algunas personas nos sentimos conectados de inmediato y otras, por alguna razón, nos irritan y nos queremos alejar de ellas. Quería averiguar a qué se debe esta sensación de incomodidad inexplicable, ya que soy una de estas personas a que le gusta llevarse bien con todo el mundo, no lo soporto cuando hay tensión en el aire.
¿Cómo es posible que una persona a la que apenas conozco me provoque emociones negativas de este tipo?
Observando mis reacciones con mayor atención, me di cuenta que dichas personas suelen tener un rasgo de personalidad pronunciado del cual me gustaría tener una ración extra para mí misma. Otras tienen caracteres tan parecidos al mío y descubro que de hecho son las fachadas de mi propia forma de ser que menos me gustan, que se reflejan en el otro.
En mi percepción personal destacan por ejemplo las personas súper extrovertidas y seguras de sí mismas, las que están tan disciplinadas que me mareo al observarlos y las que son extremadamente perfeccionistas. ¡Yo quiero un extra cacho de esto!
Una vez albergaba a un huésped, que tenía que comentar cada cosita y cada movimiento que hacía en voz alta. Me estaba volviendo loca, era como tener una radio en el fondo que emitía un debate que no me interesaba para nada. La radio se puede apagar apretando un botón, pero a una persona no. ¡Que risa cuando un día descubrí que a menudo hago exactamente la misma cosa, sobre todo cuando hay otra gente alrededor!
Todo el mundo es perfecto tal como es y estoy convencida de que cada uno hace las cosas lo mejor posible. Soy yo la que deja surgir mi conflicto interior, por juzgar y así frenar la opción de aceptar al otro tal como es. Así que las personas con las que no conecto en un principio son unos de mis mejores maestros. Me ofrecen aprender algo nuevo sobre mí misma, poder trabajar en ello y en algunos casos se han convertidos en íntimos amigos míos.
El otro día una amiga me dijo que tenía razón, que la disciplina no era precisamente mi lado fuerte, pero que yo era muy espontánea y que esto valía mucho. ¡Ojalá hubiera algo como la disciplina espontánea! Voy a poner manos a la obra para averiguar cómo se pueden combinar las dos cosas.
Como dicen aquí en la India:
¡Sabkuch Milega! – ¡Todo es posible!
Escrito por Isabelle Collmer, vivo en la India donde me llaman Uma.
Tomado de sloyu.com
02 febrero 2012
Abandona todas la expectativas
Nada representa un obstáculo mayor para la felicidad duradera (o incluso para la felicidad a corto plazo) que las expectativas. Abandónalas ahora mismo y no vuelvas a albergarlas jamás, acerca de nada ni de nadie.
Olvídate de cómo crees que "deben ser" las cosas. En el universo no existe el "debe ser". El "debe ser" es una invención humana que no tiene nada que ver con la realidad última. Debes saber que los giros y desvíos que nos apartan del camino que creíamos que íbamos a seguir no son rodeos en absoluto, sino que son el camino más rápido que conduce de donde estamos a donde queremos estar. De lo contrario no lo seguiríamos.
Confía en que Dios sabe lo que hace. Debes saber que la vida siempre está conspirando a tu favor. Entiende que las expectativas no son más que la idea que tienes acerca de algo, y que esta idea no tiene ni puede tener en cuenta el tejido complejo de los viajes vitales que todos emprendemos de manera secuencial y simultánea, en la vivencia cocreativa y colectiva del alma única expresada a través de los muchos.
Dicho de otro modo, aquí pasan más cosas de las que se aprecian a simple vista. Hay más de un programa de trabajo. El objetivo es único, pero el proceso es múltiple.
Si eres consciente de ello constantemente, descubrirás que el hecho de aferrarte a las expectativas sólo sirve para encrespar el plan perfecto y su representación en el escenario de la vida por todos los actores.
Lo que estoy diciendo aquí es que las expectativas marcan un límite al modo en que defines la perfección, y que este límite constriñe tu creación de la perfección misma. Por tanto, no esperes nada y acepta todo lo que recibas. Acoge todo lo que se presente. Ama lo que es.
Byron Katie escribió hace unos años un libro extraordinario titulado Amar lo que es: cuatro preguntas que pueden cambiar tu vida. A mí me encanta.
Neale Donald Walsch
(Dios es felicidad)
Olvídate de cómo crees que "deben ser" las cosas. En el universo no existe el "debe ser". El "debe ser" es una invención humana que no tiene nada que ver con la realidad última. Debes saber que los giros y desvíos que nos apartan del camino que creíamos que íbamos a seguir no son rodeos en absoluto, sino que son el camino más rápido que conduce de donde estamos a donde queremos estar. De lo contrario no lo seguiríamos.
Confía en que Dios sabe lo que hace. Debes saber que la vida siempre está conspirando a tu favor. Entiende que las expectativas no son más que la idea que tienes acerca de algo, y que esta idea no tiene ni puede tener en cuenta el tejido complejo de los viajes vitales que todos emprendemos de manera secuencial y simultánea, en la vivencia cocreativa y colectiva del alma única expresada a través de los muchos.
