Primera pregunta: ¿Es eso verdad?
En ocasiones, de inmediato resulta obvio que la afirmación que has escrito no es verdad. Si la respuesta que llega a ti es un claro no, entonces pasa a la tercer pregunta. Si no es así, veamos otras maneras de examinar más extensamente la primera pregunta.
¿Cuál es la realidad de eso?
Para mi la realidad es lo que es verdad. La verdad es cualquier cosa que está delante de ti, cualquier cosa que realmente está sucediendo, te guste o no. En realidad el "debería" y el "no debería" no existen. Son sólo pensamientos que imponemos a la realidad. Sin los "debería" y los "no debería", podemos ver la realidad tal como es, y eso no hace libres para actuar de una manera efectiva, lucida y sensata. Preguntarte: "¿cuál es la realidad de eso?" puede ayudarte a sacar la mente de la historia y devolverla al mundo real.
¿De quién es el asunto?
Solo puedo identificar tres tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos, y los de Dios. ¿En los asuntos de quién estás cuando tienes el pensamiento que has escrito? Cuando piensas que algo o alguien que no seas tú necesita cambiar, estás mentalmente fuera de tus asuntos.
Segunda pregunta: ¿Tienes absoluta certeza de que eso es verdad?
En muchos casos la afirmación sólo parece ser verdad. Claro que lo parece. Tus conceptos se basan en una vida entera de creencias que no has investigado.
Cuando escuchas tu voz interior, vez que el mundo es lo que es, nada más y nada menos. En lo referente a la realidad, no hay ningún "debería ser". Solo hay lo que es, de la manera que es y en este mismo momento. La verdad es anterior a cualquier historia. Y cualquier historia, antes de la investigación, nos impide ver lo que es verdad.
Tercera pregunta: ¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento?
Con esta pregunta empezamos a advertir la causa y el efecto interiores. Te das cuenta de que, cuando crees en el pensamiento, experimentas una sensación incómoda, una perturbación cuya intensidad puede variar desde un tenue malestar hasta el miedo o incluso el pánico. Dado que quizá desde la primera pregunta hayas comprendido que el pensamiento no es verdadero para ti, estás contemplando el poder de la mentira. Tu naturaleza es verdadera, y cuando te opones a ella, no te sientes tú mismo. La tensión nunca es tan natural como la paz.
Adoro la tercer pregunta. Una vez que la respondes por ti mismo, una vez que comprendes la causa y el efecto de un pensamiento, todo el sufrimiento empieza a desenmarañarse. Quizá no lo adviertas al principio, tal vez ni siquiera sepas que estás progresando. Pero el progreso no es asunto tuyo. Solo continúa haciendo El Trabajo y él te conducirá hasta lo más profundo. La próxima vez que aparezca el problema sobre el que estás trabajando, probablemente te sorprendas riéndote. Tal vez no sientas la menor tensión; quizá ni siquiera adviertas el pensamiento.
Cuarta pregunta: ¿Quién serías sin ese pensamiento?
Esta es una pregunta muy poderosa. Imagínate en presencia de la persona sobre la que has escrito cuando está haciendo lo que tu crees que no debería de hacer. Ahora cierra los ojos durante uno o dos minutos, respira profundamente e imagina quién serías si no fueses capaz de tener ese pensamiento. ¿De qué manera cambiaría tu vida en la misma situación pero sin ese pensamiento? Manten los ojos cerrados y observa a esa persona sin tu historia. ¿Qué es lo que ves? ¿Cómo te sientes con ella sin tu historia? ¿Cómo la prefieres: con o sin tu historia? ¿Qué resulta más amable? ¿Qué resulta más apacible?
Para muchas personas la vida sin sus historias es literalmente inimaginable. Una respuesta común a esa pregunta es: "no lo sé". Otras personas responden: "sería libre", "tendría paz" o "sería una persona más afectuosa". Tú podrías decir: "estaría lo bastante lucido para comprender la situación y actuar con eficacia". Sin nuestras historias no sólo somos capaces de actuar con eficacia y sin miedo, sino que también nos convertimos en un amigo que sabe escuchar. Somos personas que viven felizmente su vida. La apreciación y la gratitud se han convertido para nosotros en algo tan natural como respirar. La felicidad es el estado natural de alguien que sabe que no hay nada que saber y que ya tiene todo lo que necesita aquí y ahora.
La inversión.
La inversión es una parte de El Trabajo muy poderosa. Es la parte en la que tomas lo que has escrito sobre otras personas y compruebas si es igual de verdadero o más verdadero cuando te lo aplicas a ti mismo. Mientras pienses que la causa de tu problema está "ahí afuera", la situación es irremediable. Significa que te sitúas para siempre en el papel de víctima, que estás sufriendo en el paraíso. De modo que empieza a llevar la verdad a casa y a liberarte. La indagación combinada con la inversión es el camino más rápido para llegar a comprendernos a nosotros mismos.
El poder de la inversión reside en el descubrimiento de que todo lo que crees que ves en el exterior es realmente una proyección de tu propia mente. Todo es un reflejo de tu pensamiento. Una vez que hayas aprendido a buscar tus propias respuestas y a abrirte a las inversiones, experimentarás esto por ti mismo. Al descubrir la inocencia de la persona a la que has juzgado, llegarás a reconocer tu propia inocencia.
Byron Katie
(Amar lo que es)
Photo by Edith |
Información acerca de El Trabajo: http://www.thework.com/espanol/
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