Cierto hombre dormía al aire libre y empezó a metérsele en la boca un reptil peligroso.
Un sabio que viajaba a caballo lo vio. Intentó impedir que el hombre se tragase aquella criatura, pero llegó tarde.
En vista de lo cual, asestó un gran golpe al durmiente para despertarlo. Después, lo llevó a la fuerza u apresuradamente hasta un árbol, bajo el cual había fruta caída que se pudría.
El jinete obligó al hombre a comer fruta hasta que quedó saturado.
El hombre se quejaba y daba voces, preguntando qué había hecho él para que lo tratase así.
Después, el jinete obligó al hombre a correr por delante de él hasta que le salieron ampollas en los pies. Siguió así hasta que, al cabo de muchas horas, el hombre que corría vomitó y expulsó lo que había tragado. Entonces vio a la criatura abominable que era la verdadera causa de que lo hubieran sometido a ese tratamiento.
Idries Shah
(Los cien cuentos de la sabiduría sufí)
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