Dicho de otro modo, aquí pasan más cosas de las que se aprecian a simple vista. Hay más de un programa de trabajo. El objetivo es único, pero el proceso es múltiple.
Si eres consciente de ello constantemente, descubrirás que el hecho de aferrarte a las expectativas sólo sirve para encrespar el plan perfecto y su representación en el escenario de la vida por todos los actores.
Lo que estoy diciendo aquí es que las expectativas marcan un límite al modo en que defines la perfección, y que este límite constriñe tu creación de la perfección misma. Por tanto, no esperes nada y acepta todo lo que recibas. Acoge todo lo que se presente. Ama lo que es.
Byron Katie escribió hace unos años un libro extraordinario titulado Amar lo que es: cuatro preguntas que pueden cambiar tu vida. A mí me encanta.
Neale Donald Walsch
(Dios es felicidad)
Photo by Edith |
01 febrero 2012
Encarnación del amor
¿Quién es Jesús Cristo?
A lo largo de los siglos se ha venido haciendo esta pregunta
una y otra vez, y también ha sido respondida.
Pero los que preguntaban estaban equivocados, y también los que respondían, porque la pregunta implicaba un cierto prejuicio y lo mismo la respuesta. No eran esencialmente distintas; su origen era uno y el mismo.
La pregunta la formulaban aquellos que recelaban de la divinidad de Jesús, y la respuesta venía de quienes no estaban preparados para creer en la humanidad de Jesús.
Solo estaban capacitados para creer una mitad de él.
Los judíos estaban listos para creer que era un hombre, y los cristianos lo estaban para creer que era Dios.
Los judíos negaban una mitad, la parte de Cristo, y los cristianos negaban la otra mitad, la parte de Jesús.
¿Quién es Jesús Cristo?
Los cristianos no quieren verlo como Jesús, hijo de un hombre, un hombre de carne, sangre y huesos, un hombre como los demás.
Los judíos no querían creer en él como Dios, como divino, hecho de pura consciencia, no de carne, sangre y huesos.
Nadie ha sido capaz de creer en Jesús en su totalidad.
Y, salvo que consientas que Jesús penetre en ti en su totalidad,
no serás transformado.
A menos que lo admitas tal como es, no entrarás en contacto con él...
Jesús es ambas cosas, Jesús y Cristo, y no se avergüenza de ello.
En la Biblia él dice muchas veces:
«Soy el Hijo del hombre», y tantas otras veces también dice: «Soy el Hijo de Dios».
Parece no tener ni idea de la contradicción que hay entre las dos cosas.
No hay ninguna.
La contradicción existe en nuestras mentes.
No existe en el ser de Jesús.
Su ser es un puente entre tiempo y eternidad, cuerpo y alma, este mundo y el otro.
Su ser es un puente entre lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido.
Es completamente un puente, se siente cómodo a ambos lados porque es los dos.
Jesús y Cristo son como dos orillas, y un río solo es posible si existen dos orillas.
Jesús es el río que fluye entre estas dos orillas: ambas son suyas.
Él existe entre las dos, es el río.
Osho
A lo largo de los siglos se ha venido haciendo esta pregunta
una y otra vez, y también ha sido respondida.
Pero los que preguntaban estaban equivocados, y también los que respondían, porque la pregunta implicaba un cierto prejuicio y lo mismo la respuesta. No eran esencialmente distintas; su origen era uno y el mismo.
La pregunta la formulaban aquellos que recelaban de la divinidad de Jesús, y la respuesta venía de quienes no estaban preparados para creer en la humanidad de Jesús.
Solo estaban capacitados para creer una mitad de él.
Los judíos estaban listos para creer que era un hombre, y los cristianos lo estaban para creer que era Dios.
Los judíos negaban una mitad, la parte de Cristo, y los cristianos negaban la otra mitad, la parte de Jesús.
¿Quién es Jesús Cristo?
Los cristianos no quieren verlo como Jesús, hijo de un hombre, un hombre de carne, sangre y huesos, un hombre como los demás.
Los judíos no querían creer en él como Dios, como divino, hecho de pura consciencia, no de carne, sangre y huesos.
Nadie ha sido capaz de creer en Jesús en su totalidad.
Y, salvo que consientas que Jesús penetre en ti en su totalidad,
no serás transformado.
A menos que lo admitas tal como es, no entrarás en contacto con él...
Jesús es ambas cosas, Jesús y Cristo, y no se avergüenza de ello.
En la Biblia él dice muchas veces:
«Soy el Hijo del hombre», y tantas otras veces también dice: «Soy el Hijo de Dios».
Parece no tener ni idea de la contradicción que hay entre las dos cosas.
No hay ninguna.
La contradicción existe en nuestras mentes.
No existe en el ser de Jesús.
Su ser es un puente entre tiempo y eternidad, cuerpo y alma, este mundo y el otro.
Su ser es un puente entre lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido.
Es completamente un puente, se siente cómodo a ambos lados porque es los dos.
Jesús y Cristo son como dos orillas, y un río solo es posible si existen dos orillas.
Jesús es el río que fluye entre estas dos orillas: ambas son suyas.
Él existe entre las dos, es el río.
Osho
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