Una serendipia es ...

Una serendipia es un descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado. Así que espero que lo que aquí encuentres sea afortunado y útil para tu crecimiento, además que sea inesperado pues siempre se recibe todo gratamente cuando no tienes expectativas.

16 febrero 2012

Sabiduría

Sohpia para los griegos, sapientia para los latinos, la sabiduría es lo que todos los grandes filósofos ha buscado. Tiene mucho que ver con el pensamiento, la inteligencia y el conocimiento de la realidad.  Pero es un tipo de saber que ninguna demostración prueba, que ningún laboratorio analiza o verifica, que ninguna titulación universitaria puede acreditar.  Descartes la entendió como el arte de juzgar correctamente para obrar correctamente.  Y eso no es una ciencia ni una técnica, dijo Aristóteles.  Es, más bien, un curioso tipo de saber práctico:  no tanto un saber pensar como un saber vivir.

Más allá de los números y las demostraciones científicas, la sabiduría apunta al arte de vivir.  Filosofamos porque queremos una vida más equilibrada, más lúcida, más libre, más humana.  Está claro que jamás alcanzaremos plenamente esa meta, pero eso no impide que nos aproximemos a ella.  Se trata en el fondo, de pensar mejor para vivir mejor.  Por eso la filosofía es útil a cualquier edad.  Si estudias física, matemáticas, informática o solfeo, ¿por qué no vas a estudiar filosofía?  Está claro que has de ganarte la vida, pero eso no te dispensa de vivirla.  ¿Y cómo vas a vivir de forma inteligente sin tiempo para reflexionar sobre la vida, sin preguntarte por ella, sin razonar y argumentar de la forma más radical y rigurosa posible?  Nunca es demasiado tarde ni demasiado pronto para filosofar, decía Epicuro, pues nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para ser feliz.

Los filósofos griegos y romanos entendieron la filosofía como sabiduría, como una reflexión sobre la conducta humana orientada a resolver algunos problemas fundamentales: cómo llevar las riendas de la propia conducta superando nuestra constitutiva animalidad; cómo integrar los intereses individuales en un proyecto común que haga posible la convivencia social; cómo alcanzar la felicidad.  Una felicidad que estóicos y epicúreos concebirán más tarde como tranquilidad de espíritu, y que dará origen a la célebre expresión "tomarse las cosas con filosofía".

En una de sus Epístolas a Lucilo, Séneca escribe:  "La filosofía no es una actividad agradable al público, ni se presta a la ostentación.  No se funda en las palabras, sino en las obras.  Ni se emplea para que transcurra el día con algún entretenimiento o para eliminar el fastidio del ocio: configura y modela el espíritu, ordena la vida, rige las acciones, muestra lo que se debe hacer y lo que se debe omitir, se sienta en el timón y a través de los peligros dirige el rumbo de los que vacilan.  Sin ella nadie puede vivir sin temor, nadie con seguridad; inumerables sucesos acaecen cada hora que exigen un consejo, y hay que recabarlo de ella".

Solo desde la sabiduría se puede decir, como Marco Aurelio, que "la muerte y la vida, la buena fama y la mala, el sufrimiento y el placer, la riqueza y la pobreza son cosas que sobrevienen a todo el mundo, tanto a los buenos como a los malos, y por eso no son hermosas ni vergonzosas, no son buenas ni malas".

(555 Joyas de la sabiduría)


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