Amar para conocer

Suele decirse que para amar a alguien hemos de conocerlo. Pero la Realidad es inversa. Sólo conocemos a alguien cuando lo amamos. Amarlo significa comprenderlo y sentirse uno con él, al menos en una aceptación de lo esencial de él y de ti.

El conocimiento de los otros suele ser muy superficial y, sobre todo, sólo de lo accidental: sus gustos, sus actitudes, sus pensamientos... Y cuando sólo conocemos nuestras diferencias personales nos cuesta encontrar motivos para amar a ciertas personas porque las vemos demasiado defectuosas.

Si empiezo amándolas por lo que ellas son y no por cómo son, llego a un conocimiento más profundo y más comprensivo.

Si amásemos sólo a quienes coinciden con nuestros gustos, ideas o sentimientos, nuestro amor sería muy limitado, pobre y egoísta.

Cuanto más amplio y profundo sea tu amor, más profundamente amarás a esas personas especialmenete amadas en tu existencia.

Es una tarea seria y difícil de lograr amar incluso hacia aquellos a quienes piensan distinto que nosotros, tienen gustos opuestos, y son delincuentes o malvados. Si no llegamos a esto, ¿de qué sirve aquello que dijo el Maestro, "amad a vuestros enemigos"?

No llegamos a entender a los delincuentes y los terroristas porque no los amamos. Si los amásemos, entenderíamos por qué son como son y hacen lo que hacen. Y veríamos que nosotros, en esas mismas situaciones, no seríamos mejores de lo que ellos son.


Dario Lostado
(Despertar a la conciencia día a día)