Si buscas ser feliz, procura no perseguir tus deseos, porque ellos no son respuesta para tu vida. Para ser feliz, abandona tus deseos o transfórmalos, entendiendo preferentemente su limitado valor. La realización de los deseos trae alivio y bienestar, no felicidad.
Piensa en algo que desees intensamente. Examina esos deseos uno por uno y pregúntate: "¿No sería maravilloso que yo pudiese ser feliz, se realizasen o no esos deseos?"
Concientízate de que hay millares de personas verdaderamente felices sin las cosas o personas que tú tan ardientemente deseas.
Ahora dile a cada una de esas cosas o personas deseadas: "Quiero sinceramente ser feliz sin ustedes, porque ustedes no son mi felicidad". No puedes permitirte vivir con falsas identificaciones; admite que ellas no son más que preferencia personal.
No existe ningún impulso, en la naturaleza humana, de ser importante, de ser de algún modo más que los otros, o de ser considerado más de lo que los otros son.
El deseo de ser popular, exitoso o aún amado es una necesidad creada. El único impulso natural que existe es el de ser libre, la libertad del oneroso deseo de ser importante, exitoso, popular o amado.
Estar libre de la necesidad de ser recompensado, aplaudido, es la libertad digna de nuestra estatura de hijos de Dios.
Anthony de Mello
(Ejercicios de superación)
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